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Columnista - 9 agosto, 2014

Mitos Urbanos

Tenemos la dicha de ser oriundos de una tierra mágica, llena de leyendas, somos grandes y dignos exponentes de ese bastión cultural, conocido como tradición oral, la singularidad de nuestra civilización y toda la riqueza que ella encierra, indudablemente sobrevive a esta infalible cadena de comunicación universal, los principales ingredientes de nuestro folclor, son fruto […]

Tenemos la dicha de ser oriundos de una tierra mágica, llena de leyendas, somos grandes y dignos exponentes de ese bastión cultural, conocido como tradición oral, la singularidad de nuestra civilización y toda la riqueza que ella encierra, indudablemente sobrevive a esta infalible cadena de comunicación universal, los principales ingredientes de nuestro folclor, son fruto de lo que ancestralmente nuestros abuelos nos han ido contando, principalmente los bellos cantos vallenatos, los cuales se divulgaron en su mayoría, gracias a esos músicos de caminos, a esos juglares andariegos, quienes nos han heredado ese legado, ese tesoro, así mismo se han ido divulgando las leyendas y mitos locales, como el de la conocida Sirena de Hurtado. En todo el mundo es común escuchar historias que rayan en la fantasía, algunas inverosímiles, que nos ponen los pelos de punta, y que pudieron ocurrir en algún pequeño pueblo de cualquier país con latitud por debajo de la línea del Ecuador, o en cualquier Metrópoli, como Nueva York , Berlín o Sídney, son famosas las “Barbies” que le hablaron a un vigilante en Bloomingdale’s, Marshalls o Macy´s en Estados Unidos, o ¿acaso eso no fue, en las tiendas Harrods en Londres? un amigo escuchó que la misma historia aconteció pero en: El Corte Inglés de Madrid, más si embargo hay quienes aseguran que eso pasó fue en el Almacén Vivero, hace unos años aquí en Valledupar, y con nombre propio atestiguan que el celador protagonista de esta historia aún se encuentra recluido en un Hospital Psiquiátrico de Bucaramanga. Lo mismo sucede con la famosa novia de Puerto Colombia, en la vía que de Barranquilla conduce hacia esa localidad del Atlántico, en donde muchos manifiestan haber visto la figura espectral, de una muchacha vestida de blanco, la cual aparece repentinamente en la carretera pidiendo ser llevada, quienes la recogen y la dejan en su casa, al día siguiente se dan cuenta que dejó un chal, o una cartera y al ir a devolvérsela, se encuentran con la escalofriante historia de que la muchacha tiene varios años de haber muerto en un accidente, la víspera de su boda, lo increíble de esta narración es que García Márquez, aseguraba que en la carretera de París a Montpellier también aparecía la novia fantasma y según he escuchado, en la curva del puente Salguero en la carretera de Valledupar a La Paz, muchos la han visto, incluso un amigo mío, un señor muy serio y distinguido, quien transita mucho por esa vía, me asegura que una vez la vió, y se le atravesó en plena calle, el no tuvo tiempo de frenar y supuestamente la arroyó, pero su sorpresa fue grande cuando no sintió ningún golpe y la silueta atravesó el vehículo de manera fugaz y desapareció inmediatamente. De unos días para acá se ha divulgado la historia, del espanto de un niño que está apareciendo en el vecino municipio de La Paz, y según cuentan la criatura que no es nada agraciada, cuando alguien le dijo acerca de lo feo que era, contesto: “…Feo, feo es lo que va a ocurrir aquí en La Paz…” Esa misma historia la escuché hace 30 años, con la única diferencia, que ocurrió en Barranquilla. Lo cierto es que todos estos mitos y leyendas, también forman parte del folclor y enriquecen nuestra tradición oral, pero no debemos caer en fanatismos y supersticiones, y tener claro que cuando Dios está en nuestros corazones, nada malo nos puede pasar, a él es el único a quien debemos temer.

