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Columnista - 3 septiembre, 2014

El CPV, en el ocaso de un gremio

Que los periodistas de Valledupar se valgan de artimañas para conseguir prebendas y “mermeladas” como cualquier vulgar político o gobernante de este remedo de democracia que tenemos en Colombia, resulta muy reprochable e indignante. Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan dirían que se trata de la peor vergüenza y aseguran que ¡nunca y […]

Que los periodistas de Valledupar se valgan de artimañas para conseguir prebendas y “mermeladas” como cualquier vulgar político o gobernante de este remedo de democracia que tenemos en Colombia, resulta muy reprochable e indignante.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan dirían que se trata de la peor vergüenza y aseguran que ¡nunca y jamás! se podría pensar en ataviar con corrupciones el bolsillo de los comunicadores, lo que sería una desgracia para el gremio.
Es que un verdadero periodista no debiera cercenar su incolumidad de emisor ni con el pétalo de una rosa, porque seguramente su ardid confundiría mucho más a esta sociedad que camina rumbo al despeñadero, empujada por políticos y funcionarios públicos que solo creen en el diezmo del 25 y 35 por ciento de los multimillonarios contratos de obras adjudicadas por licitaciones y a dedo.
Seguramente en el Cesar hay “nules”, pero los entes de control tendrán que descubrirlos si en verdad los hay. Le toca al recién posesionado Contralor de la Nación Edgardo Maya Villazón ponerle el cascabel al gato y mediante investigaciones exhaustivas desenmascarar a los “llaneros” solitarios, de las contrataciones fraudulentas.
Entonces, los periodistas y los medios masivos de comunicación tendrán que auscultar su capacidad de informar a la opinión pública, porque esa es su naturaleza, para que vuelva la dignidad a este país y al Cesar y se pueda escuchar sin resquemores que los periodistas son los verdaderos aliados de la sociedad buena y constructora, de la sociedad aquella que habla el francés Alain Touraine uno de los sociólogos contemporáneos más importantes, quien sostiene que “…Hay una desestructuración de lo social, una desinstitucionalización de la realidad social”.
Lo que claman mis consejeros periodísticos es que no se podrá confundir –ni milimétricamente- la intención de un periodista por su pureza y mucho menos podría pensarse que los periodistas son delincuentes que lanzan piedras y esconden la mano. No. Así no es, por Dios.
Sin embargo, por estos días ha salido a la luz pública la incompatibilidad (por llamarla de alguna manera) del colega Aquiles Hernández para ejercer la presidencia del Circulo de Periodista de Valledupar (CPV), cargo que habrá que revisarse para acabar con la reelección, otro de los innumerables males que tiene nuestra desnaturalizada democracia, en muchas instituciones.
Mis consejeros periodísticos sostienen que Aquiles fue nombrado en una Unidad de Trabajo Legislativo del Congreso y es funcionario público, lo que lo inhabilita para firmar contratos con entidades del Estado a nombre del CPV. Por lo tanto, los agremiados le han solicitado que le de paso al Vicepresidente Libardo Fonseca Cotes.
Sin embargo, Hernández prefirió pedir una licencia por 3 meses, pero un grueso número de agremiados sostienen que debe renunciar, para evitar conjeturas. Inclusive su periodo llega hasta abril del año entrante.
Preocupa a los agremiados que Hernández ha venido dilatando dejar el cargo a pesar de que entidades como la Alcaldía tiene un millonario contrato para entregárselo al CPV, como operador en la asesoría publicitaria y con él como presidente no se puede firmar el contrato, lo que afecta directamente a los agremiados independientes.
Inclusive, el sábado anterior hubo una asamblea del CPV que terminó en un bochornoso acto, porque los directivos se levantaron de la mesa, recogieron los documentos ya aprobados y se fueron, de manera irresponsable, como actúan muchos de nuestros políticos y gobernantes.
En su programa Maravilla Informa el periodista JJ Daza sostiene que hay muchos intereses de por medio y al aire habló sobre un contrato que se está forjando en la Gobernación del Cesar por más de $1.100 millones por asesoría periodística.
También el Vicepresidente Libardo Fonseca afirma que en año y medio a él nunca lo han invitado a una reunión de junta directiva y se habla de roscas al interior del CPV, asunto que niega Aquiles.
¿Será cierto que hay intereses y roscas por el manejo millonario de recursos de contratos en el CPV?, si eso es así apaguemos y vámonos. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro

