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Columnista - 16 julio, 2014

Tutifrutis de vergüenzas

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan han regresado de sus merecidas vacaciones de Santa Marta muy temperamentales, por nada se inquietan. La verdad es que siempre he respetado sus opiniones, yo no actúo como los políticos (¿?). El domingo, en horas de la tarde, cuando nos reunimos en la terraza de la casa […]

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan han regresado de sus merecidas vacaciones de Santa Marta muy temperamentales, por nada se inquietan. La verdad es que siempre he respetado sus opiniones, yo no actúo como los políticos (¿?).

El domingo, en horas de la tarde, cuando nos reunimos en la terraza de la casa del Oftalmólogo Afranio Restrepo Córdoba (estábamos de visita) los noté inquisidores porque hasta le preguntaron al anfitrión que si era cierto que él era quien disponía y apalancaba siempre el nombre del Presidente de la Cámara de Comercio de Valledupar.

Me dio mucha pena, verdad que sí, porque no era el momento, aunque Afranio Restrepo no respondió la pregunta, sonrió (a Tío Chiro le pareció que fue una señal de asentimiento).

Ese domingo no fue tan fácil para mí. En otra visita que hicimos no se callaron un segundo.

Preguntaron con mucha insistencia por qué los abogados de la Universidad Popular del Cesar no recuperan parte de los 6 o 7 mil millones de pesos que ha pagado a los empleados que han sido reintegrados a sus cargos por los jueces.

Tío Nan pregunta: por qué no se ejecutan las acciones de repetición contra los rectores que despidieron de manera injusta a esos trabajadores de la UPC.

“Lo que si es cierto”, afirma Tío Nan es que muchos de ellos están podridos de plata y tienen fincas y muchos bienes raíces, solo con haber ocupado la rectoría de la UPC, pero hoy se han declarado en bancarrota. Incluso, varios de esos rectores trabajan para la misma universidad y no ha sido posible que les embarguen los salarios. ¡No hay derecho para tanta infamia!

Es que tenemos un Estado con instituciones salpicadas con mucha corrupción y los funcionarios públicos justifican cada error. “Hecha la ley, hecha la trampa”, reza el adagio de los delincuentes.

Fíjense ustedes, amables lectores, que del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar (SIVA) hicieron renunciar a la reconocida periodista Lucía Salem (no la conocemos) para designar a Manuela Sanín, la que según los periodistas de Valledupar no sabe ni la O por redondo de periodismo, ella dice que es politóloga.

Los periodistas Alex Acuña y Ubaldo Anaya (periodistas) se ha rasgado la vestidura una y mil veces tratando de encontrarle explicación a ese embrollo en el SIVA, mientras hay en la ciudad decenas de verdaderos periodistas sin trabajo. No se sabe qué se quiere manipular. ¡Dios! Qué cosa con esta maquinaria.

A lo que nada nos cuesta, hagámosle fiesta, viva LocoValle.

Pero como estamos en LoColombia y LocoValle, fíjense ustedes como nos quieren seguir metiendo los mismos con las mismas. Por intereses insospechados ha saltado a la palestra el abogado vallenato Edgardo Maya Villazón como serio aspirante a la Contraloría General de la Nación, uno de los organismos en donde más prospera la inaplazable corrupción.

Según Tío Chiro, lo extraño de todo no es que la Corte Constitucional lo haya ternado, lo que asombra es que podría ser elegido por el Congreso no obstante que en menos de dos años deba renunciar porque llega a la edad de retiro forzoso. Maya, señores (as) nació el 24 de julio de 1951, es decir que en el 2016 cumple 65 años y entonces, deberán elegir nuevo Contralor, ¿cómo les queda el ojo? “A mi morado, otra vergüenza para el país”, respondió Tío Nan.

Hasta la próxima semana.

Por Aquilino Cotes Zuleta

Columnista
16 julio, 2014

Tutifrutis de vergüenzas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan han regresado de sus merecidas vacaciones de Santa Marta muy temperamentales, por nada se inquietan. La verdad es que siempre he respetado sus opiniones, yo no actúo como los políticos (¿?). El domingo, en horas de la tarde, cuando nos reunimos en la terraza de la casa […]


Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan han regresado de sus merecidas vacaciones de Santa Marta muy temperamentales, por nada se inquietan. La verdad es que siempre he respetado sus opiniones, yo no actúo como los políticos (¿?).

El domingo, en horas de la tarde, cuando nos reunimos en la terraza de la casa del Oftalmólogo Afranio Restrepo Córdoba (estábamos de visita) los noté inquisidores porque hasta le preguntaron al anfitrión que si era cierto que él era quien disponía y apalancaba siempre el nombre del Presidente de la Cámara de Comercio de Valledupar.

Me dio mucha pena, verdad que sí, porque no era el momento, aunque Afranio Restrepo no respondió la pregunta, sonrió (a Tío Chiro le pareció que fue una señal de asentimiento).

Ese domingo no fue tan fácil para mí. En otra visita que hicimos no se callaron un segundo.

Preguntaron con mucha insistencia por qué los abogados de la Universidad Popular del Cesar no recuperan parte de los 6 o 7 mil millones de pesos que ha pagado a los empleados que han sido reintegrados a sus cargos por los jueces.

Tío Nan pregunta: por qué no se ejecutan las acciones de repetición contra los rectores que despidieron de manera injusta a esos trabajadores de la UPC.

“Lo que si es cierto”, afirma Tío Nan es que muchos de ellos están podridos de plata y tienen fincas y muchos bienes raíces, solo con haber ocupado la rectoría de la UPC, pero hoy se han declarado en bancarrota. Incluso, varios de esos rectores trabajan para la misma universidad y no ha sido posible que les embarguen los salarios. ¡No hay derecho para tanta infamia!

Es que tenemos un Estado con instituciones salpicadas con mucha corrupción y los funcionarios públicos justifican cada error. “Hecha la ley, hecha la trampa”, reza el adagio de los delincuentes.

Fíjense ustedes, amables lectores, que del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar (SIVA) hicieron renunciar a la reconocida periodista Lucía Salem (no la conocemos) para designar a Manuela Sanín, la que según los periodistas de Valledupar no sabe ni la O por redondo de periodismo, ella dice que es politóloga.

Los periodistas Alex Acuña y Ubaldo Anaya (periodistas) se ha rasgado la vestidura una y mil veces tratando de encontrarle explicación a ese embrollo en el SIVA, mientras hay en la ciudad decenas de verdaderos periodistas sin trabajo. No se sabe qué se quiere manipular. ¡Dios! Qué cosa con esta maquinaria.

A lo que nada nos cuesta, hagámosle fiesta, viva LocoValle.

Pero como estamos en LoColombia y LocoValle, fíjense ustedes como nos quieren seguir metiendo los mismos con las mismas. Por intereses insospechados ha saltado a la palestra el abogado vallenato Edgardo Maya Villazón como serio aspirante a la Contraloría General de la Nación, uno de los organismos en donde más prospera la inaplazable corrupción.

Según Tío Chiro, lo extraño de todo no es que la Corte Constitucional lo haya ternado, lo que asombra es que podría ser elegido por el Congreso no obstante que en menos de dos años deba renunciar porque llega a la edad de retiro forzoso. Maya, señores (as) nació el 24 de julio de 1951, es decir que en el 2016 cumple 65 años y entonces, deberán elegir nuevo Contralor, ¿cómo les queda el ojo? “A mi morado, otra vergüenza para el país”, respondió Tío Nan.

Hasta la próxima semana.

Por Aquilino Cotes Zuleta