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Deportes - 24 octubre, 2014

Luto por ‘muerte’ de un escenario

El gimnasio ‘Jesús Penso’ no solo fue lugar de entrenamiento, sino como ‘hotel’ para algunos boxeadores de escasos recursos que quisieron figurar.

Manuel Prescott vive con nostalgia sus últimos días en el gimnasio ‘Jesús Penso’.
Manuel Prescott vive con nostalgia sus últimos días en el gimnasio ‘Jesús Penso’.

Sus ojos no disimulan la tristeza, mientras sus lágrimas se asoman, dan rienda suelta y corren entre sus rústicos pómulos, como aquel río desbordado en plena furia de invierno.

La mirada de Manuel Prescott queda fija mientras se le pregunta por el valor deportivo que está a punto de guardar en el baúl de los recuerdos.

Calla, luego medita al ver cómo se derrumbarán más de 45 años de historia; el gimnasio ‘Jesús Penso’ pasará a ser una leyenda como testigo de miles de batallas; también como forjadores de talentos que brillaron en la geografía del boxeo nacional e internacional.

En 1970 comenzaron a construir el gimnasio ‘Jesús Penso’, escenario que en los próximos días será demolido debido a la construcción del nuevo estadio.

Mientras cuenta sus anécdotas, camina de un lado para otro, luego hace una pausa para mirar hacia el techo de zinc para recordar historias de las cuales fue testigo su segunda casa, como el aún llama al lugar que será demolido en pocos días, para darle paso a una construcción de mayor envergadura como el nuevo estadio.

Manuel Prescott cuenta los días, tal vez horas o minutos para desocupar el escenario que se convertirá en ruinas; no oculta la nostalgia.

Todo hombre sabio le teme a tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable; pero el hombre de facciones exageradas y de tímida sonrisa le teme a la nostalgia desbordada, por la ‘muerte’ de un lugar que, seguramente, llevará en su alma: el ‘Jesús Penso’.

Manuel Prescott heredó lo que su padre construyó como un castillo de naipes: ‘enseñar a golpear’ a la nueva generación, construir y forjar grandes talentos, los mismos que se han paseado con éxito por los tinglados internacionales.

“Siento mucha nostalgia al ver que el gimnasio lo van a demoler; el Jesús Penso hizo parte de mi vida, porque aquí también trabajó mi padre y formamos grandes boxeadores que luego se convirtieron en estrellas internacionales, por aquí pasaron los hermanos Ricardo y Prudencio Cardona, Breidis y Daulis Prescott, Janer González, Félix ‘Corosito’ Flórez y una gama de pugilistas que luego fueron campeones nacionales”, recordó Manuel Prescott.

El trasteo

Entre guantes menguados al deterioro y demás herramientas amontonadas en un oscuro rincón, al acecho de cucarachas o ratones, el entrenador de la Liga de Boxeo del Cesar se alista para el trasteo para la antigua sede de la Secretaría de Deportes del Cesar.

“Aún recuerdo que el lugar de entrenamiento era el estadio de fútbol y por allá a finales de los años setenta comenzaron a construir el gimnasio, mi papá era el entrenador contratado por la Liga; en aquel entonces Augusto Ramírez era el presidente; luego en una segunda oportunidad fue Coldeportes Departamental el que lo trajo. En 1978 lo trasladaron para el ‘Jesús Penso’, pese a que el escenario no tenía piso ni techo en una parte, mi papá vivió aquí por mucho tiempo. Yo lo ayudaba cuando venía de vacaciones”, recordó Manuel Prescott (hijo).

Desde entonces, el hoy esquinero del departamento del Cesar comenzó a hacer sus pininos como entrenador. “Mi papá no quiso que yo saltara al profesionalismo y me encaminó más como entrenador, en 1992 comencé a trabajar sin sueldo, pero cuatro años después me hicieron un contrato como celador de lo que hoy es el gimnasio y parte de la Secretaría. Mi papá murió en 1997 y heredé su labor”.

Muchas historias se tejen en un lugar en donde la oscuridad le da la bienvenida a la claridad; un contraste de luces naturales choca en el rostro del celador, mientras habla en tono nostálgico; a un lado de él, tres boxeadores aficionados duermen encima del rústico ring, como queriendo escuchar la entrevista con el principal centinela diurno del legendario lugar, que en pocos días quedará en ruinas.

Hace menos de seis meses, el coliseo ‘Patricia Dangond’ también fue demolido; hoy el turno es para el ‘Jesús Penso’ del cual sólo quedarán los recuerdos entre quienes se sirvieron de él. Afiches y retratos de figuras del deporte local cambiarán de lugar, mientras que otros elementos sólo serán desechos inútiles.

