Son dos versiones que se tejen en torno a la muerte de un vigilante del centro de atención infantil adscrito al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, del corregimiento de Casacará, jurisdicción del municipio de Codazzi.

Un testigo manifestó que alguien llegó en horas de la madrugada del jueves tocando la ventanas del sitio donde estaba Héctor Rojas y este al abrirla, supuestamente, le rociaron un polvo tóxico en la cara que lo puso a estornudar y posteriormente entró en una crisis de asfixia, dejándolo inconsciente en el suelo.

Entre tanto, el subcomandante de la Policía Cesar, teniente coronel Mauricio Bonilla, señaló que el vigilante escuchó cuando al lugar llegó un habitante de la calle con el fin de robarse uno de los bobillos de la fachada. “Esto generó una acalorada discusión para evitar que esto ocurriera, y es cuando el sospechoso observa el acercamiento de la patrulla policial, huye del lugar. Luego el vigilante siente alguna afectación, porque tiene un estado de salud delicado, se solicita una ambulancia y es trasladado a un centro de salud del municipio de Codazzi, donde su

situación cardiaca empeora y es remitido a una clínica de Valledupar, pero infortunadamente falleció en el camino. Estamos a la espera de los resultados del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, quienes serán los que indiquen las verdaderas causas de su muerte”.

Los habitantes de la población quedaron sorprendidos por este suceso y han solicitado a las autoridades que haya una profunda investigación y celeridad en las mismas.

Por Abdel Martínez Pérez