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Columnista - 8 febrero, 2015

Interpretaciones equivocadas de la Garantía del Vehículo

Cuando hablamos de vehículos hablamos de máquinas que toda clase de personas utilizan, desde el ingeniero mecánico más experimentado hasta el ama de casa que de vehículos no sabe ni pio, pasando por muchachos que queman fiebre con el vehículo o los señores meticulosos que los lavan los sábados por la mañana porque no les […]

Cuando hablamos de vehículos hablamos de máquinas que toda clase de personas utilizan, desde el ingeniero mecánico más experimentado hasta el ama de casa que de vehículos no sabe ni pio, pasando por muchachos que queman fiebre con el vehículo o los señores meticulosos que los lavan los sábados por la mañana porque no les gusta que nadie les ponga mano, y como máquinas que son necesitan que se les de buen mantenimiento en los kilometrajes indicados por el fabricante y un uso apropiado aplicando las instrucciones del manual del conductor, las constancias de reparación y los comentarios del Jefe del Taller de Servicio del concesionario.

Sin embargo, no obstante que los automotores son bienes valiosos y muy queridos por sus propietarios, muchas personas piensan que es suficiente echarles combustible, revisarle la presión de las llantas y muy de vez en cuando mirar cómo están las pastillas de los frenos, porque eso de darle mantenimiento adecuado a la máquina sale muy costoso y es una perdedera de tiempo, y en todo caso, si algo falla estando vigente la garantía el importador o ensamblador y el concesionario tendrán que repararlo sin ningún costo ni por mano de obra ni por repuestos.

Si se niegan hacerlo, y salen con excusas baladíes como esa de que la garantía perdió validez porque no se efectuaron oportunamente los mantenimientos, o porque el estado de los componentes indica que el vehículo no se utilizó según sus especificaciones, para eso está la Superintendencia de Industria y Comercio, que con seguridad los va a obligar a honrar la garantía ofrecida en el momento de la entrega del semoviente, y además los va a sancionar con una buena multa para que no le falten al respeto a los consumidores.

La otra cara de la moneda está en los vendedores de vehículos que piensan que esto es únicamente un negocio, que en otros tiempos era buenísimo pero que ahora es una guama porque el margen de utilidad que les da el productor anda por el suelo y los costos, suben, suben y suben, y por eso no atienden a los clientes en el Taller de Servicio con el mismo encanto que desplegaron al venderles el automotor. Para todos sus reclamos por garantía tienen un portafolio de excusas que los exoneran de responsabilidad, por ejemplo: que en Colombia el combustible es de muy mala calidad y por eso se dañan los inyectores y la bomba de inyección, de modo que mire a ver dónde tanquea; que las cajas de velocidades automáticas hay que saber manejarlas, porque si no los frenos se recalientan y se dañan sin culpa del fabricante, y que si el vehículo se utiliza a la diabla en estas calles en mal estado, después de 5.000 kilómetros nadie responde por el buen estado de la suspensión, y en particular por los amortiguadores y las tijeras.

Si a lo anterior se suma que a veces los importadores de los vehículos miran con desconfianza a sus concesionarios, y les atribuyen la culpa de todo lo que no funciona bien en las relaciones con los clientes, a quienes siempre quieren favorecer en perjuicio de la marca, mejor apague y vámonos.
Pero la realidad es otra, y si piensan así todos están engañados, porque ahora esos asuntos de la Protección al Consumidor de vehículos se analizan aplicando criterios técnicos, efectuando pruebas de funcionamiento bajo la lupa de los peritos expertos, y documentando cuidosamente cada movimiento de la historia el vehículo, de parte y parte, y la Superintendencia de Industria y Comercio le da la razón únicamente a quien sustente con pruebas su posición, porque los discursos veintejuliero, las posiciones arrogantes y la disquisiciones ad infinitum son cosa del pasado.
Y por eso los automóviles ahora andan bien contentos, y comentan entre ellos que corren muy buenos tiempos.

