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Columnista - 23 septiembre, 2017

La Clínica Laura Daniela y sus 16 bebes

El domingo 17 de septiembre Valledupar veía con escalofríos la emisión del programa Séptimo Día que revelaba una tragedia a la que nadie le había prestado atención y que silenciosamente sufrían las madres de 16 bebes que murieron en la clínica Laura Daniela, en circunstancias que aún no están claras pero que involucra presuntamente la […]

El domingo 17 de septiembre Valledupar veía con escalofríos la emisión del programa Séptimo Día que revelaba una tragedia a la que nadie le había prestado atención y que silenciosamente sufrían las madres de 16 bebes que murieron en la clínica Laura Daniela, en circunstancias que aún no están claras pero que involucra presuntamente la distribución y suministro de un medicamento adulterado a niños recién nacidos.

La vida como derecho fundamental no es respetada por las clínicas en Valledupar, una mercancía más que parece no importarles a quienes están en la obligación de utilizar los medios para preservarla, el fallecimiento de 16 bebes en la Clínica Laura Daniela debe obligar a una reflexión profunda en la prestación del servicio de salud, pero más allá de diagnósticos y análisis son medidas efectivas lo que esperamos, destinadas al control de las instituciones prestadoras del servicios de salud.

Por el otro lado está la gerente de la Clínica Laura Daniela para quien esta macabra historia es resultado de delincuentes que asaltaron en su buena fe a la institución, es difícil aceptar que un grupo tan poderoso como el que lideran los hermanos Arce, que poco a poco se apoderaron de la calle 14 y de la avenida Simón Bolívar frente al Sena y también colocaron en funcionamiento la gigantesca clínica de alta complejidad, sean timados nada menos y nada más que con unos medicamentos donde salta a la vista la burda imitación.

Definitivamente lo ocurrido con los niños es la degradación de un sistema de salud, un sistema en el que prevalecen los trámites sobre el bienestar de los pacientes, en el que se dilatan citas médicas y se niegan medicamentos o procedimientos a personas de muy escasos recursos, un sistema en el que los servicios se prestan mediante órdenes judiciales y es por eso, desde que se creó la Acción de Tutela, es en materia de salud que esta acción constitucional se utiliza con mayor frecuencia, un sistema en el que los dueños de las clínicas y de las E.P.S. encontraron tierra fértil para enriquecerse y no para contribuir en el mejoramiento de las condiciones de vida de los usuarios, un sistema en el que se hace negocio con el dolor ajeno representado desde el tráfico para la asignación de una habitación hasta la creación de empresas de garaje para vender medicamentos falsificados.

En todo este escándalo tenemos unos grandes ausentes, nuestros congresistas, ¿que opina el senador José Alfredo Gnecco y los representantes Eloy ‘Chichi’ Quintero, Cristian José Moreno, Alfredo ‘Ape’ Cuello y Fernando de la Peña o pasarán de agache ante todo esto por estar cerca la temporada de elecciones?, ellos no van a tocar semejante pulpo porque la suerte de unas pobres madres no les interesa; como sociedad debemos estar atentos y hacerle seguimiento a este tema, no solo por el momento, el mes siguiente y el próximo hasta que veamos que las autoridades se están moviendo y pronunciando para que esto no quede en la impunidad; en mis siguientes columnas escribiré nuevamente al respecto y espero hacerlo sobre resultados concretos, porque esto no puede pasar por alto, no podemos vivir en una ciudad con personajes caricaturescos como el alcalde de esta ciudad que se llena la boca con consignas como “La familia es lo primero”, pero esa frase queda vacía ante hechos tan dramáticos como la muerte de 16 bebes en la clínica Laura Daniela por el sospechoso contenido de un medicamento.

Por Carlos Andrés Añez Maestre

 

 

 

 

 

 

 

 

Columnista
23 septiembre, 2017

La Clínica Laura Daniela y sus 16 bebes

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

El domingo 17 de septiembre Valledupar veía con escalofríos la emisión del programa Séptimo Día que revelaba una tragedia a la que nadie le había prestado atención y que silenciosamente sufrían las madres de 16 bebes que murieron en la clínica Laura Daniela, en circunstancias que aún no están claras pero que involucra presuntamente la […]


El domingo 17 de septiembre Valledupar veía con escalofríos la emisión del programa Séptimo Día que revelaba una tragedia a la que nadie le había prestado atención y que silenciosamente sufrían las madres de 16 bebes que murieron en la clínica Laura Daniela, en circunstancias que aún no están claras pero que involucra presuntamente la distribución y suministro de un medicamento adulterado a niños recién nacidos.

La vida como derecho fundamental no es respetada por las clínicas en Valledupar, una mercancía más que parece no importarles a quienes están en la obligación de utilizar los medios para preservarla, el fallecimiento de 16 bebes en la Clínica Laura Daniela debe obligar a una reflexión profunda en la prestación del servicio de salud, pero más allá de diagnósticos y análisis son medidas efectivas lo que esperamos, destinadas al control de las instituciones prestadoras del servicios de salud.

Por el otro lado está la gerente de la Clínica Laura Daniela para quien esta macabra historia es resultado de delincuentes que asaltaron en su buena fe a la institución, es difícil aceptar que un grupo tan poderoso como el que lideran los hermanos Arce, que poco a poco se apoderaron de la calle 14 y de la avenida Simón Bolívar frente al Sena y también colocaron en funcionamiento la gigantesca clínica de alta complejidad, sean timados nada menos y nada más que con unos medicamentos donde salta a la vista la burda imitación.

Definitivamente lo ocurrido con los niños es la degradación de un sistema de salud, un sistema en el que prevalecen los trámites sobre el bienestar de los pacientes, en el que se dilatan citas médicas y se niegan medicamentos o procedimientos a personas de muy escasos recursos, un sistema en el que los servicios se prestan mediante órdenes judiciales y es por eso, desde que se creó la Acción de Tutela, es en materia de salud que esta acción constitucional se utiliza con mayor frecuencia, un sistema en el que los dueños de las clínicas y de las E.P.S. encontraron tierra fértil para enriquecerse y no para contribuir en el mejoramiento de las condiciones de vida de los usuarios, un sistema en el que se hace negocio con el dolor ajeno representado desde el tráfico para la asignación de una habitación hasta la creación de empresas de garaje para vender medicamentos falsificados.

En todo este escándalo tenemos unos grandes ausentes, nuestros congresistas, ¿que opina el senador José Alfredo Gnecco y los representantes Eloy ‘Chichi’ Quintero, Cristian José Moreno, Alfredo ‘Ape’ Cuello y Fernando de la Peña o pasarán de agache ante todo esto por estar cerca la temporada de elecciones?, ellos no van a tocar semejante pulpo porque la suerte de unas pobres madres no les interesa; como sociedad debemos estar atentos y hacerle seguimiento a este tema, no solo por el momento, el mes siguiente y el próximo hasta que veamos que las autoridades se están moviendo y pronunciando para que esto no quede en la impunidad; en mis siguientes columnas escribiré nuevamente al respecto y espero hacerlo sobre resultados concretos, porque esto no puede pasar por alto, no podemos vivir en una ciudad con personajes caricaturescos como el alcalde de esta ciudad que se llena la boca con consignas como “La familia es lo primero”, pero esa frase queda vacía ante hechos tan dramáticos como la muerte de 16 bebes en la clínica Laura Daniela por el sospechoso contenido de un medicamento.

Por Carlos Andrés Añez Maestre