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Especial - 27 agosto, 2014

Menores con ‘mayores’ problemas familiares

Con el fin de apuntarle al origen de los problemas sociales de la población vallenata, la Fundación Mi Esperanza, creó un proyecto específicamente para las familias.

La falta de paternidad conlleva a muchos trastornos en las personas, según expertos y por ello la desintegración de las familias vallenatas.
La falta de paternidad conlleva a muchos trastornos en las personas, según expertos y por ello la desintegración de las familias vallenatas.

La problemática social que se viene generando alrededor de los niños, niñas y adolescentes de Valledupar, donde los menores están involucrados en el consumo y comercialización de sustancias alucinógenas, grupos de delincuencia y otro tipo de acciones que van en contra de su bienestar, al parecer, se genera por la desintegración del grupo familiar.
Los matrimonios a corto plazo, los trabajos de los padres que les impide a los hijos gozar de tiempos suficientes en familia, son situaciones por las que, seguramente, se ha provocado esta serie de inconvenientes en la sociedad.
Las estadísticas, reveladas por la Encuesta de Demografía y Salud (ENDS), 2010, de Profamilia, reveló, según la fundación, que el 45% de los hogares vallenatos terminan en separación o divorcio, lo que provoca que exista un porcentaje muy alto de niños y adolescentes que se están criando sin padres.
De igual manera, la encuesta de la ENDS, demostró que, a nivel nacional, de los 51.447 encuestados, el 10% son hogares unipersonales y sólo el 35% de los hogares nucleares están completos y el 12% incompletos, donde falta el padre o la madre. El 8% son parejas jóvenes o viejas sin hijos en el hogar, el 14% son familias extensas completas, es decir, que la pareja vive con sus hijos y otros parientes, 3% son extensas incompletas, 3% son extensas de parejas sin hijos en el hogar y otros parientes y 4% son otros tipos de hogares. Finalmente, el 4% se clasifica como familia compuesta por parientes y no parientes.
Según expertos en familia, la falta de paternidad conlleva a muchos trastornos en los hijos, como rebeldía, falta de identidad e inseguridad.
Eduardo Calderón Morales, presidente de la Fundación Mi Esperanza, aseguró que desde hace ocho años esta entidad viene funcionando. La primera acción que realizó fue la prevención del suicidio, debido a que entre el 2006 y 2008, el municipio registraba un alto índice de personas que se autoeliminaban y otras quedaban en el intento. El proyecto fue denominado ‘La vida es bella, tengo razones para vivir’, que se ejecutó en convenio con la Alcaldía de Valledupar.
Desde hace varios años y a raíz de los hallazgos encontrados por la organización en relación a los jóvenes que pretendían acabar con su vida, la fundación comenzó a trabajar el tema de las familias.
“En el proyecto de prevención al suicidio nos dimos cuenta que todos los problemas sociales, llámese delincuencia juvenil, alcoholismo, drogadicción, promiscuidad sexual e incluso el suicidio tienen un factor común y es la desintegración del núcleo familiar. La gran mayoría de los jóvenes que se intentaron quitar la vida venían de hogares disfuncionales, donde se criaron sin padres, entonces buscamos la raíz del problema”, aclaró Calderón Morales.
Rodolfo Fonseca, enfermero profesional, experto del área de salud mental y emocional en adolescente, afirmó que en dicho proyecto descubrieron que estaban tratando con factores aislados, mezclados en uno: la familia. Lo que los conllevó a buscar el fondo del problema.
“Muchos de los pacientes que teníamos no tenían una depresión como tal, sino una situación de tensión o crisis situacional y con el seguimiento que le hacíamos y las ayudas de encontrarle alternativas de solución a la situación, nos dimos cuenta que su problemática se disminuía”, especificó el experto de la salud.
Al encontrar que los factores relacionados con los ideales suicidas y con la conducta auto-lesiva, sobre todo en adolescentes, quienes se cortaban la piel para sentirse más tranquilos a través de heridas en su cuerpo y tenían pésima comunicación con sus padres, se creó, hace un año, ‘Mi Familia Primero’, un proyecto enfocado al núcleo familiar, el cual es liderado por la Fundación Mi Esperanza.
“Lo que buscamos con este proyecto es apuntar a la raíz de la mayoría de los conflictos sociales que hay en Valledupar, como el alto índice de delincuencia, prostitución y otros factores que tienen raíces en la formación familiar”, manifestó Fonseca.

