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Columnista - 4 marzo, 2015

El Cerro Pintao de Villanueva

Es el alma de lo villanueveros y el punto más alto para hablar con Dios, ahí con la nariz metida entre las nubes y las rodillas sobre el elegante y perfumado frailejón. El cerro Pintao representa la lírica del romanticismo villanuevero y desde la calles del pueblo soñamos con su cima a veces borrascosa, a […]

Es el alma de lo villanueveros y el punto más alto para hablar con Dios, ahí con la nariz metida entre las nubes y las rodillas sobre el elegante y perfumado frailejón. El cerro Pintao representa la lírica del romanticismo villanuevero y desde la calles del pueblo soñamos con su cima a veces borrascosa, a veces prístina y desde cualquier punto que se pueda ver siempre dirigimos la mirada hacia las alturas tratando de contemplar las pintas del “Tigre del Perijá”, desde niño hemos hecho eso y él ha contribuido con nuestro crecimiento espiritual.

Todavía nadie se ha parado en su borde y ha abierto sus brazos en cruz para recibir desde allí la brisa del Cabo de la Vela o por lo menos nadie ha mostrado una evidencia que nos permita pensar que conquistó al legendario gigante bifronte de la sierra negra de los villanueveros.

Villanuevero que se respete sueña con escalarlo algún día, él es el papá de más de ocho ríos que brotan de sus entrañas y cuelgan de sus farallones hacia el ancho valle, pero parte de su lomo pertenece a nuestra hermana república de Venezuela, según los cerropintaistas de Villanueva que dicen que para Venezuela envía aproximadamente 15 ríos incluido el caudaloso Rio limón. El sacro monte romántico del lado de Venezuela es selva virgen, de este lado mucho peladero. Es inaplazable protegerlo.

Ya hay un valientes de nuestra extirpe villanuevera Harol José Pavajeau Ovalle, que está dando la batalla para lograr que el cerro sea declarado parque natural de la región. “El rey del Perijá” está ahí cual coloso mágico y generoso en espera de la conciencia ecológica de Manaure, El Plan, La Jagua del Pilar, Urumita, Villanueva y El Molino para que valoren su hidrografía vital para su subsistencia; él es la vida, invitamos a estos vallenatos a reflexionar el por qué estos ríos que en tiempo pasado fueron cantarines en su rumor viajero y tenían bocachicos grandes propicios para la pesca; hoy en día lucen casi todo el año cual largos esqueletos de serpientes tendidos sobre la sabana del Valle. Piedra y arena caliente es lo que hay en el paisaje, nuestros ríos se debaten entre la vida y la muerte y las poblaciones crecen desmesuradamente demandando mayor cantidad de agua para el consumo tanto urbano como agrícola. No está lejos que el sistema fluvial de una gran parte del Valle del Cacique Upar colapse.

Recibimos con beneplácito el escrito de Hernán Baquero Bracho titulado: ‘Declaratoria del Área protegida del Ecosistema del Cerro Pintao” y esperamos con ansiedad la obra de Harol José Pavajeau Ovalle titulada: “Importancia del Ecosistema del Cerro Pintao”.

Columnista
4 marzo, 2015

El Cerro Pintao de Villanueva

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rosendo Romero Ospino

Es el alma de lo villanueveros y el punto más alto para hablar con Dios, ahí con la nariz metida entre las nubes y las rodillas sobre el elegante y perfumado frailejón. El cerro Pintao representa la lírica del romanticismo villanuevero y desde la calles del pueblo soñamos con su cima a veces borrascosa, a […]


Es el alma de lo villanueveros y el punto más alto para hablar con Dios, ahí con la nariz metida entre las nubes y las rodillas sobre el elegante y perfumado frailejón. El cerro Pintao representa la lírica del romanticismo villanuevero y desde la calles del pueblo soñamos con su cima a veces borrascosa, a veces prístina y desde cualquier punto que se pueda ver siempre dirigimos la mirada hacia las alturas tratando de contemplar las pintas del “Tigre del Perijá”, desde niño hemos hecho eso y él ha contribuido con nuestro crecimiento espiritual.

Todavía nadie se ha parado en su borde y ha abierto sus brazos en cruz para recibir desde allí la brisa del Cabo de la Vela o por lo menos nadie ha mostrado una evidencia que nos permita pensar que conquistó al legendario gigante bifronte de la sierra negra de los villanueveros.

Villanuevero que se respete sueña con escalarlo algún día, él es el papá de más de ocho ríos que brotan de sus entrañas y cuelgan de sus farallones hacia el ancho valle, pero parte de su lomo pertenece a nuestra hermana república de Venezuela, según los cerropintaistas de Villanueva que dicen que para Venezuela envía aproximadamente 15 ríos incluido el caudaloso Rio limón. El sacro monte romántico del lado de Venezuela es selva virgen, de este lado mucho peladero. Es inaplazable protegerlo.

Ya hay un valientes de nuestra extirpe villanuevera Harol José Pavajeau Ovalle, que está dando la batalla para lograr que el cerro sea declarado parque natural de la región. “El rey del Perijá” está ahí cual coloso mágico y generoso en espera de la conciencia ecológica de Manaure, El Plan, La Jagua del Pilar, Urumita, Villanueva y El Molino para que valoren su hidrografía vital para su subsistencia; él es la vida, invitamos a estos vallenatos a reflexionar el por qué estos ríos que en tiempo pasado fueron cantarines en su rumor viajero y tenían bocachicos grandes propicios para la pesca; hoy en día lucen casi todo el año cual largos esqueletos de serpientes tendidos sobre la sabana del Valle. Piedra y arena caliente es lo que hay en el paisaje, nuestros ríos se debaten entre la vida y la muerte y las poblaciones crecen desmesuradamente demandando mayor cantidad de agua para el consumo tanto urbano como agrícola. No está lejos que el sistema fluvial de una gran parte del Valle del Cacique Upar colapse.

Recibimos con beneplácito el escrito de Hernán Baquero Bracho titulado: ‘Declaratoria del Área protegida del Ecosistema del Cerro Pintao” y esperamos con ansiedad la obra de Harol José Pavajeau Ovalle titulada: “Importancia del Ecosistema del Cerro Pintao”.