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Columnista - 7 junio, 2018

La hora de la verdad

El 17/06/18 se definirá el futuro de Colombia y por eso nuestro voto deberá ser guiado por la razón más que por la emoción; tendremos que decidir sobre dos tesis totalmente contrarias, y si nos equivocamos lo tendremos que lamentar. Dicen que después de ojo sacado no hay santa Lucía que valga. Duque o Petro; […]

El 17/06/18 se definirá el futuro de Colombia y por eso nuestro voto deberá ser guiado por la razón más que por la emoción; tendremos que decidir sobre dos tesis totalmente contrarias, y si nos equivocamos lo tendremos que lamentar. Dicen que después de ojo sacado no hay santa Lucía que valga. Duque o Petro; con Duque están el uribismo con todas sus sospechas, el varguismo, el conservatismo oficial, los vergonzantes del liberalismo en cabeza de Gaviria, los fundamentalistas religiosos, las mafias de la contratación, los oportunistas de toda laya, el mutante paramilitarismo siempre activo, los Pilatos lavadores de manos; es una impúdica amalgama de intereses particulares. Iván Duque Márquez los representará.

Por esta vía veremos todo el país concesionado a la minería hasta el más elevado de los páramos y agotadas y envenenadas las aguas por el fracking; el ejecutivo cooptará los demás poderes y las altas cortes cesarán; el negocio de la salud seguirá en poder de mercaderes, la educación seguirá al garete, el desalojo de campesinos crecerá igual que la importación de alimentos; la industria y el empleo morirán, un país de ingresos fáciles seguirá. Nos llenaremos de cárceles, la guerra y el gasto militar serán prioritarios; el sistema pensional colapsará, los carteles mafiosos florecerán, la seguridad personal estará chuzada, se expropiarán las libertades individuales y una dictadura civil secular nos espera. No crean que estoy reeditando el Apocalipsis de Juan, pero estamos en peligro. Los pueblos son libres de escoger a sus mandatarios aunque a veces escojan verdugos, Hitler fue elegido, ese es el riesgo de la democracia.

Las encuestas, los halagos de aduladores, los medios y el propio establecimiento nos hacen pensar que Duque ganaría. En lo personal no me preocupa, yo nunca he ganado electoralmente y menos me he beneficiado de gobierno alguno, mis preocupaciones altruistas siempre han girado alrededor de esa gran masa irredenta de la gente que no ha entendido la gravedad de sus propios problemas y que no le importa su destino porque la han alienado. Es inaudito que catorce millones de pobres y los ocho millones de desplazados no contabilizados como tales no utilicen las herramientas del poder electoral para reivindicar sus derechos. Más, a nadie se le puede quitar el derecho de ser esclavo. Sin embargo, tenemos una oportunidad, 17 millones de abstencionistas.

[email protected]

Columnista
7 junio, 2018

La hora de la verdad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

El 17/06/18 se definirá el futuro de Colombia y por eso nuestro voto deberá ser guiado por la razón más que por la emoción; tendremos que decidir sobre dos tesis totalmente contrarias, y si nos equivocamos lo tendremos que lamentar. Dicen que después de ojo sacado no hay santa Lucía que valga. Duque o Petro; […]


El 17/06/18 se definirá el futuro de Colombia y por eso nuestro voto deberá ser guiado por la razón más que por la emoción; tendremos que decidir sobre dos tesis totalmente contrarias, y si nos equivocamos lo tendremos que lamentar. Dicen que después de ojo sacado no hay santa Lucía que valga. Duque o Petro; con Duque están el uribismo con todas sus sospechas, el varguismo, el conservatismo oficial, los vergonzantes del liberalismo en cabeza de Gaviria, los fundamentalistas religiosos, las mafias de la contratación, los oportunistas de toda laya, el mutante paramilitarismo siempre activo, los Pilatos lavadores de manos; es una impúdica amalgama de intereses particulares. Iván Duque Márquez los representará.

Por esta vía veremos todo el país concesionado a la minería hasta el más elevado de los páramos y agotadas y envenenadas las aguas por el fracking; el ejecutivo cooptará los demás poderes y las altas cortes cesarán; el negocio de la salud seguirá en poder de mercaderes, la educación seguirá al garete, el desalojo de campesinos crecerá igual que la importación de alimentos; la industria y el empleo morirán, un país de ingresos fáciles seguirá. Nos llenaremos de cárceles, la guerra y el gasto militar serán prioritarios; el sistema pensional colapsará, los carteles mafiosos florecerán, la seguridad personal estará chuzada, se expropiarán las libertades individuales y una dictadura civil secular nos espera. No crean que estoy reeditando el Apocalipsis de Juan, pero estamos en peligro. Los pueblos son libres de escoger a sus mandatarios aunque a veces escojan verdugos, Hitler fue elegido, ese es el riesgo de la democracia.

Las encuestas, los halagos de aduladores, los medios y el propio establecimiento nos hacen pensar que Duque ganaría. En lo personal no me preocupa, yo nunca he ganado electoralmente y menos me he beneficiado de gobierno alguno, mis preocupaciones altruistas siempre han girado alrededor de esa gran masa irredenta de la gente que no ha entendido la gravedad de sus propios problemas y que no le importa su destino porque la han alienado. Es inaudito que catorce millones de pobres y los ocho millones de desplazados no contabilizados como tales no utilicen las herramientas del poder electoral para reivindicar sus derechos. Más, a nadie se le puede quitar el derecho de ser esclavo. Sin embargo, tenemos una oportunidad, 17 millones de abstencionistas.

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