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Columnista - 18 diciembre, 2014

Del poder de la conciencia a la conciencia del poder

Desde la nueva perspectiva dibujada anteriormente, la construcción de un movimiento político por una sociedad sustentable está relacionada con un poder en acción a todos los individuos que han adquirido una nueva conciencia de especie y que se encuentran ya dotados de una nueva ética de solidaridad con sus semejantes, los seres vivos, los elementos […]

Desde la nueva perspectiva dibujada anteriormente, la construcción de un movimiento político por una sociedad sustentable está relacionada con un poder en acción a todos los individuos que han adquirido una nueva conciencia de especie y que se encuentran ya dotados de una nueva ética de solidaridad con sus semejantes, los seres vivos, los elementos del entorno y con el planeta entero.

 

Aquí habría que señalar que en los nuevos movimientos por la sociedad sustentable la actividad política se confunde con la vida social; es decir, la militancia política no se concibe ni se practica separada de la vida cotidiana.

 

Lo mismo se trabaja por el cuerpo (salud, alimentación, equilibrio entre mente, espíritu y corporeidad) que por el equilibrio de la familia (vivienda, economía del agua, reciclaje de la basura, uso de energía renovables) o la armonía comunitaria o barrial que se lucha por la región, los seres vivos o la salud del ecosistema planetario.

 

La militancia se expresa entonces en todos los ámbitos revelados por la topoconciencia. La política es una “filosofía por la vida” derivada del poder de una conciencia. Por ello los seguidores, explícitos o implícitos de esta corriente son esencialmente militantes de movimientos sociales (con los casos excepcionales de los partidos verdes europeos) que más que vivir con la idea de tomar el poder se dedican a construirlo. ¿Será que lo mismo sucede aquí en Colombia?
El punto nodal es entonces cómo pasar del poder de la conciencia a la conciencia del poder. Un asunto que permanece aun sin respuesta, y que debe revisarse en función de las experiencias ya existentes (por ejemplo: la construcción de una sociedad sustentable en el estado de Río Grande do sul, en Brasil, donde el tiempo del partido de los trabajadores se conjuga con los movimientos sociales ecologistas, los de las familias rurales sin tierra y otras mas).

 

Es decir, se debe pasar de una situación que moviliza contingentes limitados y aislados de seres humanos (los movimientos sociales) a un nuevo momento (menos ingenuo políticamente) en el que se plantee la toma del poder político mediante la participación por las vías existentes de democracia de partidos. Momento en el cual acabe por consolidarse una nueva filosofía política buscadora de un nuevo modelo civilizatorio, es decir, de una modernidad alternativa.

 

Así las cosas, es importante saber en este tema que a las comunidades rurales hay que darles o devolverles su capacidad de gestión y decisión, como lo demanda la verdadera ecología política, como paso obligado para lograr un reencuentro entre los habitantes urbanos y rurales y para comenzar una alternativa ecológicamente apropiada de desarrollo. Para ello es necesario que adoptemos una perspectiva de desarrollo sustentable de nivel comunitario.
Nota: No se nos ha olvidado, la campaña de la construcción de la represa Los Besotes y notamos que finalizó el año y de aquello nada.

Columnista
18 diciembre, 2014

Del poder de la conciencia a la conciencia del poder

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Desde la nueva perspectiva dibujada anteriormente, la construcción de un movimiento político por una sociedad sustentable está relacionada con un poder en acción a todos los individuos que han adquirido una nueva conciencia de especie y que se encuentran ya dotados de una nueva ética de solidaridad con sus semejantes, los seres vivos, los elementos […]


Desde la nueva perspectiva dibujada anteriormente, la construcción de un movimiento político por una sociedad sustentable está relacionada con un poder en acción a todos los individuos que han adquirido una nueva conciencia de especie y que se encuentran ya dotados de una nueva ética de solidaridad con sus semejantes, los seres vivos, los elementos del entorno y con el planeta entero.

 

Aquí habría que señalar que en los nuevos movimientos por la sociedad sustentable la actividad política se confunde con la vida social; es decir, la militancia política no se concibe ni se practica separada de la vida cotidiana.

 

Lo mismo se trabaja por el cuerpo (salud, alimentación, equilibrio entre mente, espíritu y corporeidad) que por el equilibrio de la familia (vivienda, economía del agua, reciclaje de la basura, uso de energía renovables) o la armonía comunitaria o barrial que se lucha por la región, los seres vivos o la salud del ecosistema planetario.

 

La militancia se expresa entonces en todos los ámbitos revelados por la topoconciencia. La política es una “filosofía por la vida” derivada del poder de una conciencia. Por ello los seguidores, explícitos o implícitos de esta corriente son esencialmente militantes de movimientos sociales (con los casos excepcionales de los partidos verdes europeos) que más que vivir con la idea de tomar el poder se dedican a construirlo. ¿Será que lo mismo sucede aquí en Colombia?
El punto nodal es entonces cómo pasar del poder de la conciencia a la conciencia del poder. Un asunto que permanece aun sin respuesta, y que debe revisarse en función de las experiencias ya existentes (por ejemplo: la construcción de una sociedad sustentable en el estado de Río Grande do sul, en Brasil, donde el tiempo del partido de los trabajadores se conjuga con los movimientos sociales ecologistas, los de las familias rurales sin tierra y otras mas).

 

Es decir, se debe pasar de una situación que moviliza contingentes limitados y aislados de seres humanos (los movimientos sociales) a un nuevo momento (menos ingenuo políticamente) en el que se plantee la toma del poder político mediante la participación por las vías existentes de democracia de partidos. Momento en el cual acabe por consolidarse una nueva filosofía política buscadora de un nuevo modelo civilizatorio, es decir, de una modernidad alternativa.

 

Así las cosas, es importante saber en este tema que a las comunidades rurales hay que darles o devolverles su capacidad de gestión y decisión, como lo demanda la verdadera ecología política, como paso obligado para lograr un reencuentro entre los habitantes urbanos y rurales y para comenzar una alternativa ecológicamente apropiada de desarrollo. Para ello es necesario que adoptemos una perspectiva de desarrollo sustentable de nivel comunitario.
Nota: No se nos ha olvidado, la campaña de la construcción de la represa Los Besotes y notamos que finalizó el año y de aquello nada.