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Editorial - 6 marzo, 2018

IN- seguridad

La última Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana –ECSC- publicada en diciembre pasado por el Dane, analizó la percepción de inseguridad frente a la tasa de victimización y muestra que ciudades como Bogotá, