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Columnista - 28 agosto, 2014

Orangután en proyecto de equilibrio institucional

Eliminar la reelección presidencial, quitarle las funciones nominadoras a las altas cortes, eliminar el Consejo Superior de la Judicatura y el voto preferente, y otros cambios más, son saludables. Pero, aumentar el periodo en los niveles ejecutivo y judicial, son más una propuesta política que conveniente. Algunas de las razones expuestos son las siguientes: 1) […]

Eliminar la reelección presidencial, quitarle las funciones nominadoras a las altas cortes, eliminar el Consejo Superior de la Judicatura y el voto preferente, y otros cambios más, son saludables. Pero, aumentar el periodo en los niveles ejecutivo y judicial, son más una propuesta política que conveniente. Algunas de las razones expuestos son las siguientes: 1) Poco tiempo de mandatarios regionales y locales para realizar sus tareas. La verdad es que no se ha demostrado que a alguno de estos les haga falta tiempo para que sus propuestas de campaña sean ejecutadas porque, por lo general, hacen otra cosa. Darles más tiempo es otorgarles un plazo para que terminen su cierre financiero personal. El alcalde de París, p.ej., es elegido para siete años, reelegible, pero existen la oposición y el control político de esta, es una democracia madura y funciona la autonomía local. Pero en un régimen presidencialista como el nuestro, donde el presidente domeña todas las instancias y poderes del Estado, sería darle más poder, alejándonos cada vez más del equilibrio democrático, contrario a lo que se pretende. Estamos a un paso de la dictadura democrática, ¿para qué uribismo? Creo que están buscando la fiebre en las cobijas; la mayoría de los mandatarios locales y regionales no funcionan y no por falta de tiempo sino porque nada tenían preparado cuando llegaron al poder. Un contraejemplo lo tenemos aquí; Rodolfo campo, en su primera administración, duró dos años, y nadie después, con el doble ha hecho lo que él hizo. 2) Poner a coincidir las elecciones y periodos regionales, locales y central, sincroniza el ejercicio en lo temporal pero no en lo democrático. Hasta donde yo he averiguado, ni en los países de la comunidad europea ni en Norteamérica, los periodos parlamentarios se sincronizan con los de los ejecutivos regionales y/o locales, ni con los del presidente de la República. Es que son escenarios diferentes, así busquen, en teoría, el bienestar de la sociedad. No veo cual sería la ganancia para el desarrollo económico, institucional y social, que es la gobernanza, que se podría lograr con este incremento temporal. Si arrancan al mismo tiempo todos los gobernantes, inicialmente podría generalizarse la improvisación y el chamboneo, como decía López M. ¿A quién consultar? 3) Que es para evitar la ley de garantías electorales que paraliza las administraciones regionales. Este no es un mico, es un orangután. Lo que necesitamos es un sistema de contratación transparente y eficaz. [email protected]

Columnista
28 agosto, 2014

Orangután en proyecto de equilibrio institucional

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Eliminar la reelección presidencial, quitarle las funciones nominadoras a las altas cortes, eliminar el Consejo Superior de la Judicatura y el voto preferente, y otros cambios más, son saludables. Pero, aumentar el periodo en los niveles ejecutivo y judicial, son más una propuesta política que conveniente. Algunas de las razones expuestos son las siguientes: 1) […]


Eliminar la reelección presidencial, quitarle las funciones nominadoras a las altas cortes, eliminar el Consejo Superior de la Judicatura y el voto preferente, y otros cambios más, son saludables. Pero, aumentar el periodo en los niveles ejecutivo y judicial, son más una propuesta política que conveniente. Algunas de las razones expuestos son las siguientes: 1) Poco tiempo de mandatarios regionales y locales para realizar sus tareas. La verdad es que no se ha demostrado que a alguno de estos les haga falta tiempo para que sus propuestas de campaña sean ejecutadas porque, por lo general, hacen otra cosa. Darles más tiempo es otorgarles un plazo para que terminen su cierre financiero personal. El alcalde de París, p.ej., es elegido para siete años, reelegible, pero existen la oposición y el control político de esta, es una democracia madura y funciona la autonomía local. Pero en un régimen presidencialista como el nuestro, donde el presidente domeña todas las instancias y poderes del Estado, sería darle más poder, alejándonos cada vez más del equilibrio democrático, contrario a lo que se pretende. Estamos a un paso de la dictadura democrática, ¿para qué uribismo? Creo que están buscando la fiebre en las cobijas; la mayoría de los mandatarios locales y regionales no funcionan y no por falta de tiempo sino porque nada tenían preparado cuando llegaron al poder. Un contraejemplo lo tenemos aquí; Rodolfo campo, en su primera administración, duró dos años, y nadie después, con el doble ha hecho lo que él hizo. 2) Poner a coincidir las elecciones y periodos regionales, locales y central, sincroniza el ejercicio en lo temporal pero no en lo democrático. Hasta donde yo he averiguado, ni en los países de la comunidad europea ni en Norteamérica, los periodos parlamentarios se sincronizan con los de los ejecutivos regionales y/o locales, ni con los del presidente de la República. Es que son escenarios diferentes, así busquen, en teoría, el bienestar de la sociedad. No veo cual sería la ganancia para el desarrollo económico, institucional y social, que es la gobernanza, que se podría lograr con este incremento temporal. Si arrancan al mismo tiempo todos los gobernantes, inicialmente podría generalizarse la improvisación y el chamboneo, como decía López M. ¿A quién consultar? 3) Que es para evitar la ley de garantías electorales que paraliza las administraciones regionales. Este no es un mico, es un orangután. Lo que necesitamos es un sistema de contratación transparente y eficaz. [email protected]