Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 12 julio, 2014

Los hijos de los cantantes

En el natural relevo generacional que se ha venido dando en algunos grupos familiares del vallenato donde los cantantes son relumbrantes estrellas de nuestro panorama musical, hemos venido observando que los jóvenes vocalistas, hijos de los macancanes del canto, no han logrado alcanzar el nivel artístico requerido para equilibrarse con los mayores o llenar el […]

En el natural relevo generacional que se ha venido dando en algunos grupos familiares del vallenato donde los cantantes son relumbrantes estrellas de nuestro panorama musical, hemos venido observando que los jóvenes vocalistas, hijos de los macancanes del canto, no han logrado alcanzar el nivel artístico requerido para equilibrarse con los mayores o llenar el espacio que algunos dejan.

Fugaces destellos de talento vocal nos han inquietado al escuchar al hijo de Iván Villazón, ”Cabeto” y Héctor Arturo el de Poncho Zuleta, pero sin llegar a una resonancia nacional, en tanto que con los vástagos cantores de Jorge Oñate, Beto Zabaleta, Farid Ortiz y Silvio Brito, no ha pasado nada significativo.

Es indiscutible entonces que en esto Diomedes Díaz se los ganó a todos, ya que dejó en su descendencia la mayor proliferación de cantantes que se han hecho notar, no solo por ser hijos del Cacique, sino por su calidad y su constante afán de hacerle honores al genio de carrizal.

Así lo han demostrado Diomedes Dionisio, Rafael Santos cuando le da la gana, ya que la pantalla chica lo jala más que la música, el joven Elder Dayan, que sin tener una voz tan fuerte como la de sus hermanos se viene destacando por su arte para componer e improvisar, es afinado y sabe cantar, pero en este momento quien se perfila como el verdadero sucesor de Diomedes es el gran Martin Elías, como el mismo lo bautizó en la canción “Mi Primera Cana” del L.P título“Titulo de Amor” de 1993, a quien pude ver cerca en pasado festival vallenato. Ahora muestra una actitud más profesional en la tarima, y resolvió para bien, cantar en tonos más bajos, dándole así mayor volumen a su voz y, afincándose en el riquísimo repertorio de su padre, el cual maneja con gran fidelidad.

Realmente viene pisando fuerte El Churo Díaz con disciplina y artísticamente creciendo cada día más nos acerca con firmeza a la grandeza de su padre, el inolvidable Adanies Díaz. Los K Morales han tratado de hacerle eco al grandioso Kaleth pero aun no despegan ni con el ánimo que les infunde su padre, “El Viejo Migue”. Con Silvestre Dangond, hoy el número uno en la nueva generación de cantantes vallenatos se pone en evidencia que de los padres se pueden heredar la vocación musical y su temperamento artístico, pero no la calidad vocal y sus virtudes.

Columnista
12 julio, 2014

Los hijos de los cantantes

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio C. Oñate M.

En el natural relevo generacional que se ha venido dando en algunos grupos familiares del vallenato donde los cantantes son relumbrantes estrellas de nuestro panorama musical, hemos venido observando que los jóvenes vocalistas, hijos de los macancanes del canto, no han logrado alcanzar el nivel artístico requerido para equilibrarse con los mayores o llenar el […]


En el natural relevo generacional que se ha venido dando en algunos grupos familiares del vallenato donde los cantantes son relumbrantes estrellas de nuestro panorama musical, hemos venido observando que los jóvenes vocalistas, hijos de los macancanes del canto, no han logrado alcanzar el nivel artístico requerido para equilibrarse con los mayores o llenar el espacio que algunos dejan.

Fugaces destellos de talento vocal nos han inquietado al escuchar al hijo de Iván Villazón, ”Cabeto” y Héctor Arturo el de Poncho Zuleta, pero sin llegar a una resonancia nacional, en tanto que con los vástagos cantores de Jorge Oñate, Beto Zabaleta, Farid Ortiz y Silvio Brito, no ha pasado nada significativo.

Es indiscutible entonces que en esto Diomedes Díaz se los ganó a todos, ya que dejó en su descendencia la mayor proliferación de cantantes que se han hecho notar, no solo por ser hijos del Cacique, sino por su calidad y su constante afán de hacerle honores al genio de carrizal.

Así lo han demostrado Diomedes Dionisio, Rafael Santos cuando le da la gana, ya que la pantalla chica lo jala más que la música, el joven Elder Dayan, que sin tener una voz tan fuerte como la de sus hermanos se viene destacando por su arte para componer e improvisar, es afinado y sabe cantar, pero en este momento quien se perfila como el verdadero sucesor de Diomedes es el gran Martin Elías, como el mismo lo bautizó en la canción “Mi Primera Cana” del L.P título“Titulo de Amor” de 1993, a quien pude ver cerca en pasado festival vallenato. Ahora muestra una actitud más profesional en la tarima, y resolvió para bien, cantar en tonos más bajos, dándole así mayor volumen a su voz y, afincándose en el riquísimo repertorio de su padre, el cual maneja con gran fidelidad.

Realmente viene pisando fuerte El Churo Díaz con disciplina y artísticamente creciendo cada día más nos acerca con firmeza a la grandeza de su padre, el inolvidable Adanies Díaz. Los K Morales han tratado de hacerle eco al grandioso Kaleth pero aun no despegan ni con el ánimo que les infunde su padre, “El Viejo Migue”. Con Silvestre Dangond, hoy el número uno en la nueva generación de cantantes vallenatos se pone en evidencia que de los padres se pueden heredar la vocación musical y su temperamento artístico, pero no la calidad vocal y sus virtudes.