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Columnista - 18 febrero, 2015

Creen que somos pendejos

Todo indica que no tendrá que seguir corriendo mucha agua por el río, para que en las elecciones de octubre (2015) se unan otra vez dos familias y nos pongan a elegir –nuevamente- gobernador, alcaldes, diputados y concejales como a ellos les dé la gana. Creen que acudiremos a las urnas -como mansos corderos- mientras […]

Todo indica que no tendrá que seguir corriendo mucha agua por el río, para que en las elecciones de octubre (2015) se unan otra vez dos familias y nos pongan a elegir –nuevamente- gobernador, alcaldes, diputados y concejales como a ellos les dé la gana.
Creen que acudiremos a las urnas -como mansos corderos- mientras que los feroces lobos se sacian de la espuria democracia que tenemos.

Seguramente los nuevos caciques políticos serán: hijos, hermanos, esposas (os), sobrinos, tíos, primos y hasta nueras como ya nos tienen acostumbrados para que elijamos. “Son los mismos con las mismas”, es la simple e inexplicable expresión del elector antes y después de votar, no tenemos autonomía.
“No hay malestar con la democracia, pero hay malestar en la democracia”, afirma un informe sobre la democracia en América Latina (2004) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“Y para resolverlo es indispensable hacer uso del instrumento más preciado que ella nos brinda: la libertad. Libertad para discutir lo que molesta, lo que algunos preferirían que se oculte. Libertad para decir que el Rey está desnudo y tratar de entender por qué. Libertad para saber por qué un sistema que es casi un sinónimo de igualdad, convive con la desigualdad más alta del planeta, para saber si lo que discutimos es lo que necesitamos discutir o lo que otros nos han impuesto, para saber cuáles son nuestras urgencias y prioridades”, sostiene el informe.

Lo que se quiere es que no sea una “casa” en Valledupar, la que imponga el norte y mucho menos que los gobernantes esgriman entre sus familiares para quién y a qué porcentaje se hacen las contrataciones, como dicen que está sucediendo. Que los subalternos no sean muñecos ni ventrílocuos ni que el hermano o la mujer del gobernante sean los que deciden lo que se hace en la administración.

Lo que buscan los ciudadanos de bien es que los bienes y el dinero del Estado no queden en manos de unos pocos, en detrimento de la educación, la salud y el empleo de la mayoría, como está pasando en la región, desde Valledupar a Chiriguaná y desde Aguachica a La Paz.
Seguramente volverán campañas a la Gobernación que cuestan hasta 30 mil millones de pesos y alcaldías en donde el trasteo de electores es evidente y la danza de los millones estará al orden del día y hasta oficinas clandestinas en donde hacen cédulas de ciudadanías a diez mil pesos, para el día de las elecciones.

Pregunta Tío Nan: “¿por qué invierten tantos miles de millones para ser Gobernador o Alcalde, si con el salario mensual no recuperaran –en los cuatro años- ni el 30 por ciento de ese dinero?
“Lo que se quiere”, dicen mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan es que los “dueños” del poder político quienes gobiernan a sus anchas y panzas, sigan creyendo que los cesarenses somos unos pendejos. ¿O no lo somos? Amanecerá y veremos. Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com @tiochiro.

Columnista
18 febrero, 2015

Creen que somos pendejos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

Todo indica que no tendrá que seguir corriendo mucha agua por el río, para que en las elecciones de octubre (2015) se unan otra vez dos familias y nos pongan a elegir –nuevamente- gobernador, alcaldes, diputados y concejales como a ellos les dé la gana. Creen que acudiremos a las urnas -como mansos corderos- mientras […]


Todo indica que no tendrá que seguir corriendo mucha agua por el río, para que en las elecciones de octubre (2015) se unan otra vez dos familias y nos pongan a elegir –nuevamente- gobernador, alcaldes, diputados y concejales como a ellos les dé la gana.
Creen que acudiremos a las urnas -como mansos corderos- mientras que los feroces lobos se sacian de la espuria democracia que tenemos.

Seguramente los nuevos caciques políticos serán: hijos, hermanos, esposas (os), sobrinos, tíos, primos y hasta nueras como ya nos tienen acostumbrados para que elijamos. “Son los mismos con las mismas”, es la simple e inexplicable expresión del elector antes y después de votar, no tenemos autonomía.
“No hay malestar con la democracia, pero hay malestar en la democracia”, afirma un informe sobre la democracia en América Latina (2004) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“Y para resolverlo es indispensable hacer uso del instrumento más preciado que ella nos brinda: la libertad. Libertad para discutir lo que molesta, lo que algunos preferirían que se oculte. Libertad para decir que el Rey está desnudo y tratar de entender por qué. Libertad para saber por qué un sistema que es casi un sinónimo de igualdad, convive con la desigualdad más alta del planeta, para saber si lo que discutimos es lo que necesitamos discutir o lo que otros nos han impuesto, para saber cuáles son nuestras urgencias y prioridades”, sostiene el informe.

Lo que se quiere es que no sea una “casa” en Valledupar, la que imponga el norte y mucho menos que los gobernantes esgriman entre sus familiares para quién y a qué porcentaje se hacen las contrataciones, como dicen que está sucediendo. Que los subalternos no sean muñecos ni ventrílocuos ni que el hermano o la mujer del gobernante sean los que deciden lo que se hace en la administración.

Lo que buscan los ciudadanos de bien es que los bienes y el dinero del Estado no queden en manos de unos pocos, en detrimento de la educación, la salud y el empleo de la mayoría, como está pasando en la región, desde Valledupar a Chiriguaná y desde Aguachica a La Paz.
Seguramente volverán campañas a la Gobernación que cuestan hasta 30 mil millones de pesos y alcaldías en donde el trasteo de electores es evidente y la danza de los millones estará al orden del día y hasta oficinas clandestinas en donde hacen cédulas de ciudadanías a diez mil pesos, para el día de las elecciones.

Pregunta Tío Nan: “¿por qué invierten tantos miles de millones para ser Gobernador o Alcalde, si con el salario mensual no recuperaran –en los cuatro años- ni el 30 por ciento de ese dinero?
“Lo que se quiere”, dicen mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan es que los “dueños” del poder político quienes gobiernan a sus anchas y panzas, sigan creyendo que los cesarenses somos unos pendejos. ¿O no lo somos? Amanecerá y veremos. Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com @tiochiro.