Esta dicción latina con que titulé hoy mi columna, significa “retrocede”, y es utilizada en exorcismos con la expresión completa, “…Vade retro satanás…”, que significa: apártate diablo. De un tiempo para acá, he sentido la profunda necesidad de buscar a Dios, y desde ese momento comencé a percibir un intenso rechazo hacia todas las cosas que me recuerden o que le hagan apología al diablo, como tengo conocimiento de que el mayor artificio del enemigo es hacernos creer que él no existe, por eso trato de evitarlo al máximo, pues la carne es débil y yo no soy Santo.
Por eso aunque suene a fanatismo, hay ciertos productos y marcas los cuales trato de no consumir, como los enlatados venezolanos llamados diablitos o los americanos libbys, carne de diablo de Zenú, jamón endiablado Plumrose, el vino chileno Casillero del Diablo, los fósforos El Diablo, entre otros. Me encanta la música de Oscar de León, conocido como el “diablo de la salsa” pero prefiero no llamarlo así, tengo muchos amigos a los cuales les dicen de cariño “diablo” o “diablito”.
Más nunca los he denominado así: Carlos Alberto Pimienta, Yamule Rabashi, y Omar Geles, quien según tengo entendido tiene años de no permitir que le llamen así. Precisamente gracias a este remoquete fue que su agrupación, al lado de mi gran amigo Miguel Morales, se llamó ‘Los Diablitos’. Hoy mi columna no es dedicada al averno, sino a estas dos grande figuras de la música, que hace años tomaron rumbos diferentes, pero igualmente exitosos cada quien por su lado, este conjunto fue muy famoso en su momento, comenzando a gustar en la clase popular inicialmente y luego calando en todos los estratos.
Tuvieron varios éxitos a nivel nacional, y en el interior eran ampliamente conocidos. Me da mucha nostalgia cuando escucho sus temas pegajosos, el acordeón ágil, melodioso y sabroso de Omar, la voz única de ‘Migue’, la sencillez, humildad y carisma de ambos les permitió alcanzar el estrellato e incluso recorrer muchos países de América y Europa.
Ellos hicieron historia en el vallenato, y sería algo grandioso que volvieran a unirse para grabar un disco, una especie de reencuentro, les puedo asegura que sería un éxito rotundo, todas las personas a quienes les he expuesto esta inquietud, están de acuerdo conmigo, en que esos dos grandes músicos deberían unirse y hacer una nueva producción, pues fueron muchas las alegrías que nos brindaron en su época dorada.
Voy a tratar de concertar una reunión con los artistas e invitar a los representantes Juan Manuel Geles, Erick Gerónimo, al colega Aquiles Hernández y a los hombres de radio Javier Fernández Maestre, Korak Pérez, Jaime Pérez, Isaac León y Celso Guerra, para mirar los beneficios de esta idea y lograr cristalizarla en pro de nuestro folclor.