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Columnista - 3 enero, 2015

Lo mejor del 2014

Como dice la famosa canción de Crescencio Salcedo: “…Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…” Y aunque no me dejo ni una chiva, ni una burra negra, ni una yegua blanca y ni siquiera una buena suegra, si me dejó otras cosas muy bonitas, por eso en últimas decidí […]

Como dice la famosa canción de Crescencio Salcedo: “…Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…” Y aunque no me dejo ni una chiva, ni una burra negra, ni una yegua blanca y ni siquiera una buena suegra, si me dejó otras cosas muy bonitas, por eso en últimas decidí escribir nada más sobre lo bueno, para iniciar el 2015 con buenas energías y sobre todo con la bendición de Dios. Muchos estarán de acuerdo conmigo, en que las satisfacciones y alegrías más grandes nos la dieron nuestros deportistas, me parece algo justo, sobre todo en una época en donde se han invertido los valores, y hemos magnificado a narcos, paracos y guerrilleros haciéndole novelas y “exitosas” series televisivas. No les miento cuando les digo que me emocioné hasta las lágrimas, cuando vi nuevamente en un resumen de noticiero, los goles de nuestro glorioso James, quien condujo nuestro seleccionado por primera vez a unos cuartos de final de una copa mundial, jugadores como Teófilo, Bacca, Jackson y el tigre Falcao, dejando en alto el tricolor nacional con su fútbol bonito y efectivo.

Catalina Ibarguen, con su estilizada y atractiva figura, resplandeciente sonrisa y su encantador carisma, pero sobre todo la disciplina y gran talento, que la han convertido en la atleta insignia de nuestra patria.

Debemos resaltar hechos como la oportuna y sabia decisión de las autoridades de sancionar drásticamente a los conductores ebrios, lo cual ha disminuido notablemente la accidentalidad en nuestras carreteras. Sin duda la música sigue dándonos muchas satisfacciones, Carlos Vives por ejemplo, quien como el buen vino, mejora con los años, sigue arrasando, lo que más me enorgullece, es que el acordeón vallenato suena ahí, y aunque su ritmo y estilo es moderno, obviamente cuando el mundo la escucha, enseguida le sabe a vallenato, porque indudablemente el samario con su música, evoca a Valledupar. También es algo muy positivo, que canciones como “El Tiempo” de Sergio Moya, y “La Vida” de Marciano Martínez, sean grabadas, es un hecho notorio y relevante en lo que ha la conservación del folclor auténtico se refiere, lo mismo ocurre con la nueva producción de Iván Villazón, un artista que demostró que está pasando por su mejor momento, y sin lugar a dudas lanzó el mejor CD del año, un trabajo completísimo y de excelsas condiciones, el hijo de “Crespo” y “Clarita” nos mostró una madurez musical, diría que hasta ejemplarizante, porque demostró que no hay que estar grabando locuras, ni brincando en una tarima para tener éxito, que con disciplina y escogiendo unas canciones buenas y de corte tradicional, se puede lograr el mejor de todos los productos, además lo felicito de manera cordial y sincera, porque muchas personas han coincidido conmigo, en que Iván ha mejorado en lo profesional y en lo personal, aunque él nunca ha sido una mala persona, ahora vemos a un Villazón más cordial y cercano a su gente, sus amigos y seguidores también me lo han manifestado, “Orlandito” Mejía, “Micha” Carrillo, “Poncho” Juliao y principalmente mi querido primo Paul Saade, sin lugar a dudas un “Villazonista” de tiempo completo y uno de sus principales defensores, al igual que Orlando Mendoza, quienes están dichosos con esta excelente obra de este gran artista, quien a logrado una madurez musical y personal, que la han permitido aprender de sus errores, para honra de Dios, bien del folclor, su familia y de su numeroso público.

@juliomceledon

Columnista
3 enero, 2015

Lo mejor del 2014

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Como dice la famosa canción de Crescencio Salcedo: “…Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…” Y aunque no me dejo ni una chiva, ni una burra negra, ni una yegua blanca y ni siquiera una buena suegra, si me dejó otras cosas muy bonitas, por eso en últimas decidí […]


Como dice la famosa canción de Crescencio Salcedo: “…Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…” Y aunque no me dejo ni una chiva, ni una burra negra, ni una yegua blanca y ni siquiera una buena suegra, si me dejó otras cosas muy bonitas, por eso en últimas decidí escribir nada más sobre lo bueno, para iniciar el 2015 con buenas energías y sobre todo con la bendición de Dios. Muchos estarán de acuerdo conmigo, en que las satisfacciones y alegrías más grandes nos la dieron nuestros deportistas, me parece algo justo, sobre todo en una época en donde se han invertido los valores, y hemos magnificado a narcos, paracos y guerrilleros haciéndole novelas y “exitosas” series televisivas. No les miento cuando les digo que me emocioné hasta las lágrimas, cuando vi nuevamente en un resumen de noticiero, los goles de nuestro glorioso James, quien condujo nuestro seleccionado por primera vez a unos cuartos de final de una copa mundial, jugadores como Teófilo, Bacca, Jackson y el tigre Falcao, dejando en alto el tricolor nacional con su fútbol bonito y efectivo.

Catalina Ibarguen, con su estilizada y atractiva figura, resplandeciente sonrisa y su encantador carisma, pero sobre todo la disciplina y gran talento, que la han convertido en la atleta insignia de nuestra patria.

Debemos resaltar hechos como la oportuna y sabia decisión de las autoridades de sancionar drásticamente a los conductores ebrios, lo cual ha disminuido notablemente la accidentalidad en nuestras carreteras. Sin duda la música sigue dándonos muchas satisfacciones, Carlos Vives por ejemplo, quien como el buen vino, mejora con los años, sigue arrasando, lo que más me enorgullece, es que el acordeón vallenato suena ahí, y aunque su ritmo y estilo es moderno, obviamente cuando el mundo la escucha, enseguida le sabe a vallenato, porque indudablemente el samario con su música, evoca a Valledupar. También es algo muy positivo, que canciones como “El Tiempo” de Sergio Moya, y “La Vida” de Marciano Martínez, sean grabadas, es un hecho notorio y relevante en lo que ha la conservación del folclor auténtico se refiere, lo mismo ocurre con la nueva producción de Iván Villazón, un artista que demostró que está pasando por su mejor momento, y sin lugar a dudas lanzó el mejor CD del año, un trabajo completísimo y de excelsas condiciones, el hijo de “Crespo” y “Clarita” nos mostró una madurez musical, diría que hasta ejemplarizante, porque demostró que no hay que estar grabando locuras, ni brincando en una tarima para tener éxito, que con disciplina y escogiendo unas canciones buenas y de corte tradicional, se puede lograr el mejor de todos los productos, además lo felicito de manera cordial y sincera, porque muchas personas han coincidido conmigo, en que Iván ha mejorado en lo profesional y en lo personal, aunque él nunca ha sido una mala persona, ahora vemos a un Villazón más cordial y cercano a su gente, sus amigos y seguidores también me lo han manifestado, “Orlandito” Mejía, “Micha” Carrillo, “Poncho” Juliao y principalmente mi querido primo Paul Saade, sin lugar a dudas un “Villazonista” de tiempo completo y uno de sus principales defensores, al igual que Orlando Mendoza, quienes están dichosos con esta excelente obra de este gran artista, quien a logrado una madurez musical y personal, que la han permitido aprender de sus errores, para honra de Dios, bien del folclor, su familia y de su numeroso público.

@juliomceledon