El primer caso fue el de Omar Alberto Fuentes Carrillo, administrador de una finca en el corregimiento de Patillal, al norte de Valledupar, donde fue encontrado muerto tras recibir un tiro en la cabeza, con una escopeta calibre 16.
El hecho ocurrió el lunes en el predio El Guáimaro, hasta donde se desplazó un grupo de la unidad de investigación criminal de la Policía, para hacer la inspección al cadáver y estableció que presentaba herida de bala con orificio de entrada en la región temporal y orificio de salida occipital.
Según el reporte inicial, el hombre de 52 años se habría suicidado, sin embargo el cuerpo de Fuentes Carrillo fue trasladado a las instalaciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses, donde las autoridades ahondan en las investigaciones para tener certeza de lo sucedido.

Los familiares de Fuentes Carrillo llegaron a la morgue pero no dieron declaraciones a la prensa sobre las circunstancias en que murió su ser querido.
En el otro caso aparece como víctima Gabriel Altamar Echavarría, de 52 años, oriundo de Barranquilla, quien administraba una finca cerca a la Penitenciaría de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, en la vía al corregimiento de La Mesa.
De acuerdo con el reporte de las autoridades, este hombre estuvo departiendo el lunes, en el casco urbano de Valledupar y pese a encontrarse en avanzado estado de embriaguez conducía una motocicleta en la que se desplazaba hacia la finca donde laboraba.
“Solo sabemos que estaba tomando en Valledupar, un amigo le dijo que no fuera así porque estaba muy borracho, pero no le hizo caso”, contó Francisco Javier Beleño, sobrino del occiso.
Aunque no hay claridad de lo sucedido, la Policía reportó que Altamar Echavarría se habría detenido en un puente ubicado sobre esa vía y tras recostarse en un bordillo, presuntamente, cayó al vacío y habría muerto por las fatales lesiones.
Su cuerpo también fue trasladado a la morgue de Medicina Legal donde los peritos establecerán las causas de su deceso.