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Columnista - 7 julio, 2014

Las víctimas de las Farc

En un foro reciente de víctimas de las Farc, el jefe del equipo negociador insistía en que el eje de la negociación son las víctimas. No obstante, la presencia del Gobierno tuvo condiciones que pretendían silenciar su posición ante la opinión. Se pidió el retiro de una pancarta con el lema: “Las víctimas de las Farc […]

En un foro reciente de víctimas de las Farc, el jefe del equipo negociador insistía en que el eje de la negociación son las víctimas. No obstante, la presencia del Gobierno tuvo condiciones que pretendían silenciar su posición ante la opinión. Se pidió el retiro de una pancarta con el lema: “Las víctimas de las Farc no quieren propuestas sino respuestas”, y se exigió el retiro de los medios cuando hicieran sus preguntas a las Farc y al Gobierno. Finalmente, tales condiciones fueron vencidas por la entereza de las víctimas presentes.

En este tema el Gobierno insiste en darle a las Farc un protagonismo que no corresponde a su condición de victimarios, terroristas y narcotraficantes; y entrega demasiado bajo la amenaza extorsiva –y paradójica– de no seguir produciendo más víctimas.

Si no fuera así, el Gobierno, que había ofrecido una Comisión de la Verdad una vez firmados los acuerdos, aceptó la exigencia de una Comisión de esclarecimiento que solo busca socializar la responsabilidad. Para las Farc, sus víctimas se justifican dentro de un conflicto del que no son responsables; para ellas, toda la sociedad de los últimos setenta años es responsable, y en ese contexto reconocen su responsabilidad, un gesto vacío que el Gobierno ha mostrado como histórico.

Por eso la negociación no se ha limitado a las causadas por las Farc, sino a todas las víctimas de la violencia. ¿Acaso estamos negociando con todos los actores del conflicto? ¿Acaso el Gobierno no ha aceptado sus propias responsabilidades ante el país y la justicia internacional? ¿Acaso no hay miles de agentes del Estado sometidos a la justicia, muchos de ellos injustamente? ¿Acaso no existe una Ley de Justicia y Paz, y otra de Víctimas que no discrimina por victimarios?

Las Farc deben reconocer expresamente las suyas –ya es hora– y asumir su responsabilidad ante el país.

Las víctimas están dispuestas al perdón, pero los victimarios deben bajarse de su arrogancia, pedirles perdón, decirles la verdad, acudir a su reparación y someterse a la justicia transicional.

Es el turno de las víctimas de las Farc. Por eso el cuestionamiento a los Foros exigidos por la mesa. Cuatro eventos cortos con un total de 2.400 participantes, el 30% de los cuales ni siquiera son víctimas, sino partidos políticos, movimientos sindicales y hasta organizaciones ambientalistas, un laberinto con tendencia a privilegiar a las víctimas de los agentes del Estado y los paramilitares, un laberinto en que están refundidas las víctimas de la guerrilla.

De esa torre de Babel saldrán propuestas para La Habana, pero, como se lo dijeron al Gobierno con valentía, las víctimas de las Farc se resisten a ser invisibilizadas en ese laberinto.

Las víctimas de las Farc no quieren propuestas sino respuestas.

Columnista
7 julio, 2014

Las víctimas de las Farc

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Félix Lafaurie Rivera

En un foro reciente de víctimas de las Farc, el jefe del equipo negociador insistía en que el eje de la negociación son las víctimas. No obstante, la presencia del Gobierno tuvo condiciones que pretendían silenciar su posición ante la opinión. Se pidió el retiro de una pancarta con el lema: “Las víctimas de las Farc […]


En un foro reciente de víctimas de las Farc, el jefe del equipo negociador insistía en que el eje de la negociación son las víctimas. No obstante, la presencia del Gobierno tuvo condiciones que pretendían silenciar su posición ante la opinión. Se pidió el retiro de una pancarta con el lema: “Las víctimas de las Farc no quieren propuestas sino respuestas”, y se exigió el retiro de los medios cuando hicieran sus preguntas a las Farc y al Gobierno. Finalmente, tales condiciones fueron vencidas por la entereza de las víctimas presentes.

En este tema el Gobierno insiste en darle a las Farc un protagonismo que no corresponde a su condición de victimarios, terroristas y narcotraficantes; y entrega demasiado bajo la amenaza extorsiva –y paradójica– de no seguir produciendo más víctimas.

Si no fuera así, el Gobierno, que había ofrecido una Comisión de la Verdad una vez firmados los acuerdos, aceptó la exigencia de una Comisión de esclarecimiento que solo busca socializar la responsabilidad. Para las Farc, sus víctimas se justifican dentro de un conflicto del que no son responsables; para ellas, toda la sociedad de los últimos setenta años es responsable, y en ese contexto reconocen su responsabilidad, un gesto vacío que el Gobierno ha mostrado como histórico.

Por eso la negociación no se ha limitado a las causadas por las Farc, sino a todas las víctimas de la violencia. ¿Acaso estamos negociando con todos los actores del conflicto? ¿Acaso el Gobierno no ha aceptado sus propias responsabilidades ante el país y la justicia internacional? ¿Acaso no hay miles de agentes del Estado sometidos a la justicia, muchos de ellos injustamente? ¿Acaso no existe una Ley de Justicia y Paz, y otra de Víctimas que no discrimina por victimarios?

Las Farc deben reconocer expresamente las suyas –ya es hora– y asumir su responsabilidad ante el país.

Las víctimas están dispuestas al perdón, pero los victimarios deben bajarse de su arrogancia, pedirles perdón, decirles la verdad, acudir a su reparación y someterse a la justicia transicional.

Es el turno de las víctimas de las Farc. Por eso el cuestionamiento a los Foros exigidos por la mesa. Cuatro eventos cortos con un total de 2.400 participantes, el 30% de los cuales ni siquiera son víctimas, sino partidos políticos, movimientos sindicales y hasta organizaciones ambientalistas, un laberinto con tendencia a privilegiar a las víctimas de los agentes del Estado y los paramilitares, un laberinto en que están refundidas las víctimas de la guerrilla.

De esa torre de Babel saldrán propuestas para La Habana, pero, como se lo dijeron al Gobierno con valentía, las víctimas de las Farc se resisten a ser invisibilizadas en ese laberinto.

Las víctimas de las Farc no quieren propuestas sino respuestas.