“Una de las razones por las cuáles fracasan los matrimonios es porque no están preparados para vivir en pareja”: Eduardo Calderón Morales, presidente de la Fundación Mi Esperanza.

El marco teórico del proyecto ‘Mi Familia Primero’ va relacionado de acuerdo con los principios constitucionales el Ministerio de Salud y Protección Social, entidad que en el documento Política Pública para la Familia 2012-2022 identifica diversas tipologías de familia tales como: familias nucleares, monoparentales con jefatura femenina, monoparentales con jefatura masculina, recompuestas, extensas, nucleares transitorias, constituidas por parejas homosexuales, transnacionales, familias conformadas por abuelos y nietos y familias adoptivas.
Con respecto a lo anterior, dicho proyecto, que tiene como fin fortalecer y restaurar a las familias para disminuir los índices de los problemas sociales, consiste en dos etapas, la primera es la promoción en diferentes instituciones, públicas o privadas, en donde se realizan charlas de fortalecimiento de parejas, enseñan a los padres a criar a sus hijos con amor e implementar valores morales, los que, al parecer, han desaparecido.
“Queremos que las familias se acerquen más a Dios, porque creemos que Dios es el fundamento de las familias y solamente, a través de él, podemos cambiar nuestras vidas y restaurar las familias, por eso el proyecto Mi Familia Primero tiene una base que es la teoterapia (tratamiento con Dios)”, dijo otro de los miembros de la organización.
La tercera fase del proyecto es la atención integral, conformado por un equipo multidisciplinario, que brinda la atención médica, psicológica y espiritual, de manera, que se pueda brindar de una forma integral todos los servicios que apunten a la meta inicial del proyecto.

Mi Familia Primero, ofrece servicios de manera gratuita como lo son: terapias de parejas, de familia, para los hijos, para las personas con trastornos emocionales y adicciones.

La Fundación Mi Esperanza es catalogada por los miembros como el brazo social de la iglesia cristiana Cristo vive en mí. En total son 12 los integrantes de este proyecto que busca la restauración de las familias vallenatas, desarrollando programas de prevención de drogadicción, suicidio, maltrato intrafamiliar, entre otros.
Las diferentes instituciones educativas de la ciudad son el objetivo poblacional primordial de este proyecto, motivo por el cual varias han sido visitadas con el fin de darles charlas a los estudiantes para aportarles conocimiento y brindarles acompañamientos en sus procesos de formación.
Meredith Plata, miembro de la fundación, aseguró que la organización también les brinda asesorías y acompañamiento a los chicos de libertad asistida del Cetro de Recepción y Observación del Menor Infractor, Cromi. Cada viernes los jóvenes reciben visitas por parte de la fundación, que está al tanto de su proceso de restauración.
Estadísticas:
La violencia intrafamiliar se ha convertido en un problema de salud pública. La ENDS 2010, informa que en la Región Caribe un 30% de mujeres han sido víctimas de violencia física. En el departamento del Cesar el porcentaje de mujeres que ha experimentado alguna violencia física por parte del esposo o compañero es del 31.6%, superior al promedio de la región. Las agresiones más comunes son los empujones, golpes con la mano, patadas y violación.
En la violencia doméstica el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, para el año 2011, el 88,5 % de los registros de violencia de pareja fue para las mujeres, entre 20 y 29 años, para un total de 23.165 casos. El 11,5 % pertenecía a los hombres, entre los rangos de edades de 25 a 34, para un total de 2.705 casos.

La violencia intrafamiliar en el Cesar se sintetiza:
Niños, niñas y adolescentes (NNA): hombres 83, mujeres 119, para un total de 202 menores.
Violencia a personas mayores de 60 años: hombres 9, mujeres 15, total 24.
Violencia de pareja: hombres 92, mujeres 1.266, para un total 1358.
Violencia entre otros familiares: Hombres 111, mujeres 223 para un total de 334.

Valledupar
NNA: niños 33, niñas 45, total 78.
Violencia a personas mayores: hombres 3, mujeres 6, total 9.
Violencia de pareja: hombres 54, mujeres 733, total 787.
Violencia entre otros familiares: hombres 53, mujeres 129, total 182.
Total: hombres 143 tasa de 71.17; mujeres 913, tasa 429,85. Total 1.056 tasa 255.48

Por Merlin Duarte García/El Pilón
[email protected]

Especial
27 agosto, 2014

Menores con ‘mayores’ problemas familiares

Con el fin de apuntarle al origen de los problemas sociales de la población vallenata, la Fundación Mi Esperanza, creó un proyecto específicamente para las familias.


