La alcaldía del municipio de La Paz no tiene una estadística exacta de cuántas personas han muerto en las carreteras de La Guajira – Cesar al transportar combustible ilegal; precisamente, el recuerdo intachable de la muerte, hizo que Benjamín José Sierra García dejara el negocio que inicia en la Alta Guajira para dedicarse a la mecánica.

Desde el año 2000, Sierra García de 29 años, se inclinó por el negocio de la gasolina. “No había trabajo y era la única fuente de empleo para subsistir con la familia”, dijo el hombre que desde ahora con 89 personas más de La Paz, Cesar, pasaron de ser expimpineros a líderes empresariales, debido a un programa de reconversión laboral liderado por el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena.

Contó Benjamín José que arrancó en la peligrosa ‘carrera’ del contrabando, cuando un tanque de gasolina con el que llenaban 60 galones, costaba 50 mil pesos. “El galón se vendía a mil o mil quinientos pesos, hoy en día vale seis mil y ya no es rentable para muchas personas, además aumentó la demanda de vendedores”.

Como él, este proyecto aplicado en zonas de frontera busca sacar a 1.111 personas de La Paz del mercado del contrabando de gasolina.
“Antes teníamos ganancia, un día normal me podían quedar entre 100, 150 y 200 mil pesos, ahora lo que hay es pérdidas, nada más queda el sustento diario de 20 o 30 mil pesos”.

El Sena certificó a 21 personas en cursos complementarios de mercado y servicio al cliente, lo mismo que emprendimiento en la transformación y comercialización de lácteos; se suman 17 en cosecha y comercialización de pollos de engorde; y 26 con diagnóstico de automotores. En este último proyecto se encuentra Benjamín José, “tuvimos unos buenos profesores con quienes aprendí temas de mecánica y electricidad”, indicó.

Pero qué asegura que las personas no recaerán en el negocio del combustible ilegal, “lo que aprendí y fue conformar una empresa, ya no quiero saber más del combustible. Por el momento espero seguir aquí, pero no creo seguir porque el combustible ya no da lo mismo, en La Paz el que trabaja con combustible es para el pan de cada día”, aseguró este hombre que es padre de dos hijos.

En primera instancia, Distriavícola de La Paz S.A.S recibió 112.500.000 pesos; mientras que la Asociación de Productores y Comercializadores de Derviados Lácteos, Asoprolac, 94.500.000; sumado a esto la Comercializadora de Frutas, Frutopaz, con 61.008.143 y al Diagnóstico Pimpaz S.A.S le fueron asignados 112.500.000 pesos. Con este rubro, las personas inmersas en el transporte y venta de combustible podrán abrirse paso en los negocios legales y olvidar las ‘caravanas de la muerte’ a que se vieron enfrentados muchas veces.

Este programa de reconversión laboral tiene una inversión de 3.347 millones de pesos, el Sena aportó en formación 212.800.000 mil pesos; la Alcaldía de La Paz 234 millones; el Fondo de Ecopetrol 2.137 millones y Ecopetrol Operación 762 millones; además intervienen los ministerios del Interior y Defensa; Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.
El alcalde de La Paz, Wilson Rincón Álvarez, aseguró que desde el 2013 le hizo un llamado al Ministerio de Minas y Energía para abrir el paisaje desolador que vivía La Paz.

“Con esta reconversión se abre la puerta que demuestra a los pacíficos que sí hay oportunidades para trabajar, estamos haciendo el trabajo con las botas puestas y con la ayuda del Sena, con el programa de reconversión sociolaboral en zonas de fronteras, sacaremos más familias de este mal negocio”, declaró Rincón Álvarez.
Por su parte, el director Sena en el Cesar, Orlando Saavedra, sostuvo que la entidad no se verá satisfecha hasta cuando estos programas no estén dando resultados a las familias; “ser legal sirve, con la legalidad podemos sacar adelantes a la familias del municipio de La Paz”.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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