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Columnista - 19 julio, 2014

La banda sonora de nuestras vidas

Creo que todos tenemos guardados en nuestra memoria, canciones que nos devuelven a épocas remotas, trayendo consigo buenos recuerdos, aunque también hay música que nos produce el efecto contrario, pero sin duda, son más las melodías que asociamos con bonitas recordaciones, porque tenemos cierta predisposición a olvidarnos de aquello que nos traiga malas reminiscencias, indudablemente […]

Creo que todos tenemos guardados en nuestra memoria, canciones que nos devuelven a épocas remotas, trayendo consigo buenos recuerdos, aunque también hay música que nos produce el efecto contrario, pero sin duda, son más las melodías que asociamos con bonitas recordaciones, porque tenemos cierta predisposición a olvidarnos de aquello que nos traiga malas reminiscencias, indudablemente nuestro organismo tiene alguna especie de mecanismo de defensa, el cual hace que bloqueemos todas las evocaciones dañinas.

Según estudios científicos, las personas que han sufrido grandes traumas por la pérdida de seres queridos, o quienes ha pasado por experiencias muy dolorosas en sus vidas, tienen una marcada tendencia a perder la razón y en otros casos la memoria, según he entendido, la famosa enfermedad de Alzhéimer está íntimamente ligada a esta situación, es como una especie de cerco al sufrimiento, y al borrar de los recuerdos esas amargas remembranzas, pues obviamente también se deja a un lado, todo ese lastre de tormento.

Siempre he sido un melómano consumado, amante de la buena música sin importar el género, origen o latitud, después que sea buena, la escucho, y en el baúl de mis recuerdos mantengo guardadas muchas melodías, que al escucharlas nuevamente, me transportan a un lugar explícitoy a determinada experiencia, les pongo un ejemplo: Apenas escucho a Pastor López, inmediatamente me transporto a ciudades de hierro o parques de diversiones, porque casi siempre en los altoparlantes de esos sitios, o al menos a la mayoría de losque alcancé a visitar durante mi infancia, esa era precisamente la música que sonaba de fondo, y aunque no es de mi predilección tampoco me disgusta, porque está ligada a recuerdos agradables.

También hay canciones quese nos parecen a determinados tipos de negocio, por ejemplo los almibarados discos de Kenny G y Michael Bolton, hacen alusión a salas de espera deconsultorios odontológicos o médicos, la música de Wilfrido Vargas de los años 80, inmediatamente me devuelve a aquellos buenos precarnavales vallenatos, en donde siempre traían agrupaciones internacionales de alto nivel.

La exitosa canción caribeña en ritmo de Soca: Tiny Winey, (TainiWaini) al oírla, me traslado inmediatamente a la inauguración del estadio Metropolitano, cuando aquella canción estaba en pleno furor, recuerdo que apenas salimos del partido inaugural, la calle 84 era un mar de gente y en todas partes sonaba esa pegajosa melodía. Hay una canción que se llama Capital Tropical y es casi un himno de los picoteros, donde hay verbena y pickup suena y mi “Disco-duro” rápidamente la asocia con fiestas de barrios populares,también con espectáculos circenses, pues casi siempre la colocaban de fondo para algún acto, o servía de telón entre un número y otro, en los circos de mi niñez.

Para recordar a mi Padre, solo basta colocar cualquier tema de la discografía de Colacho Mendoza, principalmente con Diomedes, también con la música de Escalona, especialmente en aquel Disco Homenaje producido por el Banco Ganadero, en donde cantó Poncho Cotes Junior.

Cuando quiero acordarme de las fiestas de mi infancia, solo basta oír las melodías del Binomio de Oro, agrupación de moda de aquel entonces, como Playas Marinas o El Higuerón, lo cierto es que la música es una especie de máquina del tiempo y como dice el adagio: Recordar es vivir.

Columnista
19 julio, 2014

La banda sonora de nuestras vidas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Creo que todos tenemos guardados en nuestra memoria, canciones que nos devuelven a épocas remotas, trayendo consigo buenos recuerdos, aunque también hay música que nos produce el efecto contrario, pero sin duda, son más las melodías que asociamos con bonitas recordaciones, porque tenemos cierta predisposición a olvidarnos de aquello que nos traiga malas reminiscencias, indudablemente […]


Creo que todos tenemos guardados en nuestra memoria, canciones que nos devuelven a épocas remotas, trayendo consigo buenos recuerdos, aunque también hay música que nos produce el efecto contrario, pero sin duda, son más las melodías que asociamos con bonitas recordaciones, porque tenemos cierta predisposición a olvidarnos de aquello que nos traiga malas reminiscencias, indudablemente nuestro organismo tiene alguna especie de mecanismo de defensa, el cual hace que bloqueemos todas las evocaciones dañinas.

Según estudios científicos, las personas que han sufrido grandes traumas por la pérdida de seres queridos, o quienes ha pasado por experiencias muy dolorosas en sus vidas, tienen una marcada tendencia a perder la razón y en otros casos la memoria, según he entendido, la famosa enfermedad de Alzhéimer está íntimamente ligada a esta situación, es como una especie de cerco al sufrimiento, y al borrar de los recuerdos esas amargas remembranzas, pues obviamente también se deja a un lado, todo ese lastre de tormento.

Siempre he sido un melómano consumado, amante de la buena música sin importar el género, origen o latitud, después que sea buena, la escucho, y en el baúl de mis recuerdos mantengo guardadas muchas melodías, que al escucharlas nuevamente, me transportan a un lugar explícitoy a determinada experiencia, les pongo un ejemplo: Apenas escucho a Pastor López, inmediatamente me transporto a ciudades de hierro o parques de diversiones, porque casi siempre en los altoparlantes de esos sitios, o al menos a la mayoría de losque alcancé a visitar durante mi infancia, esa era precisamente la música que sonaba de fondo, y aunque no es de mi predilección tampoco me disgusta, porque está ligada a recuerdos agradables.

También hay canciones quese nos parecen a determinados tipos de negocio, por ejemplo los almibarados discos de Kenny G y Michael Bolton, hacen alusión a salas de espera deconsultorios odontológicos o médicos, la música de Wilfrido Vargas de los años 80, inmediatamente me devuelve a aquellos buenos precarnavales vallenatos, en donde siempre traían agrupaciones internacionales de alto nivel.

La exitosa canción caribeña en ritmo de Soca: Tiny Winey, (TainiWaini) al oírla, me traslado inmediatamente a la inauguración del estadio Metropolitano, cuando aquella canción estaba en pleno furor, recuerdo que apenas salimos del partido inaugural, la calle 84 era un mar de gente y en todas partes sonaba esa pegajosa melodía. Hay una canción que se llama Capital Tropical y es casi un himno de los picoteros, donde hay verbena y pickup suena y mi “Disco-duro” rápidamente la asocia con fiestas de barrios populares,también con espectáculos circenses, pues casi siempre la colocaban de fondo para algún acto, o servía de telón entre un número y otro, en los circos de mi niñez.

Para recordar a mi Padre, solo basta colocar cualquier tema de la discografía de Colacho Mendoza, principalmente con Diomedes, también con la música de Escalona, especialmente en aquel Disco Homenaje producido por el Banco Ganadero, en donde cantó Poncho Cotes Junior.

Cuando quiero acordarme de las fiestas de mi infancia, solo basta oír las melodías del Binomio de Oro, agrupación de moda de aquel entonces, como Playas Marinas o El Higuerón, lo cierto es que la música es una especie de máquina del tiempo y como dice el adagio: Recordar es vivir.