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Columnista - 14 febrero, 2015

Para Dios no hay imposibles

Por cada lector que le parecen vanas y estúpidas mis columnas, hay veinte que me llaman o que me encuentro en la calle y se acercan a felicitarme cariñosa y efusivamente por ellas. A todos ellos les doy gracias por leerme, tanto a los que me critican con sorna, como aquellos que lo hacen con […]

Por cada lector que le parecen vanas y estúpidas mis columnas, hay veinte que me llaman o que me encuentro en la calle y se acercan a felicitarme cariñosa y efusivamente por ellas. A todos ellos les doy gracias por leerme, tanto a los que me critican con sorna, como aquellos que lo hacen con agrado, pues gracias a ellos y sus manifestaciones de admiración y algunos de antipatía, es que semanalmente Dios me regala un poquito de su sabiduría, de su fuerza y permite que en mi memoria surja un tema para este espacio, que a pulso, con constancia y responsabilidad me he ganado.

No es fácil complacer a todo el mundo y mucho menos tener un tema semanal que pueda captar la atención de tan distinguidos lectores con los que cuenta este prestigioso diario. Leyendo el artículo que escribió el día jueves, en este mismo medio, el distinguido médico y compositor Fernando Dangond Castro, titulado ‘El Poder de la Oración en mi vida’ y el cual es un emocionante y breve relato (y digo breve porque fueron muchos meses de angustia) de la odisea que le tocó vivir a este vallenato y a su esposa luego de que a su pequeña hija Cristy, le fuera diagnosticado un cáncer terminal, no tuve más remedio que escribir esta columna, pues cada día me sorprendo con el poder de Dios, quien sin duda alguna es autor del milagro que la pequeña niña se encuentre curada por completo.

Más conmovedor aun es el hecho de que su padre y su madre reconozcan de que están en la obligación de dar testimonio de lo ocurrido, si a esto le sumamos la posición de Fernando, de ser un eminente científico y la intrínseca condición de la mayoría de los humanos, de solo acordarnos de Dios cuando estamos en peligro inminente, cuando el pánico a la brisa de la tempestad nos hacer temblar más de miedo que de frío, pero apenas llega la calma, nos olvidamos por completo del creador, teniendo en cuenta todos estos ingredientes, se hace más meritorio y creíble el testimonio de fe de una persona de la calidad humana y la capacidad de raciocinio de Dangond Castro.

Hace unos meses escribí sobre el asunto en una columna que titulé: ‘Pruebas científicas de la existencia de Dios’ y que bueno que sea un científico quien venga a confirmar de que lo que escribo no está del todo errado y mucho menos sea una estupidez. Es más, el 29 de enero el físico teórico Michio Kaku también afirmó haber creado una teoría que confirma la existencia de Dios. El mundo está cambiando sus creencias y se está dando cuenta, de que hay un Dios para el cual no hay imposibles y de que todo lo que a ÉL le pidamos con fe, pues Él nos lo dará. Miremos el caso de la famosa sexóloga Flavia Dos Santos, a quien hace poco le diagnosticaron cáncer y quien anteriormente se había declarado atea, pues hace poco reconoció que su enfermedad le ha hecho cambiar la perspectiva de las cosas, palabras más palabras menos, ahora sí reconoce que existe un Dios, un ser supremo a quien le debemos todo en nuestras vidas y que Él tiene el poder de cambiar todo lo malo de nuestras vidas por cosas buenas, grandes y maravillosas.

Felicito a Cristy, a Fernando y familia por este milagro, y sobre todo por dar testimonio de la grandeza de Jesucristo.
@juliomceledon

Columnista
14 febrero, 2015

Para Dios no hay imposibles

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Por cada lector que le parecen vanas y estúpidas mis columnas, hay veinte que me llaman o que me encuentro en la calle y se acercan a felicitarme cariñosa y efusivamente por ellas. A todos ellos les doy gracias por leerme, tanto a los que me critican con sorna, como aquellos que lo hacen con […]


Por cada lector que le parecen vanas y estúpidas mis columnas, hay veinte que me llaman o que me encuentro en la calle y se acercan a felicitarme cariñosa y efusivamente por ellas. A todos ellos les doy gracias por leerme, tanto a los que me critican con sorna, como aquellos que lo hacen con agrado, pues gracias a ellos y sus manifestaciones de admiración y algunos de antipatía, es que semanalmente Dios me regala un poquito de su sabiduría, de su fuerza y permite que en mi memoria surja un tema para este espacio, que a pulso, con constancia y responsabilidad me he ganado.

No es fácil complacer a todo el mundo y mucho menos tener un tema semanal que pueda captar la atención de tan distinguidos lectores con los que cuenta este prestigioso diario. Leyendo el artículo que escribió el día jueves, en este mismo medio, el distinguido médico y compositor Fernando Dangond Castro, titulado ‘El Poder de la Oración en mi vida’ y el cual es un emocionante y breve relato (y digo breve porque fueron muchos meses de angustia) de la odisea que le tocó vivir a este vallenato y a su esposa luego de que a su pequeña hija Cristy, le fuera diagnosticado un cáncer terminal, no tuve más remedio que escribir esta columna, pues cada día me sorprendo con el poder de Dios, quien sin duda alguna es autor del milagro que la pequeña niña se encuentre curada por completo.

Más conmovedor aun es el hecho de que su padre y su madre reconozcan de que están en la obligación de dar testimonio de lo ocurrido, si a esto le sumamos la posición de Fernando, de ser un eminente científico y la intrínseca condición de la mayoría de los humanos, de solo acordarnos de Dios cuando estamos en peligro inminente, cuando el pánico a la brisa de la tempestad nos hacer temblar más de miedo que de frío, pero apenas llega la calma, nos olvidamos por completo del creador, teniendo en cuenta todos estos ingredientes, se hace más meritorio y creíble el testimonio de fe de una persona de la calidad humana y la capacidad de raciocinio de Dangond Castro.

Hace unos meses escribí sobre el asunto en una columna que titulé: ‘Pruebas científicas de la existencia de Dios’ y que bueno que sea un científico quien venga a confirmar de que lo que escribo no está del todo errado y mucho menos sea una estupidez. Es más, el 29 de enero el físico teórico Michio Kaku también afirmó haber creado una teoría que confirma la existencia de Dios. El mundo está cambiando sus creencias y se está dando cuenta, de que hay un Dios para el cual no hay imposibles y de que todo lo que a ÉL le pidamos con fe, pues Él nos lo dará. Miremos el caso de la famosa sexóloga Flavia Dos Santos, a quien hace poco le diagnosticaron cáncer y quien anteriormente se había declarado atea, pues hace poco reconoció que su enfermedad le ha hecho cambiar la perspectiva de las cosas, palabras más palabras menos, ahora sí reconoce que existe un Dios, un ser supremo a quien le debemos todo en nuestras vidas y que Él tiene el poder de cambiar todo lo malo de nuestras vidas por cosas buenas, grandes y maravillosas.

Felicito a Cristy, a Fernando y familia por este milagro, y sobre todo por dar testimonio de la grandeza de Jesucristo.
@juliomceledon