Un patrullero de la Policía Nacional oriundo del municipio de Gamarra, sur del Cesar y adscrito al departamento de Antioquia, que se encontraba de civil, fue ultimado a bala por desconocidos al parecer para robarle sus pertenencias de valor en una de las comunas de Medellín.
El cadáver del uniformado, identificado como Mauricio Andrés Jaimes Sánchez, de 25 años, fue hallado, tendido, en posición cubito dorsal por vecinos en la entrada de una vivienda en ruinas, localizada en un paraje baldío del barrio Manrique, donde fue atacado a bala al parecer por oponerse a que le hurtaran sus pertenencias.
Según las investigaciones de las autoridades de Antioquia, los autores del crimen redujeron a la impotencia a Jaimes Sánchez, lo obligaron a meterse en ese sector abandonado, le oprimieron el rostro con el cañón de un revólver y lo accionaron sin compasión.

Los restos mortales del patrullero, fueron trasladados la mañana del domingo 27 de julio a Gamarra, Cesar, su tierra natal, donde en horas de la tarde de hoy será sepultado en el Cementerio Local, luego de los honores póstumos por parte de la Policía de Gamarra y Aguachica, que hacen el acompañamiento a sus familiares, hasta conducir el féretro hasta su última morada.
El patrullero, había nacido en el municipio de Gamarra, era soltero sin hijos y estaba asignado a la nueva estación policial de Buenos Aires, ubicada en la comuna 9, de Medellín y llevaba varios años de estar vinculado a la institución policial.
El comandante de la Policía metropolitana de Medellín, general José Ángel Mendoza, señaló que Mauricio Jaimes Sánchez, estaba en tiempo de descanso, por lo cual andaba desarmado y con prendas de vestir de civil. Estaba visitando a su novia y debía ingresar a su turno laboral a las 2:00 de la tarde del pasado viernes.
“Fue lo último que se supo de él, sin embargo se cree que el homicidio fue perpetrado entre las 5:00 y las 6:00 de la mañana, según el análisis de los investigadores, ante las condiciones en que fue hallado el cuerpo.
Los asesinos al parecer se llevaron su teléfono celular y el de la prometida, por cuanto ninguno de los dos aparatos aparecieron en la escena del homicidio. El oficial señaló que las primeras hipótesis apuntan que los móviles del crimen podrían tratarse de un hurto.
Sin embargo, las primeras evidencias señalan que se podría tratar de otra situación, toda vez no es común que en un robo de celulares, la víctima sea llevada hasta un lote abandonado, ni tampoco que la muerte sea tipo ejecución, con el arma pegada a la cara, pues los técnicos forenses hallaron señales de ahumamiento en su piel. Sobre estas evidencias trabajan los peritos investigadores para esclarecer el hecho de sangre.