Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 24 agosto, 2014

Formidable equipo de diseño para el CCMV

Tuve la fortuna el puente pasado, de conocer a parte del prestigioso equipo de trabajo que labora para la reconocida firma española IDOM S.A.U Ingeniería y Consultoría, con su casa matriz en Bilbao, oficinas en las principales ciudades de España y filiales en 16 países, quienes fueron encargados de realizar el diseño del Centro Cultural […]

Tuve la fortuna el puente pasado, de conocer a parte del prestigioso equipo de trabajo que labora para la reconocida firma española IDOM S.A.U Ingeniería y Consultoría, con su casa matriz en Bilbao, oficinas en las principales ciudades de España y filiales en 16 países, quienes fueron encargados de realizar el diseño del Centro Cultural de la Música Vallenata, responsabilidad que ganaron por concurso de méritos y obviamente por ser conocedores y muy profesionales en su labor. Los arquitectos y diseñadores ibéricos: Javier Pérez Uribarri, Marina Ajubita Díaz y sus colaboradores colombianos, los paisas: Nicolás Jaller Jaramillo y Nathaly Osorio Gaviria, quienes permanecieron varios días en la ciudad, haciendo un trabajo de campo y empapándose directamente con nuestra bella cultura, sus raíces, sus protagonistas, sus historias, leyendas y costumbres. Me correspondió el honor y la dicha de acompañarlos a un recorrido turístico que hicieron por pueblos circunvecinos, los días sábado y domingo, en donde también estuvieron distintos personajes conocedores de nuestro folclor, los cuales honraron a los visitantes con su compañía y su notable labor de guías, personalidades con mucho renombre y autoridades en materia de folclor y dueños de un rico repertorio anecdótico, por ser ellas protagonistas de nuestra rica historia musical, me refiero a las queridas hermanas María y Carmen Emilia Zuleta Díaz, hijas del viejo Emiliano, al ex alcalde, acreditado Ingeniero Civil y sin duda alguna, célebre folclorista: Fausto Cotes Núñez, hijo del maestro Poncho Cotes, y el reconocido compositor, historiador, estudioso del vallenato, y creador y gestor del Museo del Acordeón: Beto Murgas, los cuatro, mis grandes amigos y con este recorrido afianzamos nuestro lazos. Los visitantes quedaron complacidos con las mágicas historias relatadas por estas destacadas figuras, la inteligencia, bagaje cultural, las vivencias y amabilidad innata de Fausto, el indiscutible conocimiento musical y cultural de Beto, el carisma, jocosidad, noble alma provinciana, además de sus arrolladoras personalidades y amplio “inventario” de anécdotas, cuentos e historias de las hermanas, Zuleta o “las pelas” como cariñosamente las llama su hermano “Poncho” de quienes son sus mayores alcahuetas. Me sorprendió lo bien ubicado que estaba el equipo en general, sobre todo Javier Pérez Uribarri, quien además es un gran conocedor de la genealogía de muchos de nuestros apellidos comarcales y sus regiones de origen en la madre patria, entre otras cosas, el previo conocimiento de la zona y de muchas historias, me permitieron al rompe, darme cuenta de que son muy profesionales en su trabajo, están muy bien enfocados en cuanto a lo que la región necesita, no solo basaron y limitaron su labor a nivel regional y estuvieron en pueblos del Cesar y la Guajira, sino que estuvieron visitando en Barranquilla el Museo del Caribe, el cual les fascinó según tengo entendido, así como ocurrió con La Casa Museo del acordeón acá en Valledupar, en la cual estuvieron dichosos, muy bien atendidos e ilustrados por ese gran conocedor de nuestra música vernácula, como lo es Beto Murgas. Nicolás Jaller, un paisa con orígenes sabaneros, encargado de la parte operativa acá en Colombia, no escatimó esfuerzos para que el tour folclórico turístico fuese un éxito, sobre todo porque percibieron que el Gobernador Monsalvo, quiere lo mejor para su región, y el CCMV no puede ser inferior a la perspectiva, al talante progresista de un mandatario departamental que busca dejar huellas en el desarrollo de su tierra, haciendo obras majejestusas que perduren como un legado para la posteridad.