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN

Deportes
24 octubre, 2014

Luto por ‘muerte’ de un escenario

El gimnasio ‘Jesús Penso’ no solo fue lugar de entrenamiento, sino como ‘hotel’ para algunos boxeadores de escasos recursos que quisieron figurar.


Manuel Prescott vive con nostalgia sus últimos días en el gimnasio ‘Jesús Penso’.
Manuel Prescott vive con nostalgia sus últimos días en el gimnasio ‘Jesús Penso’.

Sus ojos no disimulan la tristeza, mientras sus lágrimas se asoman, dan rienda suelta y corren entre sus rústicos pómulos, como aquel río desbordado en plena furia de invierno.

La mirada de Manuel Prescott queda fija mientras se le pregunta por el valor deportivo que está a punto de guardar en el baúl de los recuerdos.

Calla, luego medita al ver cómo se derrumbarán más de 45 años de historia; el gimnasio ‘Jesús Penso’ pasará a ser una leyenda como testigo de miles de batallas; también como forjadores de talentos que brillaron en la geografía del boxeo nacional e internacional.

En 1970 comenzaron a construir el gimnasio ‘Jesús Penso’, escenario que en los próximos días será demolido debido a la construcción del nuevo estadio.

Mientras cuenta sus anécdotas, camina de un lado para otro, luego hace una pausa para mirar hacia el techo de zinc para recordar historias de las cuales fue testigo su segunda casa, como el aún llama al lugar que será demolido en pocos días, para darle paso a una construcción de mayor envergadura como el nuevo estadio.

Manuel Prescott cuenta los días, tal vez horas o minutos para desocupar el escenario que se convertirá en ruinas; no oculta la nostalgia.

Todo hombre sabio le teme a tres cosas: la tormenta en el mar, la noche sin luna y la ira de un hombre amable; pero el hombre de facciones exageradas y de tímida sonrisa le teme a la nostalgia desbordada, por la ‘muerte’ de un lugar que, seguramente, llevará en su alma: el ‘Jesús Penso’.

Manuel Prescott heredó lo que su padre construyó como un castillo de naipes: ‘enseñar a golpear’ a la nueva generación, construir y forjar grandes talentos, los mismos que se han paseado con éxito por los tinglados internacionales.

“Siento mucha nostalgia al ver que el gimnasio lo van a demoler; el Jesús Penso hizo parte de mi vida, porque aquí también trabajó mi padre y formamos grandes boxeadores que luego se convirtieron en estrellas internacionales, por aquí pasaron los hermanos Ricardo y Prudencio Cardona, Breidis y Daulis Prescott, Janer González, Félix ‘Corosito’ Flórez y una gama de pugilistas que luego fueron campeones nacionales”, recordó Manuel Prescott.

El trasteo

Entre guantes menguados al deterioro y demás herramientas amontonadas en un oscuro rincón, al acecho de cucarachas o ratones, el entrenador de la Liga de Boxeo del Cesar se alista para el trasteo para la antigua sede de la Secretaría de Deportes del Cesar.

“Aún recuerdo que el lugar de entrenamiento era el estadio de fútbol y por allá a finales de los años setenta comenzaron a construir el gimnasio, mi papá era el entrenador contratado por la Liga; en aquel entonces Augusto Ramírez era el presidente; luego en una segunda oportunidad fue Coldeportes Departamental el que lo trajo. En 1978 lo trasladaron para el ‘Jesús Penso’, pese a que el escenario no tenía piso ni techo en una parte, mi papá vivió aquí por mucho tiempo. Yo lo ayudaba cuando venía de vacaciones”, recordó Manuel Prescott (hijo).

Desde entonces, el hoy esquinero del departamento del Cesar comenzó a hacer sus pininos como entrenador. “Mi papá no quiso que yo saltara al profesionalismo y me encaminó más como entrenador, en 1992 comencé a trabajar sin sueldo, pero cuatro años después me hicieron un contrato como celador de lo que hoy es el gimnasio y parte de la Secretaría. Mi papá murió en 1997 y heredé su labor”.

Muchas historias se tejen en un lugar en donde la oscuridad le da la bienvenida a la claridad; un contraste de luces naturales choca en el rostro del celador, mientras habla en tono nostálgico; a un lado de él, tres boxeadores aficionados duermen encima del rústico ring, como queriendo escuchar la entrevista con el principal centinela diurno del legendario lugar, que en pocos días quedará en ruinas.

Hace menos de seis meses, el coliseo ‘Patricia Dangond’ también fue demolido; hoy el turno es para el ‘Jesús Penso’ del cual sólo quedarán los recuerdos entre quienes se sirvieron de él. Afiches y retratos de figuras del deporte local cambiarán de lugar, mientras que otros elementos sólo serán desechos inútiles.

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN