No podemos quedarnos callados frente a la gravedad de dos hechos que venimos afrontando los vallenatos: Los desplazados y la inseguridad. El drama de los primeros es ya cuento de nunca acabar, aunque si bien se le ve, de cuento nadie tiene. Es una realidad, un drama, que está afrontando nuestra ciudad a la cual […]
No podemos quedarnos callados frente a la gravedad de dos hechos que venimos afrontando los vallenatos: Los desplazados y la inseguridad.
El drama de los primeros es ya cuento de nunca acabar, aunque si bien se le ve, de cuento nadie tiene. Es una realidad, un drama, que está afrontando nuestra ciudad a la cual está llegando a diario un crecido número de familias por lo general indocumentadas y que por diversas causas se han visto precisados, abandonados sus modestos haberes para buscar refugio en lugares que como Valledupar nada tiene que ofrecer.
Por razones obvias no hay estadísticas exactas sobre el número de desplazados. Se habla de cifras alarmantes. Pero lo que no se puede soslayar es que no solo a los actuales gobiernos locales les corresponden hacerle frente a esta situación, también las empresas privadas deben ofrecer su apoyo y aporte para evitar esta triste situación prospere de manera incontenible.
El otro problema grave es la maldita inseguridad que la estamos viviendo a diario, el pánico ha invadido los distintos sectores. Si no lea la prensa y sintonice a las emisoras y escuchará las llamadas que a partir de las 4:00 de la mañana y de los distintos barrios se hacen a estos medios de comunicación con angustia por parte de los indefensos ciudadanos para hacerle frente a las actividades de los raponeros y ladrones, cada vez más agresivos.
La situación ha adquirido tal peligrosidad que debe motivar a una movilización ciudadana o protesta popular, a fin de intentar frenar la delincuencia y devolver el sosiego a la ciudadanía. Debemos atacar la inseguridad, detener la violencia, buscar la seguridad y ésta se consigue si hay unidad, si todos cooperamos con las fuerzas del orden y no nos dejamos intimidar por aquellos que prefieren utilizar la fuerza sobre la razón y la ley. Todos los días somos testigos de cómo la inseguridad no respeta condición social y a la policía corresponde en todo caso, bregar con todos los medios a su alcance para garantizarnos la mayor seguridad.
POSDATA: Como me gustaría que la doctora Katrizza Moreli Aroca fuera precandidata a la Gobernación del Cesar. Mujer inteligente, preparada y seria. Funcionaria de lujo cuando era gerente del SIVA. Tiene un carisma impresionante. Caramba, me suena, me suena, ojalá, ojalá fuera. Ahora es que nos vamos a deleitar y a reír de la cantidad de precandidatos a la gobernación y alcaldía de alguno de ellos por su mediocridad, sus actitudes torpes, comentarios estúpidos y propuestas absurdas a los planteamientos incoherentes.