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Columnista - 5 febrero, 2015

Lo que hemos conocido sobre el Fracking

Últimamente se viene hablando de una nueva técnica de explotación petrolera que no es otra cosa que el fracking (fracturamiento hidráulico), que comenzó como un experimento en 1947 y la primera aplicación con éxito comercial se obtuvo en el año 1950. Digamos que en esta reflexión sobre el fracturamiento hidráulico existe mucha controversia, mientras que […]

Últimamente se viene hablando de una nueva técnica de explotación petrolera que no es otra cosa que el fracking (fracturamiento hidráulico), que comenzó como un experimento en 1947 y la primera aplicación con éxito comercial se obtuvo en el año 1950.

Digamos que en esta reflexión sobre el fracturamiento hidráulico existe mucha controversia, mientras que sus defensores abogan por los beneficios económicos de manera más extensa por lo accesible a hidrocarburos, sus impactos ambientales incluyen el riesgo de contaminación de las aguas subterráneas, el agotamiento del agua dulce, la degradación de la calidad del aire, el potencial desencadenamiento de terremotos (sismos), la contaminación acústica y de la superficie, y los riesgos consiguientes para la salud y el medio ambiente.

Digamos para mayor comprensión que los hidrocarburos convencionales, como los que actualmente se extraen están atrapados en rocas mucho más superficiales, con poros, es decir, con espacios donde los hidrocarburos pueden fluir. Los no convencionales, como los que se piensan extraer con el famoso fracking, se podría decir, se acumulan en rocas sin poros. En rocas muy profundas, a más de dos kilometros, soportando grandes temperaturas y presiones de la Tierra, razón por la cual estas deben ser estimuladas o fracturadas para crear canales de evacuación de estos fluidos.

El fracturamiento se hace con pistolas de perforación que inyectan a altas presiones grandes cantidades de agua, arena (que rellena las fracturas) y más de 800 químicos tóxicos (dependiendo de la roca y de la tecnología), necesarios para garantizar el fluido de los hidrocarburos adentro del tubo de recuperación de los fluidos.

Los mayores impactos ambientales y sociales se presentan cuando estos fluidos ascienden al exterior y en su paso por los acuíferos estos pueden ser contaminados. Una vez estos líquidos de producción con dicho tóxicos llegan a la superficie, pueden contaminar las aguas superficiales o afectar a las personas encargadas de su manipulación, exposición y tratamiento. Como estas perforaciones se hacen a grandes profundidades, un estudio geofísico y tectónico será necesario para conocer el impacto de estos disparos sobre las fallas localizada en ese punto de interés.

Sobre todo lo tratado, vale la pena hacernos una serie de preguntas muy pertinentes: ¿cuál será la formula de estas mezclas químicas? ¿En cuánto se aumentará la cifra de las emisiones de estos gases de efecto invernadero como el metano (CH4) en Colombia? ¿En dónde está el análisis costo–beneficio de su implementación en Colombia? ¿Se valoran los impactos ambientales sobre los ecosistemas como los acuáticos? ¿Cuales serás las veredas de interés en Colombia para estas prácticas? ¿Cuántos pozos serán perforados? ¿Cuántos recursos naturales como el agua serán necesarios? ¿Cuáles son los riesgos reales y específicos? ¿A qué profundidad llegarán los tubos? ¿Qué acuíferos perforarán? ¿Qué fallas tectónicas tocarán? Lástima que se nos acabó el espacio.

Columnista
5 febrero, 2015

Lo que hemos conocido sobre el Fracking

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Últimamente se viene hablando de una nueva técnica de explotación petrolera que no es otra cosa que el fracking (fracturamiento hidráulico), que comenzó como un experimento en 1947 y la primera aplicación con éxito comercial se obtuvo en el año 1950. Digamos que en esta reflexión sobre el fracturamiento hidráulico existe mucha controversia, mientras que […]


Últimamente se viene hablando de una nueva técnica de explotación petrolera que no es otra cosa que el fracking (fracturamiento hidráulico), que comenzó como un experimento en 1947 y la primera aplicación con éxito comercial se obtuvo en el año 1950.

Digamos que en esta reflexión sobre el fracturamiento hidráulico existe mucha controversia, mientras que sus defensores abogan por los beneficios económicos de manera más extensa por lo accesible a hidrocarburos, sus impactos ambientales incluyen el riesgo de contaminación de las aguas subterráneas, el agotamiento del agua dulce, la degradación de la calidad del aire, el potencial desencadenamiento de terremotos (sismos), la contaminación acústica y de la superficie, y los riesgos consiguientes para la salud y el medio ambiente.

Digamos para mayor comprensión que los hidrocarburos convencionales, como los que actualmente se extraen están atrapados en rocas mucho más superficiales, con poros, es decir, con espacios donde los hidrocarburos pueden fluir. Los no convencionales, como los que se piensan extraer con el famoso fracking, se podría decir, se acumulan en rocas sin poros. En rocas muy profundas, a más de dos kilometros, soportando grandes temperaturas y presiones de la Tierra, razón por la cual estas deben ser estimuladas o fracturadas para crear canales de evacuación de estos fluidos.

El fracturamiento se hace con pistolas de perforación que inyectan a altas presiones grandes cantidades de agua, arena (que rellena las fracturas) y más de 800 químicos tóxicos (dependiendo de la roca y de la tecnología), necesarios para garantizar el fluido de los hidrocarburos adentro del tubo de recuperación de los fluidos.

Los mayores impactos ambientales y sociales se presentan cuando estos fluidos ascienden al exterior y en su paso por los acuíferos estos pueden ser contaminados. Una vez estos líquidos de producción con dicho tóxicos llegan a la superficie, pueden contaminar las aguas superficiales o afectar a las personas encargadas de su manipulación, exposición y tratamiento. Como estas perforaciones se hacen a grandes profundidades, un estudio geofísico y tectónico será necesario para conocer el impacto de estos disparos sobre las fallas localizada en ese punto de interés.

Sobre todo lo tratado, vale la pena hacernos una serie de preguntas muy pertinentes: ¿cuál será la formula de estas mezclas químicas? ¿En cuánto se aumentará la cifra de las emisiones de estos gases de efecto invernadero como el metano (CH4) en Colombia? ¿En dónde está el análisis costo–beneficio de su implementación en Colombia? ¿Se valoran los impactos ambientales sobre los ecosistemas como los acuáticos? ¿Cuales serás las veredas de interés en Colombia para estas prácticas? ¿Cuántos pozos serán perforados? ¿Cuántos recursos naturales como el agua serán necesarios? ¿Cuáles son los riesgos reales y específicos? ¿A qué profundidad llegarán los tubos? ¿Qué acuíferos perforarán? ¿Qué fallas tectónicas tocarán? Lástima que se nos acabó el espacio.