Por Julio Mario Celedón

Columnista
9 agosto, 2014

Mitos Urbanos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Tenemos la dicha de ser oriundos de una tierra mágica, llena de leyendas, somos grandes y dignos exponentes de ese bastión cultural, conocido como tradición oral, la singularidad de nuestra civilización y toda la riqueza que ella encierra, indudablemente sobrevive a esta infalible cadena de comunicación universal, los principales ingredientes de nuestro folclor, son fruto […]


Tenemos la dicha de ser oriundos de una tierra mágica, llena de leyendas, somos grandes y dignos exponentes de ese bastión cultural, conocido como tradición oral, la singularidad de nuestra civilización y toda la riqueza que ella encierra, indudablemente sobrevive a esta infalible cadena de comunicación universal, los principales ingredientes de nuestro folclor, son fruto de lo que ancestralmente nuestros abuelos nos han ido contando, principalmente los bellos cantos vallenatos, los cuales se divulgaron en su mayoría, gracias a esos músicos de caminos, a esos juglares andariegos, quienes nos han heredado ese legado, ese tesoro, así mismo se han ido divulgando las leyendas y mitos locales, como el de la conocida Sirena de Hurtado. En todo el mundo es común escuchar historias que rayan en la fantasía, algunas inverosímiles, que nos ponen los pelos de punta, y que pudieron ocurrir en algún pequeño pueblo de cualquier país con latitud por debajo de la línea del Ecuador, o en cualquier Metrópoli, como Nueva York , Berlín o Sídney, son famosas las “Barbies” que le hablaron a un vigilante en Bloomingdale’s, Marshalls o Macy´s en Estados Unidos, o ¿acaso eso no fue, en las tiendas Harrods en Londres? un amigo escuchó que la misma historia aconteció pero en: El Corte Inglés de Madrid, más si embargo hay quienes aseguran que eso pasó fue en el Almacén Vivero, hace unos años aquí en Valledupar, y con nombre propio atestiguan que el celador protagonista de esta historia aún se encuentra recluido en un Hospital Psiquiátrico de Bucaramanga. Lo mismo sucede con la famosa novia de Puerto Colombia, en la vía que de Barranquilla conduce hacia esa localidad del Atlántico, en donde muchos manifiestan haber visto la figura espectral, de una muchacha vestida de blanco, la cual aparece repentinamente en la carretera pidiendo ser llevada, quienes la recogen y la dejan en su casa, al día siguiente se dan cuenta que dejó un chal, o una cartera y al ir a devolvérsela, se encuentran con la escalofriante historia de que la muchacha tiene varios años de haber muerto en un accidente, la víspera de su boda, lo increíble de esta narración es que García Márquez, aseguraba que en la carretera de París a Montpellier también aparecía la novia fantasma y según he escuchado, en la curva del puente Salguero en la carretera de Valledupar a La Paz, muchos la han visto, incluso un amigo mío, un señor muy serio y distinguido, quien transita mucho por esa vía, me asegura que una vez la vió, y se le atravesó en plena calle, el no tuvo tiempo de frenar y supuestamente la arroyó, pero su sorpresa fue grande cuando no sintió ningún golpe y la silueta atravesó el vehículo de manera fugaz y desapareció inmediatamente. De unos días para acá se ha divulgado la historia, del espanto de un niño que está apareciendo en el vecino municipio de La Paz, y según cuentan la criatura que no es nada agraciada, cuando alguien le dijo acerca de lo feo que era, contesto: “…Feo, feo es lo que va a ocurrir aquí en La Paz…” Esa misma historia la escuché hace 30 años, con la única diferencia, que ocurrió en Barranquilla. Lo cierto es que todos estos mitos y leyendas, también forman parte del folclor y enriquecen nuestra tradición oral, pero no debemos caer en fanatismos y supersticiones, y tener claro que cuando Dios está en nuestros corazones, nada malo nos puede pasar, a él es el único a quien debemos temer.

Por Julio Mario Celedón