Columnista
24 agosto, 2014

Formidable equipo de diseño para el CCMV

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Tuve la fortuna el puente pasado, de conocer a parte del prestigioso equipo de trabajo que labora para la reconocida firma española IDOM S.A.U Ingeniería y Consultoría, con su casa matriz en Bilbao, oficinas en las principales ciudades de España y filiales en 16 países, quienes fueron encargados de realizar el diseño del Centro Cultural […]


Tuve la fortuna el puente pasado, de conocer a parte del prestigioso equipo de trabajo que labora para la reconocida firma española IDOM S.A.U Ingeniería y Consultoría, con su casa matriz en Bilbao, oficinas en las principales ciudades de España y filiales en 16 países, quienes fueron encargados de realizar el diseño del Centro Cultural de la Música Vallenata, responsabilidad que ganaron por concurso de méritos y obviamente por ser conocedores y muy profesionales en su labor. Los arquitectos y diseñadores ibéricos: Javier Pérez Uribarri, Marina Ajubita Díaz y sus colaboradores colombianos, los paisas: Nicolás Jaller Jaramillo y Nathaly Osorio Gaviria, quienes permanecieron varios días en la ciudad, haciendo un trabajo de campo y empapándose directamente con nuestra bella cultura, sus raíces, sus protagonistas, sus historias, leyendas y costumbres. Me correspondió el honor y la dicha de acompañarlos a un recorrido turístico que hicieron por pueblos circunvecinos, los días sábado y domingo, en donde también estuvieron distintos personajes conocedores de nuestro folclor, los cuales honraron a los visitantes con su compañía y su notable labor de guías, personalidades con mucho renombre y autoridades en materia de folclor y dueños de un rico repertorio anecdótico, por ser ellas protagonistas de nuestra rica historia musical, me refiero a las queridas hermanas María y Carmen Emilia Zuleta Díaz, hijas del viejo Emiliano, al ex alcalde, acreditado Ingeniero Civil y sin duda alguna, célebre folclorista: Fausto Cotes Núñez, hijo del maestro Poncho Cotes, y el reconocido compositor, historiador, estudioso del vallenato, y creador y gestor del Museo del Acordeón: Beto Murgas, los cuatro, mis grandes amigos y con este recorrido afianzamos nuestro lazos. Los visitantes quedaron complacidos con las mágicas historias relatadas por estas destacadas figuras, la inteligencia, bagaje cultural, las vivencias y amabilidad innata de Fausto, el indiscutible conocimiento musical y cultural de Beto, el carisma, jocosidad, noble alma provinciana, además de sus arrolladoras personalidades y amplio “inventario” de anécdotas, cuentos e historias de las hermanas, Zuleta o “las pelas” como cariñosamente las llama su hermano “Poncho” de quienes son sus mayores alcahuetas. Me sorprendió lo bien ubicado que estaba el equipo en general, sobre todo Javier Pérez Uribarri, quien además es un gran conocedor de la genealogía de muchos de nuestros apellidos comarcales y sus regiones de origen en la madre patria, entre otras cosas, el previo conocimiento de la zona y de muchas historias, me permitieron al rompe, darme cuenta de que son muy profesionales en su trabajo, están muy bien enfocados en cuanto a lo que la región necesita, no solo basaron y limitaron su labor a nivel regional y estuvieron en pueblos del Cesar y la Guajira, sino que estuvieron visitando en Barranquilla el Museo del Caribe, el cual les fascinó según tengo entendido, así como ocurrió con La Casa Museo del acordeón acá en Valledupar, en la cual estuvieron dichosos, muy bien atendidos e ilustrados por ese gran conocedor de nuestra música vernácula, como lo es Beto Murgas. Nicolás Jaller, un paisa con orígenes sabaneros, encargado de la parte operativa acá en Colombia, no escatimó esfuerzos para que el tour folclórico turístico fuese un éxito, sobre todo porque percibieron que el Gobernador Monsalvo, quiere lo mejor para su región, y el CCMV no puede ser inferior a la perspectiva, al talante progresista de un mandatario departamental que busca dejar huellas en el desarrollo de su tierra, haciendo obras majejestusas que perduren como un legado para la posteridad.