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Columnista - 21 julio, 2014

¿Tercera Guerra Mundial?

Por la convulsionada situación que vive el mundo, hay factores que hacen pensar en el regreso de un enfrentamiento orbital. No hemos evolucionado como raza, seguimos siendo los mismos intolerantes, racistas y violentos de siempre, nos matamos por temas de poder religioso, político, económico y territorial; sin embargo, ahora, las naciones antes de iniciar una […]

Por la convulsionada situación que vive el mundo, hay factores que hacen pensar en el regreso de un enfrentamiento orbital. No hemos evolucionado como raza, seguimos siendo los mismos intolerantes, racistas y violentos de siempre, nos matamos por temas de poder religioso, político, económico y territorial; sin embargo, ahora, las naciones antes de iniciar una Tercera Guerra Mundial, tienen que pensarlo dos veces, ya que es una gran aventura económica que nadie quiere emprender en tiempos de crisis.

Estamos ante una nueva fase en la composición de fuerzas en el mundo, hay países que viven guerras aisladas y otros, con una tensión generalizada por sus ideologías que se pueden sumar a la relación de factores para generar una nueva pugna entre potencias, especialmente EEUU y Rusia, que siempre han mantenido un pulso histórico.

El principal detonante es la guerra interna de Ucrania, que tiene a todos en vilo desde que rebeldes pro-rusos volaron un avión comercial de Malasia Airlines y que aumenta las fricciones con Barack Obama, quien en su papel de comandante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán) y como parte del G8, tiene que tomar el toro por los cuernos y persuadir, a un Vladimir Putin bastante fortalecido, quien ha llevado a Rusia a un desarrollo inusitado desde que asumió en 1999, pero con muchos escándalos de corrupción, para que no alimente un enfrentamiento que parece no tener fin por el control de Crimea; no es tarea fácil, teniendo en cuenta que el presidente ruso acude al nacionalismo y quiere recuperar el imperio ruso que hizo fuerte a su nación por mucho tiempo, y si a esto, le sumamos el desafió permanente de Irán y Korea del Norte, que siguen sus procesos de armamento nuclear; más el enfrentamiento en Siria; la guerra entre Israel y Palestina, que se encuentra en su punto más álgido; la situación en Irak, que se salió de control y el constante roce con Venezuela y sus aliados del Alba con quienes Putin tiene cercanía; el resultado es un coctel que podría ocasionar la alineación de unos y otros, en torno a un factor común: el odio hacia el país del Tío Sam, y en consecuencia, generar un conflicto sin precedentes en la historia del mundo, que aún no se repone de momentos como: cuando Hitler dominaba Europa y masacraba judíos en los campos de concentración, o peor, de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, la mayor vergüenza humana; da terror y causa escalofrío pensar que estas tragedias puedan repetirse, en medio de una crisis humanitaria en todo el planeta, por la falta de oportunidades, en la mayor parte de las naciones.

Se debería estar pensado en como mitigar el hambre, en una mejor educación y en elevar los índices de empleo, en vez de guerras inútiles e inoficiosas, por cuenta de líderes que solo piensan de forma individual, acudiendo siempre al populismo guerrerista para mantenerse en el poder.

Ojalá se calmen los ánimos y la diplomacia triunfe, sería una catástrofe de proporciones imaginadas.

Columnista
21 julio, 2014

¿Tercera Guerra Mundial?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Por la convulsionada situación que vive el mundo, hay factores que hacen pensar en el regreso de un enfrentamiento orbital. No hemos evolucionado como raza, seguimos siendo los mismos intolerantes, racistas y violentos de siempre, nos matamos por temas de poder religioso, político, económico y territorial; sin embargo, ahora, las naciones antes de iniciar una […]


Por la convulsionada situación que vive el mundo, hay factores que hacen pensar en el regreso de un enfrentamiento orbital. No hemos evolucionado como raza, seguimos siendo los mismos intolerantes, racistas y violentos de siempre, nos matamos por temas de poder religioso, político, económico y territorial; sin embargo, ahora, las naciones antes de iniciar una Tercera Guerra Mundial, tienen que pensarlo dos veces, ya que es una gran aventura económica que nadie quiere emprender en tiempos de crisis.

Estamos ante una nueva fase en la composición de fuerzas en el mundo, hay países que viven guerras aisladas y otros, con una tensión generalizada por sus ideologías que se pueden sumar a la relación de factores para generar una nueva pugna entre potencias, especialmente EEUU y Rusia, que siempre han mantenido un pulso histórico.

El principal detonante es la guerra interna de Ucrania, que tiene a todos en vilo desde que rebeldes pro-rusos volaron un avión comercial de Malasia Airlines y que aumenta las fricciones con Barack Obama, quien en su papel de comandante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán) y como parte del G8, tiene que tomar el toro por los cuernos y persuadir, a un Vladimir Putin bastante fortalecido, quien ha llevado a Rusia a un desarrollo inusitado desde que asumió en 1999, pero con muchos escándalos de corrupción, para que no alimente un enfrentamiento que parece no tener fin por el control de Crimea; no es tarea fácil, teniendo en cuenta que el presidente ruso acude al nacionalismo y quiere recuperar el imperio ruso que hizo fuerte a su nación por mucho tiempo, y si a esto, le sumamos el desafió permanente de Irán y Korea del Norte, que siguen sus procesos de armamento nuclear; más el enfrentamiento en Siria; la guerra entre Israel y Palestina, que se encuentra en su punto más álgido; la situación en Irak, que se salió de control y el constante roce con Venezuela y sus aliados del Alba con quienes Putin tiene cercanía; el resultado es un coctel que podría ocasionar la alineación de unos y otros, en torno a un factor común: el odio hacia el país del Tío Sam, y en consecuencia, generar un conflicto sin precedentes en la historia del mundo, que aún no se repone de momentos como: cuando Hitler dominaba Europa y masacraba judíos en los campos de concentración, o peor, de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, la mayor vergüenza humana; da terror y causa escalofrío pensar que estas tragedias puedan repetirse, en medio de una crisis humanitaria en todo el planeta, por la falta de oportunidades, en la mayor parte de las naciones.

Se debería estar pensado en como mitigar el hambre, en una mejor educación y en elevar los índices de empleo, en vez de guerras inútiles e inoficiosas, por cuenta de líderes que solo piensan de forma individual, acudiendo siempre al populismo guerrerista para mantenerse en el poder.

Ojalá se calmen los ánimos y la diplomacia triunfe, sería una catástrofe de proporciones imaginadas.