La falta de paternidad conlleva a muchos trastornos en las personas, según expertos y por ello la desintegración de las familias vallenatas.
La falta de paternidad conlleva a muchos trastornos en las personas, según expertos y por ello la desintegración de las familias vallenatas.

La problemática social que se viene generando alrededor de los niños, niñas y adolescentes de Valledupar, donde los menores están involucrados en el consumo y comercialización de sustancias alucinógenas, grupos de delincuencia y otro tipo de acciones que van en contra de su bienestar, al parecer, se genera por la desintegración del grupo familiar.
Los matrimonios a corto plazo, los trabajos de los padres que les impide a los hijos gozar de tiempos suficientes en familia, son situaciones por las que, seguramente, se ha provocado esta serie de inconvenientes en la sociedad.
Las estadísticas, reveladas por la Encuesta de Demografía y Salud (ENDS), 2010, de Profamilia, reveló, según la fundación, que el 45% de los hogares vallenatos terminan en separación o divorcio, lo que provoca que exista un porcentaje muy alto de niños y adolescentes que se están criando sin padres.
De igual manera, la encuesta de la ENDS, demostró que, a nivel nacional, de los 51.447 encuestados, el 10% son hogares unipersonales y sólo el 35% de los hogares nucleares están completos y el 12% incompletos, donde falta el padre o la madre. El 8% son parejas jóvenes o viejas sin hijos en el hogar, el 14% son familias extensas completas, es decir, que la pareja vive con sus hijos y otros parientes, 3% son extensas incompletas, 3% son extensas de parejas sin hijos en el hogar y otros parientes y 4% son otros tipos de hogares. Finalmente, el 4% se clasifica como familia compuesta por parientes y no parientes.
Según expertos en familia, la falta de paternidad conlleva a muchos trastornos en los hijos, como rebeldía, falta de identidad e inseguridad.
Eduardo Calderón Morales, presidente de la Fundación Mi Esperanza, aseguró que desde hace ocho años esta entidad viene funcionando. La primera acción que realizó fue la prevención del suicidio, debido a que entre el 2006 y 2008, el municipio registraba un alto índice de personas que se autoeliminaban y otras quedaban en el intento. El proyecto fue denominado ‘La vida es bella, tengo razones para vivir’, que se ejecutó en convenio con la Alcaldía de Valledupar.
Desde hace varios años y a raíz de los hallazgos encontrados por la organización en relación a los jóvenes que pretendían acabar con su vida, la fundación comenzó a trabajar el tema de las familias.
“En el proyecto de prevención al suicidio nos dimos cuenta que todos los problemas sociales, llámese delincuencia juvenil, alcoholismo, drogadicción, promiscuidad sexual e incluso el suicidio tienen un factor común y es la desintegración del núcleo familiar. La gran mayoría de los jóvenes que se intentaron quitar la vida venían de hogares disfuncionales, donde se criaron sin padres, entonces buscamos la raíz del problema”, aclaró Calderón Morales.
Rodolfo Fonseca, enfermero profesional, experto del área de salud mental y emocional en adolescente, afirmó que en dicho proyecto descubrieron que estaban tratando con factores aislados, mezclados en uno: la familia. Lo que los conllevó a buscar el fondo del problema.
“Muchos de los pacientes que teníamos no tenían una depresión como tal, sino una situación de tensión o crisis situacional y con el seguimiento que le hacíamos y las ayudas de encontrarle alternativas de solución a la situación, nos dimos cuenta que su problemática se disminuía”, especificó el experto de la salud.
Al encontrar que los factores relacionados con los ideales suicidas y con la conducta auto-lesiva, sobre todo en adolescentes, quienes se cortaban la piel para sentirse más tranquilos a través de heridas en su cuerpo y tenían pésima comunicación con sus padres, se creó, hace un año, ‘Mi Familia Primero’, un proyecto enfocado al núcleo familiar, el cual es liderado por la Fundación Mi Esperanza.
“Lo que buscamos con este proyecto es apuntar a la raíz de la mayoría de los conflictos sociales que hay en Valledupar, como el alto índice de delincuencia, prostitución y otros factores que tienen raíces en la formación familiar”, manifestó Fonseca.

