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Cultura - 23 noviembre, 2014

La ternura de los niños especiales

En el concurso de fonomímica, niños, niñas, jóvenes y adultos especiales demostraron ayer su talento para el baile y canto.

Las sonrisas y la buena energía de la población especial sobresalieron en el evento. Jaider Santana/EL PILÓN
Las sonrisas y la buena energía de la población especial sobresalieron en el evento. Jaider Santana/EL PILÓN

Luciendo un traje vistoso, de arandelas y brillantes, maquillada y peinada cuidadosamente, llegó Delvis María Rodríguez Marín a la plazoleta de la Gobernación del Cesar. Lo que más sobresalía en ella era su amplia sonrisa que cautivaba a todo aquel que la observaba.

Ella es una adulta de 34 años con síndrome de Down, cuyo comportamiento se asemeja al de una niña de 14 años. Sus palabras denotan inocencia y ternura. “Vine a bailar La Cantúa (canción de moda). Vengo practicando desde hace un mes para llevarme el premio”, aseveró con sus ojos grandes que desprendían un brillo especial.

Su madre, quien la acompaña a todo instante, comentó con orgullo que su hija es inmensamente feliz cada vez que baila, por eso la respalda en todos los concursos que existen en su tierra natal, Astrea, así como en los del departamento.

Precisó que sería oportuno que las entidades gubernamentales apoyaran mucho más a esta población, que suele ser vulnerable.

Así como ella, decenas de niños y jóvenes con discapacidad cognitiva y síndrome de Down llegaron a este sitio a conmemorar el Cuarto Festival Vallenato Fides, donde estas personitas especiales desbordaban alegría, entusiasmo y talento. Bailaban y cantaban hasta más no poder, al ritmo de las champetas, reggaetones y vallenatos del momento, sin importarles en lo más mínimo lo que los otros pudieran pensar de ello.

Con sus movimientos rítmicos y sensuales, gritos y euforia, pisaban la tarima, donde eran calificados por un jurado que tendría la dura tarea de escoger a los mejores, a sabiendas que todos por participar ya eran ganadores.

El público se contagiaba fácilmente de la ‘buena vibra’ de los participantes; se levantaban de sus sillas y aplaudían fuertemente, convirtiéndose en el mejor aliciente de las personas en estado de discapacidad.

Sin limitaciones
En la parte posterior de la plaza se encontraba José Fernando Greys Berrío, de 30 años; estaba sentado pacientemente esperando su turno. Pese a ser mudo y ciego de nacimiento, se disponía a hacer la fonomímica de ‘Lo ajeno se respeta’.
Según cuenta su hermana, Ana Josefa Greys Berrío, vienen de Bosconia, donde todas las tardes José acostumbra a prender el equipo de sonido, pues ya sabe su ubicación, y empieza a danzar como niño chiquito.

Beneficios de la música
De acuerdo a expertos en la materia, la música provoca una activación de la corteza cerebral, específicamente las zonas frontal y occipital, implicadas en el procesamiento espaciotemporal, lo que les permite a los niños ser más diestros.

“Gracias a la intervención musical se han podido obtener unos resultados de cambio significativos en la población especial, con respecto al grupo de personas con discapacidad que trabajan sin la presencia de música”, comentó el Presidente Nacional de Fides, Alejandro Escallón Lloreda.

Concurso
En la tarde de ayer, premiarían a los mejores en interpretación de acordeón, caja y guacharaca; danzas, fonomímica y canto. Hasta el cierre de esta edición no se conocía el veredicto.

ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]

Cultura
23 noviembre, 2014

La ternura de los niños especiales

En el concurso de fonomímica, niños, niñas, jóvenes y adultos especiales demostraron ayer su talento para el baile y canto.


Las sonrisas y la buena energía de la población especial sobresalieron en el evento. Jaider Santana/EL PILÓN
Las sonrisas y la buena energía de la población especial sobresalieron en el evento. Jaider Santana/EL PILÓN

Luciendo un traje vistoso, de arandelas y brillantes, maquillada y peinada cuidadosamente, llegó Delvis María Rodríguez Marín a la plazoleta de la Gobernación del Cesar. Lo que más sobresalía en ella era su amplia sonrisa que cautivaba a todo aquel que la observaba.

Ella es una adulta de 34 años con síndrome de Down, cuyo comportamiento se asemeja al de una niña de 14 años. Sus palabras denotan inocencia y ternura. “Vine a bailar La Cantúa (canción de moda). Vengo practicando desde hace un mes para llevarme el premio”, aseveró con sus ojos grandes que desprendían un brillo especial.

Su madre, quien la acompaña a todo instante, comentó con orgullo que su hija es inmensamente feliz cada vez que baila, por eso la respalda en todos los concursos que existen en su tierra natal, Astrea, así como en los del departamento.

Precisó que sería oportuno que las entidades gubernamentales apoyaran mucho más a esta población, que suele ser vulnerable.

Así como ella, decenas de niños y jóvenes con discapacidad cognitiva y síndrome de Down llegaron a este sitio a conmemorar el Cuarto Festival Vallenato Fides, donde estas personitas especiales desbordaban alegría, entusiasmo y talento. Bailaban y cantaban hasta más no poder, al ritmo de las champetas, reggaetones y vallenatos del momento, sin importarles en lo más mínimo lo que los otros pudieran pensar de ello.

Con sus movimientos rítmicos y sensuales, gritos y euforia, pisaban la tarima, donde eran calificados por un jurado que tendría la dura tarea de escoger a los mejores, a sabiendas que todos por participar ya eran ganadores.

El público se contagiaba fácilmente de la ‘buena vibra’ de los participantes; se levantaban de sus sillas y aplaudían fuertemente, convirtiéndose en el mejor aliciente de las personas en estado de discapacidad.

Sin limitaciones
En la parte posterior de la plaza se encontraba José Fernando Greys Berrío, de 30 años; estaba sentado pacientemente esperando su turno. Pese a ser mudo y ciego de nacimiento, se disponía a hacer la fonomímica de ‘Lo ajeno se respeta’.
Según cuenta su hermana, Ana Josefa Greys Berrío, vienen de Bosconia, donde todas las tardes José acostumbra a prender el equipo de sonido, pues ya sabe su ubicación, y empieza a danzar como niño chiquito.

Beneficios de la música
De acuerdo a expertos en la materia, la música provoca una activación de la corteza cerebral, específicamente las zonas frontal y occipital, implicadas en el procesamiento espaciotemporal, lo que les permite a los niños ser más diestros.

“Gracias a la intervención musical se han podido obtener unos resultados de cambio significativos en la población especial, con respecto al grupo de personas con discapacidad que trabajan sin la presencia de música”, comentó el Presidente Nacional de Fides, Alejandro Escallón Lloreda.

Concurso
En la tarde de ayer, premiarían a los mejores en interpretación de acordeón, caja y guacharaca; danzas, fonomímica y canto. Hasta el cierre de esta edición no se conocía el veredicto.

ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]