Desde que el Presidente G. W. Busch inventó la historia de las famosas armas de destrucción masiva como pretexto para invadir a Iraq y derrocar a Sadam Hussein la atención del mundo no se había concentrado en el tema Iraq sino hasta ahora, cuándo Obama actual mandatario de EE.UU declara la guerra contra el Estado Islámico.

Pero, ¿Qué es el Estado Islámico? Digamos para ilustrar a nuestros amables lectores que es un Estado no reconocido conformado por un grupo insurgente de naturaleza Suní asentado en un amplio territorio de Iraq y Siria cuya capital es Raqqa. Dicha organización terrorista se autoproclama como Califa de todos los musulmanes ¿Califa? Sí o Jalifa que significa: Sucesor de Mahoma en la comunidad islámica.

Llamada a ejercer un liderazgo político y espiritual en cabeza de Abu Bakr al-Baghadi. Pues bien a esta organización terrorista se le señala de tener vínculos muy cercanos con Al Qaeda quienes culpan a los “infieles”- no creyentes del Islam- de todos los males del mundo legitimando cualquier acción bélica que tenga por finalidad borrarlos de la faz de la tierra.

Al mejor estilo de Nicolás Maquiavelo: “El fin justifica los medios”

No obstante, lo más preocupante de esta organización religiosa y terrorista, es la amenaza de atentar contra el Papa Francisco a propósito de su visita a Albania y Turquía. Pues resulta evidente que el Sumo Pontífice es un icono mundial de occidente y de la religión católica lo que lo convierte en blanco perfecto del Estado Islámico.

En escrito pasado si mal no recuerdo, hablé de las amenazas que se ciernen contra el Papa Francisco al interior del propio Vaticano por causa de los cambios estructurales que pretende implementar el Santo Padre para acabar con los rumores acerca de los supuestos malos manejos del Banco del Vaticano o Banco de Dios como también se le conoce.

Tarea nada fácil dada la cantidad de intereses económicos y políticos en juego que se verían afectados con dichas reformas. Ahora bien, como si lo anterior fuera de poca monta al Papa Francisco se le suma hoy día, la declarada enemistad manifestada por el Estado Islámico que pone al máximo jerarca de la Iglesia en evidente riesgo.

Por ello insistía yo en aquella oportunidad, y lo hago ahora, sobre la necesidad de acompañar con la oración a nuestro Papa Francisco para que el Dueño de la Vida lo libre de todo peligro y lo proteja de toda amenaza a su integridad física.

Hagámoslo con el arma más poderosa: La oración.