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General - 4 diciembre, 2017

La cuota del Cesar en la consolidación del voto femenino

María Helena Castro de Quintero, Julia Helena Molina de Gil, Carmen Mejía de Saade, Eufemia Hinojosa de Medina, Rita Soto, Elvira Gutiérrez, Eulalia de Armas, así como Graciela Molina de Quintero y María Uhía Meza, fueron las mujeres que en Valledupar se reunieron con la líder Carmenza Rocha Castilla para promover el voto femenino, aprobado el primero de diciembre de 1954 por el Congreso de la República.

María Helena Castro de Quintero es la única mujer que aún vive de ese grupo de mujeres que se reunió en su casa para apoyar el voto femenino.
María Helena Castro de Quintero es la única mujer que aún vive de ese grupo de mujeres que se reunió en su casa para apoyar el voto femenino.

 

“Aprobado el voto femenino. Las mujeres adquirieron desde ayer la plenitud de su derecho”, fue el titular y sumario del 26 de agosto del año 1954, con el que EL TIEMPO, uno de los diarios más antiguos del país, reportó la histórica noticia.

La noticia cuenta que ese día, las distinguidas damas Bertha Hernández de Ospina, María Currea de Aya y Blanca Martí de David Almeyda, directivas de la Organización Nacional Femenina (ONF), conminaron con júbilo a las mujeres colombianas a hacer valer sus derechos y formar parte de la ONF.

Esta fue la puerta que se abrió para iniciar un largo proceso en el que varias organizaciones y un comité de impulso venían defendiendo en el marco de los derechos humanos proclamados en la Revolución Francesa.

Al departamento del Cesar ese Comité de Impulso llegó bajo la batuta de activistas políticas, lideradas por la reconocida Carmenza Rocha Castilla, la tolimense que se convirtió en el país en la primera mujer que incursionó en la política, alcanzando posiciones destacadas.

“Rocha llegó a la ciudad de Valledupar por mi esposo Clemente Quintero Araujo, que se dedicaba a la política. Era una mujer de ideas brillantes que promulgaba los derechos de las mujeres tal como lo hizo en esta ciudad”, dijo María Helena Castro de Quintero, una mujer que hoy cumple 94 años de edad. Ella recibió en su casa junto con un grupo de mujeres vallenatas a la líder que impulsaba el voto femenino y fue testigo de la lucha que para esa época apenas iniciaba el género femenino en Colombia.

Contó a EL PILÓN que, en compañía de las líderes de la época, Julia Helena Molina de Gil, Carmen Mejía de Saade, Eufemia Hinojosa de Medina, Rita Soto, Elvira Gutiérrez, Eulalia de Armas, así como Graciela Molina de Quintero y María Uhía Meza, promulgaba el interés en las mujeres para que estuvieran en igualdad de condiciones con los hombres, debido a que vivían una época difícil donde la figura del hombre machista y patriarcal predominaba.

El IDEAL DE MUJER

Según académicos, la idea de lo que era una mujer, de su papel en la sociedad y de sus capacidades, durante los años anteriores a 1954 estuvo marcada por la influencia de la religión. Eran caracterizadas por estar en el mundo para cuidar al hombre, procrear y velar  porque en el hogar todo funcionara bien.

“Todo eso estaba muy arraigado al concepto de familia, nosotros no teníamos derecho a trabajar, porque debíamos cuidar a los hijos, ni a tomar decisiones libremente porque eso estaba a cargo del marido. Podía haber mujeres que duraran encerradas en sus casas por varios meses”, agregó la matrona Castro de Quintero.

De acuerdo con las leyes de la época, la figura masculina era la predominante para dirigir los designios políticos y sociales que regían el país.

“La mujer no tenía derecho a ser ciudadana, la Constitución de la época hablaba del hombre y los derechos de él, absorbiendo toda la realidad o expectativa de las mujeres. Pero con la Revolución Francesa ya algunas tenían en mente reclamar sus derechos como ser humano. Ya que desde la primera guerra se hablaban de estos”, aseguró Lydyaleu Perea Enrique, especialista en Derechos Humanos.

Las mujeres tampoco tenían cedula, solo hasta el 4 de marzo del año 1955, por medio del Decreto número 0502, pudieron gozar de este derecho, debido que el Artículo 1 señaló: “Extiéndase a todos los colombianos mayores de 21 años la cedulación adoptada por el Decreto número 051 del 13 de enero de 1954”.

EL PRIMER ACTO DE DERECHO

Sin embargo, la perspectiva de género inicia el proceso de cambio desde el primero de diciembre del año 1957, cuando las mujeres por primera vez, a través del Acto Legislativo No. 03 de 1954, ejercieron su derecho al voto, frente a la histórica elección para aprobar el Frente Nacional, el acuerdo político que hizo que liberales y conservadores se alternarían la presidencia en Colombia.

