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Columnista - 8 noviembre, 2014

Pruebas de la existencia de Dios

La primera gran y más irrefutable prueba de la existencia de Dios, somos nosotros mismos, aún no he podido entender ese dilema que existe, entre la ciencia y la religión, diferencias de criterio que se dan, más que todo por la intransigencia de la ciencia. Yo no me baso en estudios, criterios o pruebas, prefiero […]

La primera gran y más irrefutable prueba de la existencia de Dios, somos nosotros mismos, aún no he podido entender ese dilema que existe, entre la ciencia y la religión, diferencias de criterio que se dan, más que todo por la intransigencia de la ciencia. Yo no me baso en estudios, criterios o pruebas, prefiero ser más descomplicado y lógico en este asunto, simplemente me baso en mi sentido común y sobre todo: En los milagros que día tras día, percibo a mi alrededor y en mi vida.

 

Se han visto casos que la ciencia no ha podido explicar, personas invadidas de cáncer, desahuciadas, sin esperanza alguna de vida, que de la noche a la mañana están sanas, a los mismos científicos nos le ha quedado más remedio, que aceptar que lo que acaban de presenciar es un milagro.

 

Negar la existencia de otros seres y otros mundos, para mí es algo realmente ilógico, comenzando porque Dios, es sin duda extraterrestre, Él mismo lo dijo: “…Mi Reino no es de este mundo…” y la palabra extraterrestre significa eso: Que es de afuera de la tierra.

 

No me refiero a que Dios, sea un alienígena, si no a que en su inmensa sabiduría, nos creó a su imagen y semejanza, pero sin duda también creó otras especies, para habitar el universo, este es inmenso e indudablemente en otros planetas y en otras galaxias lejanas debe existir vida inteligente, pero siendo nosotros sus hijos predilectos, nos hizo iguales a Él, por eso también permitió que su hijo unigénito diera su vida por nosotros. No solamente nos concibió, sino que nos regaló un paraíso para que lo habitáramos, y una bitácora de vida, que es sin duda Jesucristo, sus enseñanzas, su ejemplo de vida, sus obras, ese es el verdadero camino que Dios quiere para nosotros.

 

Recientemente Dios me concedió la gracia y el honor, de poder asistir al recibimiento del grupo de 73 almas que fueron a los retiros de Emaus, de los cuales, la gran mayoría son mis amigos, destaco la presencia de mi hermano menor Raúl Alberto “Pongo”, quien sin duda se vio tocado por la reciente muerte de nuestro vecino y gran amigo “Memo” Oñate, el cual también había ido a recibir esta bendición, su vinculación a Emaus y su repentina e inesperada partida, fueron sin duda claves en la decisión de muchos de los que asistieron al último retiro, como su hermano Rodolfo Antonio y su padre Jorge Luis, quien lo corroboró durante el testimonio que dio ante las casi mil personas que estuvimos la tarde del domingo. Escuchar su testimonio de fe, ha sido una de las cosas más conmovedoras que me han pasado en mi vida, al igual que las palabras del Alcalde Fredys Socarrás, quien también fue uno de los afortunados que asistió a esta bendita actividad.

 

Esa tarde hasta el cielo se vistió de gala, hubo unas nubes hermosas, con figuras angelicales, enmarcadas en un firmamento diáfano y con una luna plateada, brillando en pleno día, todos los que allí estuvimos pudimos ver ese hermoso espectáculo, que solo vino a recordarnos que Dios ahí estaba. Estos retiro espirituales, reafirman nuestra fe en Cristo, y actividades como la de Emaus, nos ratifican que Jesucristo ha resucitado, y está vivo entre nosotros, es una prueba fehaciente de la existencia de Dios, felicito a todos quienes están en la búsqueda de Dios, pues como dice la Palabra en Mateo 6, 33 “…Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás os será añadido…”

Columnista
8 noviembre, 2014

Pruebas de la existencia de Dios

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

La primera gran y más irrefutable prueba de la existencia de Dios, somos nosotros mismos, aún no he podido entender ese dilema que existe, entre la ciencia y la religión, diferencias de criterio que se dan, más que todo por la intransigencia de la ciencia. Yo no me baso en estudios, criterios o pruebas, prefiero […]


La primera gran y más irrefutable prueba de la existencia de Dios, somos nosotros mismos, aún no he podido entender ese dilema que existe, entre la ciencia y la religión, diferencias de criterio que se dan, más que todo por la intransigencia de la ciencia. Yo no me baso en estudios, criterios o pruebas, prefiero ser más descomplicado y lógico en este asunto, simplemente me baso en mi sentido común y sobre todo: En los milagros que día tras día, percibo a mi alrededor y en mi vida.

 

Se han visto casos que la ciencia no ha podido explicar, personas invadidas de cáncer, desahuciadas, sin esperanza alguna de vida, que de la noche a la mañana están sanas, a los mismos científicos nos le ha quedado más remedio, que aceptar que lo que acaban de presenciar es un milagro.

 

Negar la existencia de otros seres y otros mundos, para mí es algo realmente ilógico, comenzando porque Dios, es sin duda extraterrestre, Él mismo lo dijo: “…Mi Reino no es de este mundo…” y la palabra extraterrestre significa eso: Que es de afuera de la tierra.

 

No me refiero a que Dios, sea un alienígena, si no a que en su inmensa sabiduría, nos creó a su imagen y semejanza, pero sin duda también creó otras especies, para habitar el universo, este es inmenso e indudablemente en otros planetas y en otras galaxias lejanas debe existir vida inteligente, pero siendo nosotros sus hijos predilectos, nos hizo iguales a Él, por eso también permitió que su hijo unigénito diera su vida por nosotros. No solamente nos concibió, sino que nos regaló un paraíso para que lo habitáramos, y una bitácora de vida, que es sin duda Jesucristo, sus enseñanzas, su ejemplo de vida, sus obras, ese es el verdadero camino que Dios quiere para nosotros.

 

Recientemente Dios me concedió la gracia y el honor, de poder asistir al recibimiento del grupo de 73 almas que fueron a los retiros de Emaus, de los cuales, la gran mayoría son mis amigos, destaco la presencia de mi hermano menor Raúl Alberto “Pongo”, quien sin duda se vio tocado por la reciente muerte de nuestro vecino y gran amigo “Memo” Oñate, el cual también había ido a recibir esta bendición, su vinculación a Emaus y su repentina e inesperada partida, fueron sin duda claves en la decisión de muchos de los que asistieron al último retiro, como su hermano Rodolfo Antonio y su padre Jorge Luis, quien lo corroboró durante el testimonio que dio ante las casi mil personas que estuvimos la tarde del domingo. Escuchar su testimonio de fe, ha sido una de las cosas más conmovedoras que me han pasado en mi vida, al igual que las palabras del Alcalde Fredys Socarrás, quien también fue uno de los afortunados que asistió a esta bendita actividad.

 

Esa tarde hasta el cielo se vistió de gala, hubo unas nubes hermosas, con figuras angelicales, enmarcadas en un firmamento diáfano y con una luna plateada, brillando en pleno día, todos los que allí estuvimos pudimos ver ese hermoso espectáculo, que solo vino a recordarnos que Dios ahí estaba. Estos retiro espirituales, reafirman nuestra fe en Cristo, y actividades como la de Emaus, nos ratifican que Jesucristo ha resucitado, y está vivo entre nosotros, es una prueba fehaciente de la existencia de Dios, felicito a todos quienes están en la búsqueda de Dios, pues como dice la Palabra en Mateo 6, 33 “…Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás os será añadido…”