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Columnista - 21 julio, 2014

La Competencia es Saludable

Leí en alguna parte que: “Por muy bien que hagas tu trabajo la competencia dirá que lo hubiera hecho mejor y más barato”. La frase me hizo reflexionar sobre el tema del transporte público, y más concretamente sobre el servicio de taxis en Valledupar. Veamos. Constantemente se quejan los empresarios de taxis de la competencia […]

Leí en alguna parte que: “Por muy bien que hagas tu trabajo la competencia dirá que lo hubiera hecho mejor y más barato”. La frase me hizo reflexionar sobre el tema del transporte público, y más concretamente sobre el servicio de taxis en Valledupar. Veamos.

Constantemente se quejan los empresarios de taxis de la competencia desleal del mototaxismo y la piratería, del mal estado de las vías, de los continuos embotellamientos y de la falta de reguladores de tránsito y no les falta razón, pues son problemas de nunca acabar.

A su vez los usuarios de taxis, se quejan de que los conductores de taxi nunca tienen vueltos; a determinadas horas de la noche, los taxistas son selectivos en la escogencia de las carreras y por razones de seguridad no llegan a determinados barrios de la periferia, el mal estado de algunos vehículos y finalmente se quejan los usuarios de que al menor amago de lluvia, no se consigue un taxi “ni para un remedio”.

Los conductores de taxi aducen sobre este último punto, entre otras razones: “Con la lluvia los huecos no se ven y el carro puede sufrir serias averías”; “el cliente llega mojado y el valor de la carrera no alcanza para pagar el servicio de lavado”.

Lo cierto es que mientras está lloviendo, los teléfonos de las empresas de taxis, quedan fuera de servicio. Las consecuencias de este fenómeno se resume en la incomodidad para el usuario, se pierden oportunidades de inversión, desmejora en la calidad de vida como consecuencia de las afecciones respiratorias, que a su vez generan incapacidad laboral, inseguridad y grave detrimento en la imagen del municipio ¿Qué hacer entonces? Dialogar con los actuales empresarios de servicio de taxis y mirar la posibilidad de llegar a acuerdos que solucionen la situación, o estudiar la posibilidad de establecer una nueva línea de transporte privado, que garantice eficientemente la continuidad de la prestación del servicio de taxis en épocas de lluvia y que se comprometan a llevar al usuario hasta su residencia, estimulándolos con una tarifa diferenciada, que se pagaría con gusto a fin de obtener un servicio óptimo.

Tengo la seguridad de que si el señor alcalde, Fredys Socarrás en asocio con su Secretario de Gobierno, Carlos Mario Céspedes lideran y llevan a feliz puerto esta propuesta, terminarían por ganarse la simpatía y agradecimiento de los vallenatos y se pondría fin a una situación perniciosa que avergüenza y atrasa el desarrollo de nuestra pujante ciudad.

Columnista
21 julio, 2014

La Competencia es Saludable

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Leí en alguna parte que: “Por muy bien que hagas tu trabajo la competencia dirá que lo hubiera hecho mejor y más barato”. La frase me hizo reflexionar sobre el tema del transporte público, y más concretamente sobre el servicio de taxis en Valledupar. Veamos. Constantemente se quejan los empresarios de taxis de la competencia […]


Leí en alguna parte que: “Por muy bien que hagas tu trabajo la competencia dirá que lo hubiera hecho mejor y más barato”. La frase me hizo reflexionar sobre el tema del transporte público, y más concretamente sobre el servicio de taxis en Valledupar. Veamos.

Constantemente se quejan los empresarios de taxis de la competencia desleal del mototaxismo y la piratería, del mal estado de las vías, de los continuos embotellamientos y de la falta de reguladores de tránsito y no les falta razón, pues son problemas de nunca acabar.

A su vez los usuarios de taxis, se quejan de que los conductores de taxi nunca tienen vueltos; a determinadas horas de la noche, los taxistas son selectivos en la escogencia de las carreras y por razones de seguridad no llegan a determinados barrios de la periferia, el mal estado de algunos vehículos y finalmente se quejan los usuarios de que al menor amago de lluvia, no se consigue un taxi “ni para un remedio”.

Los conductores de taxi aducen sobre este último punto, entre otras razones: “Con la lluvia los huecos no se ven y el carro puede sufrir serias averías”; “el cliente llega mojado y el valor de la carrera no alcanza para pagar el servicio de lavado”.

Lo cierto es que mientras está lloviendo, los teléfonos de las empresas de taxis, quedan fuera de servicio. Las consecuencias de este fenómeno se resume en la incomodidad para el usuario, se pierden oportunidades de inversión, desmejora en la calidad de vida como consecuencia de las afecciones respiratorias, que a su vez generan incapacidad laboral, inseguridad y grave detrimento en la imagen del municipio ¿Qué hacer entonces? Dialogar con los actuales empresarios de servicio de taxis y mirar la posibilidad de llegar a acuerdos que solucionen la situación, o estudiar la posibilidad de establecer una nueva línea de transporte privado, que garantice eficientemente la continuidad de la prestación del servicio de taxis en épocas de lluvia y que se comprometan a llevar al usuario hasta su residencia, estimulándolos con una tarifa diferenciada, que se pagaría con gusto a fin de obtener un servicio óptimo.

Tengo la seguridad de que si el señor alcalde, Fredys Socarrás en asocio con su Secretario de Gobierno, Carlos Mario Céspedes lideran y llevan a feliz puerto esta propuesta, terminarían por ganarse la simpatía y agradecimiento de los vallenatos y se pondría fin a una situación perniciosa que avergüenza y atrasa el desarrollo de nuestra pujante ciudad.