La activista por los derechos de las mujeres y las niñas, Beatriz Ramírez David, indicó que tras este Plebiscito las mujeres empezaron a cuestionar sus roles en la sociedad como hijas, esposas y madres, y exponían la necesidad de acceder a la educación, al trabajo y al voto. Según la académica, ese día en Colombia se depositaron cuatro millones 397 mil 90 votos, de los que un millón 835 mil 255 votos correspondieron a mujeres.

En el departamento del Cesar, este impulso no fue el único para que las mujeres adquirieran mayor representación y relevancia en la sociedad; debido a que, según Lydyaleu Perea Enrique, la región fue pionera en establecer políticas de equidad de género al constituir en el año 1996 la primera Oficina Departamental de la Mujer, liderada por el gobierno Mauricio Pimiento Barrera.

“En ese periodo se comenzó a mirar el grado de necesidades de las mujeres y su nivel de participación en los diferentes escenarios sociales”, puntualizó Perea.

EL PRESENTE DE LAS MUJERES

Aunque durante estos 60 años desde que fue otorgado el derecho al voto, las mujeres han logrado avances significativos en materia de independencia como: la libertad de tomar decisiones, manejar sus bienes, poder trabajar y estudiar, académicos señalan que hace falta trabajar más por la participación en las elites políticas, entre otros aspectos.

“A pesar de que el derecho al voto fue el primer paso al reconocimiento de la plena ciudadanía de las mujeres y de su rol en la vida nacional, actualmente, las mujeres colombianas están sub-representadas en las instancias de decisión política: A pesar del aumento significativo, la participación de las mujeres sigue siendo inferior al 30 %, cifra lejana a la meta de la paridad (Colombia 50-50), y contrasta con el promedio de las Américas en el que la participación de las mujeres en los parlamentos es del 28,1 %. Además es necesario tomar medidas generales para cerrar brechas de género y garantizar el empoderamiento de las mujeres que son indispensables para construir una democracia paritaria”, explicó Beatriz Ramírez David, activista por los derechos de las mujeres y las niñas.

No obstante, entre los logros importantes obtenidos está la creación de las conferencias mundiales sobre la mujer, creada por Naciones Unidas, en donde se dibuja el panorama actual del género en la sociedad. Asimismo está la creación de la Plataforma de Acción de Beijing, que insta a las políticas gubernamentales a orientar acciones encaminadas a la equidad de género.

Por Marllelys Salinas / EL PILÓN
[email protected]

 

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4 diciembre, 2017

La cuota del Cesar en la consolidación del voto femenino

María Helena Castro de Quintero, Julia Helena Molina de Gil, Carmen Mejía de Saade, Eufemia Hinojosa de Medina, Rita Soto, Elvira Gutiérrez, Eulalia de Armas, así como Graciela Molina de Quintero y María Uhía Meza, fueron las mujeres que en Valledupar se reunieron con la líder Carmenza Rocha Castilla para promover el voto femenino, aprobado el primero de diciembre de 1954 por el Congreso de la República.


María Helena Castro de Quintero es la única mujer que aún vive de ese grupo de mujeres que se reunió en su casa para apoyar el voto femenino.
María Helena Castro de Quintero es la única mujer que aún vive de ese grupo de mujeres que se reunió en su casa para apoyar el voto femenino.

 

“Aprobado el voto femenino. Las mujeres adquirieron desde ayer la plenitud de su derecho”, fue el titular y sumario del 26 de agosto del año 1954, con el que EL TIEMPO, uno de los diarios más antiguos del país, reportó la histórica noticia.

La noticia cuenta que ese día, las distinguidas damas Bertha Hernández de Ospina, María Currea de Aya y Blanca Martí de David Almeyda, directivas de la Organización Nacional Femenina (ONF), conminaron con júbilo a las mujeres colombianas a hacer valer sus derechos y formar parte de la ONF.

Esta fue la puerta que se abrió para iniciar un largo proceso en el que varias organizaciones y un comité de impulso venían defendiendo en el marco de los derechos humanos proclamados en la Revolución Francesa.

Al departamento del Cesar ese Comité de Impulso llegó bajo la batuta de activistas políticas, lideradas por la reconocida Carmenza Rocha Castilla, la tolimense que se convirtió en el país en la primera mujer que incursionó en la política, alcanzando posiciones destacadas.

“Rocha llegó a la ciudad de Valledupar por mi esposo Clemente Quintero Araujo, que se dedicaba a la política. Era una mujer de ideas brillantes que promulgaba los derechos de las mujeres tal como lo hizo en esta ciudad”, dijo María Helena Castro de Quintero, una mujer que hoy cumple 94 años de edad. Ella recibió en su casa junto con un grupo de mujeres vallenatas a la líder que impulsaba el voto femenino y fue testigo de la lucha que para esa época apenas iniciaba el género femenino en Colombia.