“Una de las razones por las cuáles fracasan los matrimonios es porque no están preparados para vivir en pareja”: Eduardo Calderón Morales, presidente de la Fundación Mi Esperanza.

El marco teórico del proyecto ‘Mi Familia Primero’ va relacionado de acuerdo con los principios constitucionales el Ministerio de Salud y Protección Social, entidad que en el documento Política Pública para la Familia 2012-2022 identifica diversas tipologías de familia tales como: familias nucleares, monoparentales con jefatura femenina, monoparentales con jefatura masculina, recompuestas, extensas, nucleares transitorias, constituidas por parejas homosexuales, transnacionales, familias conformadas por abuelos y nietos y familias adoptivas.
Con respecto a lo anterior, dicho proyecto, que tiene como fin fortalecer y restaurar a las familias para disminuir los índices de los problemas sociales, consiste en dos etapas, la primera es la promoción en diferentes instituciones, públicas o privadas, en donde se realizan charlas de fortalecimiento de parejas, enseñan a los padres a criar a sus hijos con amor e implementar valores morales, los que, al parecer, han desaparecido.
“Queremos que las familias se acerquen más a Dios, porque creemos que Dios es el fundamento de las familias y solamente, a través de él, podemos cambiar nuestras vidas y restaurar las familias, por eso el proyecto Mi Familia Primero tiene una base que es la teoterapia (tratamiento con Dios)”, dijo otro de los miembros de la organización.
La tercera fase del proyecto es la atención integral, conformado por un equipo multidisciplinario, que brinda la atención médica, psicológica y espiritual, de manera, que se pueda brindar de una forma integral todos los servicios que apunten a la meta inicial del proyecto.

Mi Familia Primero, ofrece servicios de manera gratuita como lo son: terapias de parejas, de familia, para los hijos, para las personas con trastornos emocionales y adicciones.

La Fundación Mi Esperanza es catalogada por los miembros como el brazo social de la iglesia cristiana Cristo vive en mí. En total son 12 los integrantes de este proyecto que busca la restauración de las familias vallenatas, desarrollando programas de prevención de drogadicción, suicidio, maltrato intrafamiliar, entre otros.
Las diferentes instituciones educativas de la ciudad son el objetivo poblacional primordial de este proyecto, motivo por el cual varias han sido visitadas con el fin de darles charlas a los estudiantes para aportarles conocimiento y brindarles acompañamientos en sus procesos de formación.
Meredith Plata, miembro de la fundación, aseguró que la organización también les brinda asesorías y acompañamiento a los chicos de libertad asistida del Cetro de Recepción y Observación del Menor Infractor, Cromi. Cada viernes los jóvenes reciben visitas por parte de la fundación, que está al tanto de su proceso de restauración.
Estadísticas:
La violencia intrafamiliar se ha convertido en un problema de salud pública. La ENDS 2010, informa que en la Región Caribe un 30% de mujeres han sido víctimas de violencia física. En el departamento del Cesar el porcentaje de mujeres que ha experimentado alguna violencia física por parte del esposo o compañero es del 31.6%, superior al promedio de la región. Las agresiones más comunes son los empujones, golpes con la mano, patadas y violación.
En la violencia doméstica el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, para el año 2011, el 88,5 % de los registros de violencia de pareja fue para las mujeres, entre 20 y 29 años, para un total de 23.165 casos. El 11,5 % pertenecía a los hombres, entre los rangos de edades de 25 a 34, para un total de 2.705 casos.

La violencia intrafamiliar en el Cesar se sintetiza:
Niños, niñas y adolescentes (NNA): hombres 83, mujeres 119, para un total de 202 menores.
Violencia a personas mayores de 60 años: hombres 9, mujeres 15, total 24.
Violencia de pareja: hombres 92, mujeres 1.266, para un total 1358.
Violencia entre otros familiares: Hombres 111, mujeres 223 para un total de 334.

Valledupar
NNA: niños 33, niñas 45, total 78.
Violencia a personas mayores: hombres 3, mujeres 6, total 9.
Violencia de pareja: hombres 54, mujeres 733, total 787.
Violencia entre otros familiares: hombres 53, mujeres 129, total 182.
Total: hombres 143 tasa de 71.17; mujeres 913, tasa 429,85. Total 1.056 tasa 255.48

Por Merlin Duarte García/El Pilón
[email protected]