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Deportes - 2 marzo, 2015

“Vengo por mi puesto”: ‘Checheo’ Moreno

El zaguero central del Valledupar Fútbol Club se recuperó de la lesión y ahora quiere recuperar el tiempo perdido.

Luis Moreno ha entrenado en los últimos días con el grupo cesarense en el estadio Erasmo Camacho Calamar. JOAQUIN RAMIREZ/ EL PILÓN.
Luis Moreno ha entrenado en los últimos días con el grupo cesarense en el estadio Erasmo Camacho Calamar. JOAQUIN RAMIREZ/ EL PILÓN.

Todos lo conocen como ‘Checheo’, pero su nombre completo es Luis Ernesto Moreno Ibargüen, tiene 31 años y con el Valledupar FC lleva seis.
Hasta el momento no ha jugado con el equipo por la recuperación que tenía tras una operación que le realizaron en el mes de diciembre. Esta semana inició trabajos físicos y ya se siente capacitado para afrontar cualquier compromiso. El jugador quiere recuperar su lugar y el cargo de capitán.

“Me lesioné el semestre pasado, en junio, pero seguí jugando y cuando terminó el torneo me intervinieron. Ahora salí de eso y estoy preparado para jugar. Vengo por mi puesto”, dijo el defensa central.

Es consciente de que viene de un reposo obligado y por ello debe recuperar el ritmo. Sin embargo la experiencia no se improvisa y tiene los guayos listos para la oportunidad.

El jugador oriundo de Carepa, Antioquia, manifestó que la recuperación fue buena y extraña mucho jugar. No se pone nostálgico cuando ve a sus compañeros en el terreno porque confía en sus cualidades.

“Son circunstancias a las que estamos expuestos por la carrera que escogimos, por eso no me doy mala vida. Ahora estoy listo y quiero aportar al equipo lo mejor de mí”, afirmó con optimismo.

Algunos de sus amigos en el fútbol están en otros equipos luchando al igual que él por sus sueños. Su paisano Carlos Rivas ejerce una labor importante con Patriotas, Jorge Arias se levanta en el Deportivo Independiente Medellín, DIM, e Isaac Arias Villamil está listo para jugar con el Deportes Tolima, todo esto le alegra y agradece a Dios porque lo tiene en el onceno verdiblanco y muchos desearían estar como él.

Cuando mira hacia atrás, recuerda dos momentos que marcaron su vida. El primero fue en 2009 cuando fue campeón con Bucaramanga, desafortunadamente –dice- no subió a la A pero se dejó un buen presente.
El segundo, fue el nacimiento de su hija, Sara Camila Moreno que ahora tiene seis años. Vive en Girardot y es el motor de su vida. Desde que vino al mundo, se ‘adueñó’ de sus diciembres y cuando va a visitarla quiere aprovecharla al máximo.

Manifestó que es difícil no tenerla cerca pero prefiere trabajar en esta ciudad para asegurar el sustento de su familia.
Recuerda con mucho sentimiento el día que firmó su primer contrato, tras una espera que veía interminable. Estaba listo para concretar con el cuadro de Bello, Antioquia, cuando se lesionó en 2005.

“Me dio mucha tristeza porque me dio peritonitis y me dijeron que no volvería a jugar, pero ellos me esperaron y allí empezó mi historia”, dijo.
Ahora el central que nació el 10 de mayo de 1983, mide 1.69 metros de estatura y es un enamorado empedernido de Valledupar, espera volver al terreno de juego pisando fuerte para su satisfacción y el de la hinchada verdiblanca, la misma que lo ha visto muchos años reír, llorar, ganar y perder. A la que respeta y quiere.

Por Tatiana Orozco Mazzilli
[email protected]

Deportes
2 marzo, 2015

“Vengo por mi puesto”: ‘Checheo’ Moreno

El zaguero central del Valledupar Fútbol Club se recuperó de la lesión y ahora quiere recuperar el tiempo perdido.


Luis Moreno ha entrenado en los últimos días con el grupo cesarense en el estadio Erasmo Camacho Calamar. JOAQUIN RAMIREZ/ EL PILÓN.
Luis Moreno ha entrenado en los últimos días con el grupo cesarense en el estadio Erasmo Camacho Calamar. JOAQUIN RAMIREZ/ EL PILÓN.

Todos lo conocen como ‘Checheo’, pero su nombre completo es Luis Ernesto Moreno Ibargüen, tiene 31 años y con el Valledupar FC lleva seis.
Hasta el momento no ha jugado con el equipo por la recuperación que tenía tras una operación que le realizaron en el mes de diciembre. Esta semana inició trabajos físicos y ya se siente capacitado para afrontar cualquier compromiso. El jugador quiere recuperar su lugar y el cargo de capitán.

“Me lesioné el semestre pasado, en junio, pero seguí jugando y cuando terminó el torneo me intervinieron. Ahora salí de eso y estoy preparado para jugar. Vengo por mi puesto”, dijo el defensa central.

Es consciente de que viene de un reposo obligado y por ello debe recuperar el ritmo. Sin embargo la experiencia no se improvisa y tiene los guayos listos para la oportunidad.

El jugador oriundo de Carepa, Antioquia, manifestó que la recuperación fue buena y extraña mucho jugar. No se pone nostálgico cuando ve a sus compañeros en el terreno porque confía en sus cualidades.

“Son circunstancias a las que estamos expuestos por la carrera que escogimos, por eso no me doy mala vida. Ahora estoy listo y quiero aportar al equipo lo mejor de mí”, afirmó con optimismo.

Algunos de sus amigos en el fútbol están en otros equipos luchando al igual que él por sus sueños. Su paisano Carlos Rivas ejerce una labor importante con Patriotas, Jorge Arias se levanta en el Deportivo Independiente Medellín, DIM, e Isaac Arias Villamil está listo para jugar con el Deportes Tolima, todo esto le alegra y agradece a Dios porque lo tiene en el onceno verdiblanco y muchos desearían estar como él.

Cuando mira hacia atrás, recuerda dos momentos que marcaron su vida. El primero fue en 2009 cuando fue campeón con Bucaramanga, desafortunadamente –dice- no subió a la A pero se dejó un buen presente.
El segundo, fue el nacimiento de su hija, Sara Camila Moreno que ahora tiene seis años. Vive en Girardot y es el motor de su vida. Desde que vino al mundo, se ‘adueñó’ de sus diciembres y cuando va a visitarla quiere aprovecharla al máximo.

Manifestó que es difícil no tenerla cerca pero prefiere trabajar en esta ciudad para asegurar el sustento de su familia.
Recuerda con mucho sentimiento el día que firmó su primer contrato, tras una espera que veía interminable. Estaba listo para concretar con el cuadro de Bello, Antioquia, cuando se lesionó en 2005.

“Me dio mucha tristeza porque me dio peritonitis y me dijeron que no volvería a jugar, pero ellos me esperaron y allí empezó mi historia”, dijo.
Ahora el central que nació el 10 de mayo de 1983, mide 1.69 metros de estatura y es un enamorado empedernido de Valledupar, espera volver al terreno de juego pisando fuerte para su satisfacción y el de la hinchada verdiblanca, la misma que lo ha visto muchos años reír, llorar, ganar y perder. A la que respeta y quiere.

Por Tatiana Orozco Mazzilli
[email protected]