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Columnista - 24 enero, 2015

Divorciados

Sin lucro de la oportunidad es mi deber ciudadano refrendar la buena calificación que ostenta Luis Alberto Monsalvo Gnecco, gobernador del departamento del Cesar. No es mi propósito enumerar los proyectos emprendidos por el mandatario departamental, son perceptibles y de amplio reconocimiento por parte de la ciudadanía y medios nacionales, sin embargo, como ejercicio de […]

Sin lucro de la oportunidad es mi deber ciudadano refrendar la buena calificación que ostenta Luis Alberto Monsalvo Gnecco, gobernador del departamento del Cesar. No es mi propósito enumerar los proyectos emprendidos por el mandatario departamental, son perceptibles y de amplio reconocimiento por parte de la ciudadanía y medios nacionales, sin embargo, como ejercicio de seguimiento y control, pueden ser escudriñados a través del Portal Único de Contratación –Secop-.

Durante mi periodo de vacaciones en mi querido Valledupar, pude constatar el divorcio existente entre las administraciones Departamental y Municipal, esta situación es repetitiva y perjudicial, gobiernos anteriores hicieron lo mismo, queda claro que nuestra dirigencia considera que sus egos están por encima de los intereses colectivos y creen que ser dirigente es un acto farandulero. El gobernador Monsalvo Gnecco en entrevista concedida a El Heraldo, puso de presente algunos aspectos que él considera determinantes para explicar las razones del distanciamiento con su homólogo Freddy Socarras.

No procuro hacer de esta situación un monologo chismoso, pero es pertinente que Freddy Socarrás afirme o desmienta los argumentos de Monsalvo Gnecco. Y es menester que lo aclare, porque obras son amores: Reparación de los monumentos de la ciudad de Valledupar, el estadio, la avenida Simón Bolívar, por mencionar los más importantes, sin soslayar que la capital del departamento también es jurisdicción para el gobernador en lo que a proyectos e inversiones se refiere.

Que logre inaugurarlos en lo que queda de gobierno es harina de otro costal, no obstante, en prevalencia del orden programático los partidos políticos juegan un papel importante en el entendido de que el vencimiento de los periodos de gobierno no es obstáculo para la entrega de las obras. (Gran problema de la política colombiana, reina la promiscuidad política, los hombres están por encima de las organizaciones políticas y no hay marco programático dando origen a los denominados “elefantes blancos”).

El alcalde Freddy Socarrás emprendió una dura tarea, organizar la casa. Esta actitud es necesaria, Valledupar arrastra 20 años detenido en el tiempo, estructurar una hoja de ruta es pertinente para entrever la ciudad del futuro, ese trabajo silencioso es inobservado por la ciudadanía, por lo tanto, pese a los esfuerzos organizacionales, es inconcebible el divorcio con la administración departamental, en especial, por las dificultades financieras del municipio.

El Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, en vez de concebir unidad como argumento que construye sociedad, constituye otro motivo para distanciar a los mandatarios, desconocer los beneficios que conlleva la obtención de la gerencia es pura ingenuidad, pero en importancia los buenos resultados son prioridad, esencialmente, por los problemas de movilidad y la necesidad perentoria del añorado sistema de transporte.
@LuchoDiaz12

Columnista
24 enero, 2015

Divorciados

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

Sin lucro de la oportunidad es mi deber ciudadano refrendar la buena calificación que ostenta Luis Alberto Monsalvo Gnecco, gobernador del departamento del Cesar. No es mi propósito enumerar los proyectos emprendidos por el mandatario departamental, son perceptibles y de amplio reconocimiento por parte de la ciudadanía y medios nacionales, sin embargo, como ejercicio de […]


Sin lucro de la oportunidad es mi deber ciudadano refrendar la buena calificación que ostenta Luis Alberto Monsalvo Gnecco, gobernador del departamento del Cesar. No es mi propósito enumerar los proyectos emprendidos por el mandatario departamental, son perceptibles y de amplio reconocimiento por parte de la ciudadanía y medios nacionales, sin embargo, como ejercicio de seguimiento y control, pueden ser escudriñados a través del Portal Único de Contratación –Secop-.

Durante mi periodo de vacaciones en mi querido Valledupar, pude constatar el divorcio existente entre las administraciones Departamental y Municipal, esta situación es repetitiva y perjudicial, gobiernos anteriores hicieron lo mismo, queda claro que nuestra dirigencia considera que sus egos están por encima de los intereses colectivos y creen que ser dirigente es un acto farandulero. El gobernador Monsalvo Gnecco en entrevista concedida a El Heraldo, puso de presente algunos aspectos que él considera determinantes para explicar las razones del distanciamiento con su homólogo Freddy Socarras.

No procuro hacer de esta situación un monologo chismoso, pero es pertinente que Freddy Socarrás afirme o desmienta los argumentos de Monsalvo Gnecco. Y es menester que lo aclare, porque obras son amores: Reparación de los monumentos de la ciudad de Valledupar, el estadio, la avenida Simón Bolívar, por mencionar los más importantes, sin soslayar que la capital del departamento también es jurisdicción para el gobernador en lo que a proyectos e inversiones se refiere.

Que logre inaugurarlos en lo que queda de gobierno es harina de otro costal, no obstante, en prevalencia del orden programático los partidos políticos juegan un papel importante en el entendido de que el vencimiento de los periodos de gobierno no es obstáculo para la entrega de las obras. (Gran problema de la política colombiana, reina la promiscuidad política, los hombres están por encima de las organizaciones políticas y no hay marco programático dando origen a los denominados “elefantes blancos”).

El alcalde Freddy Socarrás emprendió una dura tarea, organizar la casa. Esta actitud es necesaria, Valledupar arrastra 20 años detenido en el tiempo, estructurar una hoja de ruta es pertinente para entrever la ciudad del futuro, ese trabajo silencioso es inobservado por la ciudadanía, por lo tanto, pese a los esfuerzos organizacionales, es inconcebible el divorcio con la administración departamental, en especial, por las dificultades financieras del municipio.

El Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, en vez de concebir unidad como argumento que construye sociedad, constituye otro motivo para distanciar a los mandatarios, desconocer los beneficios que conlleva la obtención de la gerencia es pura ingenuidad, pero en importancia los buenos resultados son prioridad, esencialmente, por los problemas de movilidad y la necesidad perentoria del añorado sistema de transporte.
@LuchoDiaz12