El gobierno del Presidente Juan Manuel Santos se ha trazado una meta: que el país vea crecer a la primera generación que no tenga que vivir un solo día en guerra: la generación de la paz. Con el silencio de los fusiles Colombia podrá pasar la página y empezar a escribir el capítulo de la […]
El gobierno del Presidente Juan Manuel Santos se ha trazado una meta: que el país vea crecer a la primera generación que no tenga que vivir un solo día en guerra: la generación de la paz. Con el silencio de los fusiles Colombia podrá pasar la página y empezar a escribir el capítulo de la paz y la equidad. Para redactar ese capítulo de esperanza y reconciliación, Colombia se prepara con el legado más valioso que podemos dar a nuestros hijos: la educación.
Por primera vez, un gobierno asignó más presupuesto para la educación de sus niños, niñas y jóvenes, que para la guerra. Estamos convencidos de que es desde las aulas de clase donde comenzará a reescribirse la historia de una Colombia en paz.
¡Y ya estamos avanzando! Con cada acción que emprendemos a favor de la educación, damos un paso adelante hacia la paz. Por ejemplo: establecimos la gratuidad de la educación en todos los colegios públicos del país, desde preescolar hasta el grado once; hoy gracias a ello 7´620.397 niños y jóvenes se preparan para el futuro y sus familias solo por enviarlos al colegio.
Declaramos la obligatoriedad en la educación hasta el grado 11º, con eso ganamos más niños empuñando lápices y no fusiles. Iniciamos la Jornada Única, para que los niños pasen más tiempo en el colegio y menos en las calles. Hoy son más de 500 mil niños que se benefician con esta medida, a 2018 serán 2.3 millones de niños y en el 2030 serán todos los niños de los colegios públicos estudiando ocho horas diarias.
Pero nuestros niños no solo tendrán más horas de estudio sino también espacios amplios y modernos que facilitarán su aprendizaje. Nuestra meta es construir 30.000 nuevas aulas al 2018, que equivalen a 1.500 colegios.
Abrimos la posibilidad a jóvenes de escasos recursos para que se preparen en las mejores universidades del país, ganamos mentes brillantes al servicio de la paz y no involucradas en los campos de batalla. Con el programa ‘Ser Pilo Paga’ 40.000 jóvenes y sus familias transformarán sus vidas.
Estamos trabajando para mejorar las condiciones de nuestros maestros, porque ellos son los héroes de la educación, quienes con su dedicación y compromiso están formando en las aulas de clase a la generación de la paz. Los estamos acompañando en sus propósitos de progreso e innovación, al entregarles 4.600 becas de maestría y más de 20.000 tabletas digitales con materiales para ampliar sus competencias. A eso se agregan 78.000 millones de pesos en incentivos con los que hemos querido premiar su empeño por mejorar la calidad de nuestra educación.
Con acciones como estas, podemos estar seguros, sin duda alguna, de que el futuro y el progreso de nuestro país, será definido en las aulas de clase y no en los campos de guerra, porque la educación es el alma de la paz.
PD: a punta de bala se escribió por 52 años la historia de nuestro país, pero ahora ese elemento que sirvió para la guerra, lo hemos covertido en un elemento pedagógico que nos ayudará a educar para la paz. A un casquillo de bala calibre .50, le sacamos la pólvora, le adaptamos una mina de lapicero y creamos el ‘Balígrafo’.
Este símbolo nos recordará que con el silencio de los fusiles, Colombia podrá pasar la página y empezará a escribir el capítulo de la paz, la equidad y la educación.
Por Gina Parody
*Ministra de Educación.
El gobierno del Presidente Juan Manuel Santos se ha trazado una meta: que el país vea crecer a la primera generación que no tenga que vivir un solo día en guerra: la generación de la paz. Con el silencio de los fusiles Colombia podrá pasar la página y empezar a escribir el capítulo de la […]
El gobierno del Presidente Juan Manuel Santos se ha trazado una meta: que el país vea crecer a la primera generación que no tenga que vivir un solo día en guerra: la generación de la paz. Con el silencio de los fusiles Colombia podrá pasar la página y empezar a escribir el capítulo de la paz y la equidad. Para redactar ese capítulo de esperanza y reconciliación, Colombia se prepara con el legado más valioso que podemos dar a nuestros hijos: la educación.
Por primera vez, un gobierno asignó más presupuesto para la educación de sus niños, niñas y jóvenes, que para la guerra. Estamos convencidos de que es desde las aulas de clase donde comenzará a reescribirse la historia de una Colombia en paz.
¡Y ya estamos avanzando! Con cada acción que emprendemos a favor de la educación, damos un paso adelante hacia la paz. Por ejemplo: establecimos la gratuidad de la educación en todos los colegios públicos del país, desde preescolar hasta el grado once; hoy gracias a ello 7´620.397 niños y jóvenes se preparan para el futuro y sus familias solo por enviarlos al colegio.
Declaramos la obligatoriedad en la educación hasta el grado 11º, con eso ganamos más niños empuñando lápices y no fusiles. Iniciamos la Jornada Única, para que los niños pasen más tiempo en el colegio y menos en las calles. Hoy son más de 500 mil niños que se benefician con esta medida, a 2018 serán 2.3 millones de niños y en el 2030 serán todos los niños de los colegios públicos estudiando ocho horas diarias.
Pero nuestros niños no solo tendrán más horas de estudio sino también espacios amplios y modernos que facilitarán su aprendizaje. Nuestra meta es construir 30.000 nuevas aulas al 2018, que equivalen a 1.500 colegios.
Abrimos la posibilidad a jóvenes de escasos recursos para que se preparen en las mejores universidades del país, ganamos mentes brillantes al servicio de la paz y no involucradas en los campos de batalla. Con el programa ‘Ser Pilo Paga’ 40.000 jóvenes y sus familias transformarán sus vidas.
Estamos trabajando para mejorar las condiciones de nuestros maestros, porque ellos son los héroes de la educación, quienes con su dedicación y compromiso están formando en las aulas de clase a la generación de la paz. Los estamos acompañando en sus propósitos de progreso e innovación, al entregarles 4.600 becas de maestría y más de 20.000 tabletas digitales con materiales para ampliar sus competencias. A eso se agregan 78.000 millones de pesos en incentivos con los que hemos querido premiar su empeño por mejorar la calidad de nuestra educación.
Con acciones como estas, podemos estar seguros, sin duda alguna, de que el futuro y el progreso de nuestro país, será definido en las aulas de clase y no en los campos de guerra, porque la educación es el alma de la paz.
PD: a punta de bala se escribió por 52 años la historia de nuestro país, pero ahora ese elemento que sirvió para la guerra, lo hemos covertido en un elemento pedagógico que nos ayudará a educar para la paz. A un casquillo de bala calibre .50, le sacamos la pólvora, le adaptamos una mina de lapicero y creamos el ‘Balígrafo’.
Este símbolo nos recordará que con el silencio de los fusiles, Colombia podrá pasar la página y empezará a escribir el capítulo de la paz, la equidad y la educación.
Por Gina Parody
*Ministra de Educación.