Columnista
3 septiembre, 2014

El CPV, en el ocaso de un gremio

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

Que los periodistas de Valledupar se valgan de artimañas para conseguir prebendas y “mermeladas” como cualquier vulgar político o gobernante de este remedo de democracia que tenemos en Colombia, resulta muy reprochable e indignante. Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan dirían que se trata de la peor vergüenza y aseguran que ¡nunca y […]


Que los periodistas de Valledupar se valgan de artimañas para conseguir prebendas y “mermeladas” como cualquier vulgar político o gobernante de este remedo de democracia que tenemos en Colombia, resulta muy reprochable e indignante.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan dirían que se trata de la peor vergüenza y aseguran que ¡nunca y jamás! se podría pensar en ataviar con corrupciones el bolsillo de los comunicadores, lo que sería una desgracia para el gremio.
Es que un verdadero periodista no debiera cercenar su incolumidad de emisor ni con el pétalo de una rosa, porque seguramente su ardid confundiría mucho más a esta sociedad que camina rumbo al despeñadero, empujada por políticos y funcionarios públicos que solo creen en el diezmo del 25 y 35 por ciento de los multimillonarios contratos de obras adjudicadas por licitaciones y a dedo.
Seguramente en el Cesar hay “nules”, pero los entes de control tendrán que descubrirlos si en verdad los hay. Le toca al recién posesionado Contralor de la Nación Edgardo Maya Villazón ponerle el cascabel al gato y mediante investigaciones exhaustivas desenmascarar a los “llaneros” solitarios, de las contrataciones fraudulentas.
Entonces, los periodistas y los medios masivos de comunicación tendrán que auscultar su capacidad de informar a la opinión pública, porque esa es su naturaleza, para que vuelva la dignidad a este país y al Cesar y se pueda escuchar sin resquemores que los periodistas son los verdaderos aliados de la sociedad buena y constructora, de la sociedad aquella que habla el francés Alain Touraine uno de los sociólogos contemporáneos más importantes, quien sostiene que “…Hay una desestructuración de lo social, una desinstitucionalización de la realidad social”.
Lo que claman mis consejeros periodísticos es que no se podrá confundir –ni milimétricamente- la intención de un periodista por su pureza y mucho menos podría pensarse que los periodistas son delincuentes que lanzan piedras y esconden la mano. No. Así no es, por Dios.
Sin embargo, por estos días ha salido a la luz pública la incompatibilidad (por llamarla de alguna manera) del colega Aquiles Hernández para ejercer la presidencia del Circulo de Periodista de Valledupar (CPV), cargo que habrá que revisarse para acabar con la reelección, otro de los innumerables males que tiene nuestra desnaturalizada democracia, en muchas instituciones.
Mis consejeros periodísticos sostienen que Aquiles fue nombrado en una Unidad de Trabajo Legislativo del Congreso y es funcionario público, lo que lo inhabilita para firmar contratos con entidades del Estado a nombre del CPV. Por lo tanto, los agremiados le han solicitado que le de paso al Vicepresidente Libardo Fonseca Cotes.
Sin embargo, Hernández prefirió pedir una licencia por 3 meses, pero un grueso número de agremiados sostienen que debe renunciar, para evitar conjeturas. Inclusive su periodo llega hasta abril del año entrante.
Preocupa a los agremiados que Hernández ha venido dilatando dejar el cargo a pesar de que entidades como la Alcaldía tiene un millonario contrato para entregárselo al CPV, como operador en la asesoría publicitaria y con él como presidente no se puede firmar el contrato, lo que afecta directamente a los agremiados independientes.
Inclusive, el sábado anterior hubo una asamblea del CPV que terminó en un bochornoso acto, porque los directivos se levantaron de la mesa, recogieron los documentos ya aprobados y se fueron, de manera irresponsable, como actúan muchos de nuestros políticos y gobernantes.
En su programa Maravilla Informa el periodista JJ Daza sostiene que hay muchos intereses de por medio y al aire habló sobre un contrato que se está forjando en la Gobernación del Cesar por más de $1.100 millones por asesoría periodística.
También el Vicepresidente Libardo Fonseca afirma que en año y medio a él nunca lo han invitado a una reunión de junta directiva y se habla de roscas al interior del CPV, asunto que niega Aquiles.
¿Será cierto que hay intereses y roscas por el manejo millonario de recursos de contratos en el CPV?, si eso es así apaguemos y vámonos. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro