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Columnista - 29 octubre, 2014

El Rey Vallenato Miguel López y el “Gavilán Pollero”

La Paz es algo así como el corredor de movilidad de todos los cesarenses y guajiros. Manaure, El Plan, Villanueva y Urumita de un lado y por el otro los corregimientos de San José de Oriente y Media Luna; más allá o más acá San Diego y Valledupar, Fundación. Es una tierra de contrastes, que […]

La Paz es algo así como el corredor de movilidad de todos los cesarenses y guajiros. Manaure, El Plan, Villanueva y Urumita de un lado y por el otro los corregimientos de San José de Oriente y Media Luna; más allá o más acá San Diego y Valledupar, Fundación.
Es una tierra de contrastes, que por falta de espacio en este medio, resulta muy complicado narrar cada paso de este pueblo amado y querido por tanta gente.
Ha sido la tierra que ha servido de enlace del folclor vallenato y la política. Rafael Escalona Martínez el más grande compositor cristalizó allí su hogar. Pero muchos años antes la matrona pacifica Rosario Pumarejo Cotes parió de su esposo Pedro A. López al polìtico Alfonso López Pumarejo, quien fue dos veces Presidente de Colombia.
Ha sido un pueblo trascendental en la vida política – administrativa y musical de Colombia. Ahí también nació Miguel López Gutiérrez, un 5 de enero del año 1938, y 34 años después se coronó Rey Vallenato, en Valledupar, al lado de Jorge Oñate uno de sus cantantes insignes.
Con este hombre bonachón y de poco hablar (Miguel López) dialogué el pasado domingo en la puerta de su casa, en La Paz. Conserva intacta su estampa de acordeonero: “ese acordeón no lo dejo, la música la llevo metida en todo mi cuerpo”, dijo.
Contó que él tocaba caja a los 7 años y su hermano Pablo tocaba acordeón. Pero una mañana se le dio por agarrar el acordeón y no lo volvió a soltar más. Recuerda que su mamá Agustina Gutiérrez dijo: “vee ese va a ser acordeonero” y con el pasar de los años armó el conjunto con Pablo en la caja y el cantante Dagoberto López (compositor fallecido).
A los años su cantante fue Manito Jhonson y después Jorge Oñate. “A Jorge yo lo enseñé, todos los días practicaba conmigo”, dijo.
Recuerda las parrandas de su papá Pablo Rafael López Gutiérrez (1911 – 7 de abril de 1980) y a él le tocaba al día siguiente llevar a la gente en su camión “El gavilán Pollero” a Manaure, San Diego y Urumita. Después vendió su camión y compró una buseta, en la que viajó por todo Colombia transportando a su conjunto “Los Hermanos López”. Él era el chofer.
Recordó: “A Diomedes Díaz también lo hice yo. Diomedes venía a la casa mía y se estaba en la casa hasta un mes, no se perdía una parranda y el muchachito todo lo miraba, era inquieto y mostraba talento. Yo me lo llevaba para Fundación, Paraíso, Chivolo y para todas partes, hombre que sabía versear era ese Diomedes”, aseguró.
Seguidamente lanzó esta frase que resume lo bueno de una parranda vallenata: “todos los acordeoneros buenos le gusta tocar Merengue. Es que una parranda sin Merengue no es ná”.
Agregó que el Gutiérrez proviene de España. “Es que los Gutiérrez eran españoles. Llegaron por la vía de Riohacha tres hermanos Gutiérrez y se establecieron en San Juan del Cesar. Antonio Jacinto se vino para La Paz y se casó aquí, tuvo once hijos. Joaquín engendró en San Juan del Cesar y Luís se fue para Patillal y Valledupar, todos esos que tienen apellido Gutiérrez en Valledupar son de esa gente de Luís”, concluyó. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro

Columnista
29 octubre, 2014

El Rey Vallenato Miguel López y el “Gavilán Pollero”

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

La Paz es algo así como el corredor de movilidad de todos los cesarenses y guajiros. Manaure, El Plan, Villanueva y Urumita de un lado y por el otro los corregimientos de San José de Oriente y Media Luna; más allá o más acá San Diego y Valledupar, Fundación. Es una tierra de contrastes, que […]


La Paz es algo así como el corredor de movilidad de todos los cesarenses y guajiros. Manaure, El Plan, Villanueva y Urumita de un lado y por el otro los corregimientos de San José de Oriente y Media Luna; más allá o más acá San Diego y Valledupar, Fundación.
Es una tierra de contrastes, que por falta de espacio en este medio, resulta muy complicado narrar cada paso de este pueblo amado y querido por tanta gente.
Ha sido la tierra que ha servido de enlace del folclor vallenato y la política. Rafael Escalona Martínez el más grande compositor cristalizó allí su hogar. Pero muchos años antes la matrona pacifica Rosario Pumarejo Cotes parió de su esposo Pedro A. López al polìtico Alfonso López Pumarejo, quien fue dos veces Presidente de Colombia.
Ha sido un pueblo trascendental en la vida política – administrativa y musical de Colombia. Ahí también nació Miguel López Gutiérrez, un 5 de enero del año 1938, y 34 años después se coronó Rey Vallenato, en Valledupar, al lado de Jorge Oñate uno de sus cantantes insignes.
Con este hombre bonachón y de poco hablar (Miguel López) dialogué el pasado domingo en la puerta de su casa, en La Paz. Conserva intacta su estampa de acordeonero: “ese acordeón no lo dejo, la música la llevo metida en todo mi cuerpo”, dijo.
Contó que él tocaba caja a los 7 años y su hermano Pablo tocaba acordeón. Pero una mañana se le dio por agarrar el acordeón y no lo volvió a soltar más. Recuerda que su mamá Agustina Gutiérrez dijo: “vee ese va a ser acordeonero” y con el pasar de los años armó el conjunto con Pablo en la caja y el cantante Dagoberto López (compositor fallecido).
A los años su cantante fue Manito Jhonson y después Jorge Oñate. “A Jorge yo lo enseñé, todos los días practicaba conmigo”, dijo.
Recuerda las parrandas de su papá Pablo Rafael López Gutiérrez (1911 – 7 de abril de 1980) y a él le tocaba al día siguiente llevar a la gente en su camión “El gavilán Pollero” a Manaure, San Diego y Urumita. Después vendió su camión y compró una buseta, en la que viajó por todo Colombia transportando a su conjunto “Los Hermanos López”. Él era el chofer.
Recordó: “A Diomedes Díaz también lo hice yo. Diomedes venía a la casa mía y se estaba en la casa hasta un mes, no se perdía una parranda y el muchachito todo lo miraba, era inquieto y mostraba talento. Yo me lo llevaba para Fundación, Paraíso, Chivolo y para todas partes, hombre que sabía versear era ese Diomedes”, aseguró.
Seguidamente lanzó esta frase que resume lo bueno de una parranda vallenata: “todos los acordeoneros buenos le gusta tocar Merengue. Es que una parranda sin Merengue no es ná”.
Agregó que el Gutiérrez proviene de España. “Es que los Gutiérrez eran españoles. Llegaron por la vía de Riohacha tres hermanos Gutiérrez y se establecieron en San Juan del Cesar. Antonio Jacinto se vino para La Paz y se casó aquí, tuvo once hijos. Joaquín engendró en San Juan del Cesar y Luís se fue para Patillal y Valledupar, todos esos que tienen apellido Gutiérrez en Valledupar son de esa gente de Luís”, concluyó. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro