Septiembre es el mes del patrimonio. Generalmente los vallenatos desconocemos la responsabilidad que tenemos sobre la permanencia y conservación de nuestro patrimonio histórico, frente a esa realidad es imperante hacer una reflexión sobre el futuro de nuestros patrimonios edificados y el rol que deben jugar los institutos de cultura y los entes que velan por la conservación del patrimonio.

En este mes se escuchará mucho la palabra patrimonio histórico. Pero ¿Qué es eso? Es el camino cierto de nuestras propias afirmaciones como entidad cultural, son los múltiples patrimonios que poseemos. Las referencias de pertenencia y de afirmación cultural, que encierra el patrimonio tangible, son testimonios de la riqueza de una historia llena de aciertos y errores, la cual incorpora y decanta procesos culturales y modos de vida riquísimos.

Larga y penosa ha sido en nuestra ciudad, la lucha de unos pocos por preservar el patrimonio histórico, podríamos decir que en la Plaza Alfonso López se ha perdido un rasgo caracterizante, por una sucesión depronto descontrolada de intervenciones de muy diversas índoles y procedencias. La conservación de nuestro patrimonio ha corrido y corre por cuenta de nadie, que lastima, nunca hemos sido celosos de él. Por eso mi mensaje de hoy es que debemos respetar nuestro patrimonio y evitemos seguir dándole puñaladas.

Ha sido vergonzante las últimas noticias sobre el delito de asesinato y luego violación de un menor de 9 años por parte de un degenerado taxista en la Jagua de Ibirico y luego otra aberrante noticia sobre el delito de accesos carnal en una menor de edad por parte de un tío. Qué horror. Ya en si el abuso sexual constituye un acto repugnante, un delito de severísima sanción, pero el hecho de que buena parte de los perpetradores de esas aberraciones sean a veces los propios padres, padrastros, amigos y otros familiares, traspasa los límites de la infamia y exige que, además del castigo necesario a los culpables se les pudiera aplicar la castración a los autores del delito. No hacer un comentario de estos sería asumir una actitud de complicidad al permanecer indiferente ante estos fenómenos de degradación que amenaza con destruir muchas familias y que no porque dejen de denunciarse en las mayorías de las veces, son menos alarmantes, por lo tanto hay que actuar con rapidez y fondo.

Sería bueno que nuestro buen Alcalde Fredy Socarras, hiciera contacto rápidamente con unos expertos británicos que se encuentran en Barranquilla con el fin de traerlos a Valledupar y que estos den a conocer su experiencia sobre movilidad y dar luces para unir al sector público, privado y académico, tras la consolidación de propuestas que mejoren la movilidad y la calidad de vida de los Vallenatos. El profesor NIEK TYLER, quien encabeza la experiencia en cuanto al transporte sostenible y movilidad, se encuentra dictando un taller titulado “Recreando movilidad para Barranquilla”, no nos caería mal un taller en nuestra querida Valledupar.

POSDATA: Y qué es lo que se piensan los comerciantes de la avenida Simón Bolívar, ¿que no se pavimente esta arteria por la bonita cara de ellos? Mandan cascara, no señores primero la ciudad y después ustedes.