Rodrigo Bueno Vásquez
Derecho del Consumidor de Vehículos

Haga sus consultas y comentarios  a [email protected]

http://www.rodrigobuenovehiculos.com/

Columnista
8 febrero, 2015

Interpretaciones equivocadas de la Garantía del Vehículo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodrigo Bueno Vásquez

Cuando hablamos de vehículos hablamos de máquinas que toda clase de personas utilizan, desde el ingeniero mecánico más experimentado hasta el ama de casa que de vehículos no sabe ni pio, pasando por muchachos que queman fiebre con el vehículo o los señores meticulosos que los lavan los sábados por la mañana porque no les […]


Cuando hablamos de vehículos hablamos de máquinas que toda clase de personas utilizan, desde el ingeniero mecánico más experimentado hasta el ama de casa que de vehículos no sabe ni pio, pasando por muchachos que queman fiebre con el vehículo o los señores meticulosos que los lavan los sábados por la mañana porque no les gusta que nadie les ponga mano, y como máquinas que son necesitan que se les de buen mantenimiento en los kilometrajes indicados por el fabricante y un uso apropiado aplicando las instrucciones del manual del conductor, las constancias de reparación y los comentarios del Jefe del Taller de Servicio del concesionario.

Sin embargo, no obstante que los automotores son bienes valiosos y muy queridos por sus propietarios, muchas personas piensan que es suficiente echarles combustible, revisarle la presión de las llantas y muy de vez en cuando mirar cómo están las pastillas de los frenos, porque eso de darle mantenimiento adecuado a la máquina sale muy costoso y es una perdedera de tiempo, y en todo caso, si algo falla estando vigente la garantía el importador o ensamblador y el concesionario tendrán que repararlo sin ningún costo ni por mano de obra ni por repuestos.

Si se niegan hacerlo, y salen con excusas baladíes como esa de que la garantía perdió validez porque no se efectuaron oportunamente los mantenimientos, o porque el estado de los componentes indica que el vehículo no se utilizó según sus especificaciones, para eso está la Superintendencia de Industria y Comercio, que con seguridad los va a obligar a honrar la garantía ofrecida en el momento de la entrega del semoviente, y además los va a sancionar con una buena multa para que no le falten al respeto a los consumidores.

La otra cara de la moneda está en los vendedores de vehículos que piensan que esto es únicamente un negocio, que en otros tiempos era buenísimo pero que ahora es una guama porque el margen de utilidad que les da el productor anda por el suelo y los costos, suben, suben y suben, y por eso no atienden a los clientes en el Taller de Servicio con el mismo encanto que desplegaron al venderles el automotor. Para todos sus reclamos por garantía tienen un portafolio de excusas que los exoneran de responsabilidad, por ejemplo: que en Colombia el combustible es de muy mala calidad y por eso se dañan los inyectores y la bomba de inyección, de modo que mire a ver dónde tanquea; que las cajas de velocidades automáticas hay que saber manejarlas, porque si no los frenos se recalientan y se dañan sin culpa del fabricante, y que si el vehículo se utiliza a la diabla en estas calles en mal estado, después de 5.000 kilómetros nadie responde por el buen estado de la suspensión, y en particular por los amortiguadores y las tijeras.

Si a lo anterior se suma que a veces los importadores de los vehículos miran con desconfianza a sus concesionarios, y les atribuyen la culpa de todo lo que no funciona bien en las relaciones con los clientes, a quienes siempre quieren favorecer en perjuicio de la marca, mejor apague y vámonos.
Pero la realidad es otra, y si piensan así todos están engañados, porque ahora esos asuntos de la Protección al Consumidor de vehículos se analizan aplicando criterios técnicos, efectuando pruebas de funcionamiento bajo la lupa de los peritos expertos, y documentando cuidosamente cada movimiento de la historia el vehículo, de parte y parte, y la Superintendencia de Industria y Comercio le da la razón únicamente a quien sustente con pruebas su posición, porque los discursos veintejuliero, las posiciones arrogantes y la disquisiciones ad infinitum son cosa del pasado.
Y por eso los automóviles ahora andan bien contentos, y comentan entre ellos que corren muy buenos tiempos.

Rodrigo Bueno Vásquez
Derecho del Consumidor de Vehículos

Haga sus consultas y comentarios  a [email protected]

http://www.rodrigobuenovehiculos.com/