“Más que un símbolo en la frente, la cruz de ceniza representa al salvador que murió por mí, quien me está recordando que yo le pertenezco y que todos tenemos una cruz que cargar, porque también tengo dificultades en el diario vivir, pero con amor, así como él lo demostró al morir en la cruz por nosotros y recibiendo su palabra, se hace la carga más liviana”. De esta manera vive Isabel Sofía Amaya, fiel creyente participó de la misa que por creencia, religiosidad, tradición o protección reúne millones de personas en cada Iglesia Católica como preparación para conmemoración de la Cuaresma.

Desde el siglo XI, la Iglesia de Roma estableció como día de la ceniza, tiempo de antelación para iniciar los 40 días de penitencia y conversión.

“La Cuaresma es un tiempo de desierto que nos prepara para celebrar el misterio pascual de cristo; la pasión, la muerte y la resurrección. Fueron 40 años que pasó el pueblo de Israel caminando por el desierto desde Egipto o desde el paso del mar rojo a la tierra prometida, 40 días que estuvo Jesucristo en el desierto siendo tentado por el diablo”, explicó Iber De la Cruz, director del seminario Juan Pablo II de Valledupar.

“Este es un tiempo en el que la iglesia brinda para pensar y recapacitar. En estos 40 días hay celebraciones penitenciales, en la que los creyentes se ayudan con la meditación el ayuno, la oración y la limosna; es un tiempo fuerte pero todo es para un crecimiento espiritual, no por un rito”, manifestó Sofía Amaya, creyente y colaboradora de la parroquia La Inmaculada Concepción.

¿Por qué la ceniza?

La imposición de la cruz de ceniza por parte del sacerdote a los fieles católicos, da inicio al tiempo de Cuaresma que se celebra durante los 40 días antes del inicio de la Semana Santa y evoca las palabras del Evangelio cuando revela que, “polvo eres y en polvo te has de convertir”, para significar que la vida es efímera, pasajera y que debe estar fijada en la vida eterna que ofrece solo Dios.

En medio de la tradicional celebración religiosa, se da de igual forma la apertura de la época de los alimentos más apetecidos durante dicho periodo, en el que los creyentes dejan a un lado las carnes rojas, como símbolo de respeto a Dios, para reemplazarlas por pescados y enlatados.

¿Una tradición perdida?

Con los años, las costumbres de los católicos han pasado a otro plano, teniendo en cuenta que las presentes generaciones han dejado a un lado las tradiciones que rodean a la cuaresma, donde inicialmente en el viernes de Cuaresma y el Miércoles de Ceniza debía regir el ayuno y la abstinencia de cualquier tipo de alimento durante todo el día.

Posteriormente, los viernes de cada semana, durante los 40 días antes de la Pascua, las personas debían comer pescados y dulces para evitar la tentación del consumo de carne.

No obstante, con el pasar de los años la tradición se ha ido disipando, algunos hogares vallenatos permanecen con la tradición, mientras que otros aprecian igual la fecha.

“La tradición se ha perdido, porque a los niños ya no se les inculca, lo dejan a un lado” especificó Glagys Pumarejo, creyente, quien asegura que “hay que rescatar esa costumbre”.

Ayer, la Catedral Nuestra Señora del Rosario determinó horarios especiales para la eucaristía, mientras que en el resto de templos, las misas se realizaron en los horarios habituales. De igual forma, entidades como la Gobernación y algunas instituciones educativas realizaron eucaristías especiales.

Mensaje del Papa Francisco
Por motivo de esta celebración religiosa, a través de sus redes sociales, el papa Francisco dijo: “La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: La Pascua de resurrección, la victoria de Cristo”.

Por Jennifer Polo / EL PILÓN