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Columnista - 15 febrero, 2014

Jugar a ser socialista sale caro

Por: José Gregorio Guerrero Me cuenta “Ochita Ofimatic Tres Palacios” una amiga venezolana conocedora del intríngulis bolivariano que al presidente Maduro se le quemaron los tostones; en otras palabras, se le puso la cosa bien fea. A esta hora millones de venezolanos de derecha les toca cosechar lo que nunca sembraron; y otros tantos millones […]

Por: José Gregorio Guerrero

Me cuenta “Ochita Ofimatic Tres Palacios” una amiga venezolana conocedora del intríngulis bolivariano que al presidente Maduro se le quemaron los tostones; en otras palabras, se le puso la cosa bien fea. A esta hora millones de venezolanos de derecha les toca cosechar lo que nunca sembraron; y otros tantos millones de chavistas integérrimos que sí ayudaron a la siembra se lamentan de haber tenido a un Chávez en su patria, sentimiento manifestado por medio de un silencio crudo y una catadura adornada por un rictus de llanto guardado.

Me cuenta “Ochita” que varios líderes del chavismo se han muerto de tristeza y algunos otros se han suicidado (ahorcados porque el veneno no se consigue) noticias que no dejan permear a la civilización para no crear alarmas mediáticas. Los hermanos venezolanos están dispuestos a hacerse matar con tal de ver caer a Maduro. Dijeron textualmente “si a Carlos Andrés nos costó 20 días para bajarlo a Maduro lo bajamos en menos” me hizo mi amiga un recuento del caracazo y vaticinó verlo venir.

El caracazo inició en Guarenas una población cercana a caracas, y se extendió hasta la capital en pocos días; el pueblo quemó buses, saquearon supermercados, centros comerciales, casas de capitalistas amigos del gobierno; entonces el presidente crea” El Plan Ávila” con ayuda del Ejército cuya estrategia de contención terminó con 276 muertos mal contados (los muertos no se cuentan así diría mi maestra Mary Daza Orozco) y 2000 desaparecidos durante el 27 y 28 de febrero de 1998. La revuelta de hoy lleva la misma patología.

A mi amiga, la misma familia en contra del sistema le secuestró a “Miky” su perro; a pesar de tener los medios no puede comer lo que quiere, muchas veces se tiene que limpiarse el ano con periódicos viejos, porque nuevos no hay, incluso me dijo “la hemeroteca de Caracas desapareció al igual que mi perro: sorpresivamente” Me dice “Ochita” “cónchale, chico el busetero está que cae” y hablando de busetas me recordó de un acontecimiento nuestro, entonces se lo manifesté: “Ochita la alcaldía de Valledupar trajo unas busetas para modernizar el transporte de la ciudad, y no han podido salir al ruedo, están tiradas en un patio a sol, y a sereno ni vinagre criollo; por que el Alcalde está demasiado ocupado y no las ha podido matricular; a lo que me contestó: “cónchale, vale Goyo entonces que se queden brutas. Si por allá llueve, por aquí no escampa”. Remató.

Columnista
15 febrero, 2014

Jugar a ser socialista sale caro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Gregorio Guerrero Ramírez

Por: José Gregorio Guerrero Me cuenta “Ochita Ofimatic Tres Palacios” una amiga venezolana conocedora del intríngulis bolivariano que al presidente Maduro se le quemaron los tostones; en otras palabras, se le puso la cosa bien fea. A esta hora millones de venezolanos de derecha les toca cosechar lo que nunca sembraron; y otros tantos millones […]


Por: José Gregorio Guerrero

Me cuenta “Ochita Ofimatic Tres Palacios” una amiga venezolana conocedora del intríngulis bolivariano que al presidente Maduro se le quemaron los tostones; en otras palabras, se le puso la cosa bien fea. A esta hora millones de venezolanos de derecha les toca cosechar lo que nunca sembraron; y otros tantos millones de chavistas integérrimos que sí ayudaron a la siembra se lamentan de haber tenido a un Chávez en su patria, sentimiento manifestado por medio de un silencio crudo y una catadura adornada por un rictus de llanto guardado.

Me cuenta “Ochita” que varios líderes del chavismo se han muerto de tristeza y algunos otros se han suicidado (ahorcados porque el veneno no se consigue) noticias que no dejan permear a la civilización para no crear alarmas mediáticas. Los hermanos venezolanos están dispuestos a hacerse matar con tal de ver caer a Maduro. Dijeron textualmente “si a Carlos Andrés nos costó 20 días para bajarlo a Maduro lo bajamos en menos” me hizo mi amiga un recuento del caracazo y vaticinó verlo venir.

El caracazo inició en Guarenas una población cercana a caracas, y se extendió hasta la capital en pocos días; el pueblo quemó buses, saquearon supermercados, centros comerciales, casas de capitalistas amigos del gobierno; entonces el presidente crea” El Plan Ávila” con ayuda del Ejército cuya estrategia de contención terminó con 276 muertos mal contados (los muertos no se cuentan así diría mi maestra Mary Daza Orozco) y 2000 desaparecidos durante el 27 y 28 de febrero de 1998. La revuelta de hoy lleva la misma patología.

A mi amiga, la misma familia en contra del sistema le secuestró a “Miky” su perro; a pesar de tener los medios no puede comer lo que quiere, muchas veces se tiene que limpiarse el ano con periódicos viejos, porque nuevos no hay, incluso me dijo “la hemeroteca de Caracas desapareció al igual que mi perro: sorpresivamente” Me dice “Ochita” “cónchale, chico el busetero está que cae” y hablando de busetas me recordó de un acontecimiento nuestro, entonces se lo manifesté: “Ochita la alcaldía de Valledupar trajo unas busetas para modernizar el transporte de la ciudad, y no han podido salir al ruedo, están tiradas en un patio a sol, y a sereno ni vinagre criollo; por que el Alcalde está demasiado ocupado y no las ha podido matricular; a lo que me contestó: “cónchale, vale Goyo entonces que se queden brutas. Si por allá llueve, por aquí no escampa”. Remató.