Contó a EL PILÓN que, en compañía de las líderes de la época, Julia Helena Molina de Gil, Carmen Mejía de Saade, Eufemia Hinojosa de Medina, Rita Soto, Elvira Gutiérrez, Eulalia de Armas, así como Graciela Molina de Quintero y María Uhía Meza, promulgaba el interés en las mujeres para que estuvieran en igualdad de condiciones con los hombres, debido a que vivían una época difícil donde la figura del hombre machista y patriarcal predominaba.

El IDEAL DE MUJER

Según académicos, la idea de lo que era una mujer, de su papel en la sociedad y de sus capacidades, durante los años anteriores a 1954 estuvo marcada por la influencia de la religión. Eran caracterizadas por estar en el mundo para cuidar al hombre, procrear y velar  porque en el hogar todo funcionara bien.

“Todo eso estaba muy arraigado al concepto de familia, nosotros no teníamos derecho a trabajar, porque debíamos cuidar a los hijos, ni a tomar decisiones libremente porque eso estaba a cargo del marido. Podía haber mujeres que duraran encerradas en sus casas por varios meses”, agregó la matrona Castro de Quintero.

De acuerdo con las leyes de la época, la figura masculina era la predominante para dirigir los designios políticos y sociales que regían el país.

“La mujer no tenía derecho a ser ciudadana, la Constitución de la época hablaba del hombre y los derechos de él, absorbiendo toda la realidad o expectativa de las mujeres. Pero con la Revolución Francesa ya algunas tenían en mente reclamar sus derechos como ser humano. Ya que desde la primera guerra se hablaban de estos”, aseguró Lydyaleu Perea Enrique, especialista en Derechos Humanos.

Las mujeres tampoco tenían cedula, solo hasta el 4 de marzo del año 1955, por medio del Decreto número 0502, pudieron gozar de este derecho, debido que el Artículo 1 señaló: “Extiéndase a todos los colombianos mayores de 21 años la cedulación adoptada por el Decreto número 051 del 13 de enero de 1954”.

EL PRIMER ACTO DE DERECHO

Sin embargo, la perspectiva de género inicia el proceso de cambio desde el primero de diciembre del año 1957, cuando las mujeres por primera vez, a través del Acto Legislativo No. 03 de 1954, ejercieron su derecho al voto, frente a la histórica elección para aprobar el Frente Nacional, el acuerdo político que hizo que liberales y conservadores se alternarían la presidencia en Colombia.

La activista por los derechos de las mujeres y las niñas, Beatriz Ramírez David, indicó que tras este Plebiscito las mujeres empezaron a cuestionar sus roles en la sociedad como hijas, esposas y madres, y exponían la necesidad de acceder a la educación, al trabajo y al voto. Según la académica, ese día en Colombia se depositaron cuatro millones 397 mil 90 votos, de los que un millón 835 mil 255 votos correspondieron a mujeres.

En el departamento del Cesar, este impulso no fue el único para que las mujeres adquirieran mayor representación y relevancia en la sociedad; debido a que, según Lydyaleu Perea Enrique, la región fue pionera en establecer políticas de equidad de género al constituir en el año 1996 la primera Oficina Departamental de la Mujer, liderada por el gobierno Mauricio Pimiento Barrera.

“En ese periodo se comenzó a mirar el grado de necesidades de las mujeres y su nivel de participación en los diferentes escenarios sociales”, puntualizó Perea.

EL PRESENTE DE LAS MUJERES

Aunque durante estos 60 años desde que fue otorgado el derecho al voto, las mujeres han logrado avances significativos en materia de independencia como: la libertad de tomar decisiones, manejar sus bienes, poder trabajar y estudiar, académicos señalan que hace falta trabajar más por la participación en las elites políticas, entre otros aspectos.

“A pesar de que el derecho al voto fue el primer paso al reconocimiento de la plena ciudadanía de las mujeres y de su rol en la vida nacional, actualmente, las mujeres colombianas están sub-representadas en las instancias de decisión política: A pesar del aumento significativo, la participación de las mujeres sigue siendo inferior al 30 %, cifra lejana a la meta de la paridad (Colombia 50-50), y contrasta con el promedio de las Américas en el que la participación de las mujeres en los parlamentos es del 28,1 %. Además es necesario tomar medidas generales para cerrar brechas de género y garantizar el empoderamiento de las mujeres que son indispensables para construir una democracia paritaria”, explicó Beatriz Ramírez David, activista por los derechos de las mujeres y las niñas.

No obstante, entre los logros importantes obtenidos está la creación de las conferencias mundiales sobre la mujer, creada por Naciones Unidas, en donde se dibuja el panorama actual del género en la sociedad. Asimismo está la creación de la Plataforma de Acción de Beijing, que insta a las políticas gubernamentales a orientar acciones encaminadas a la equidad de género.

Por Marllelys Salinas / EL PILÓN
[email protected]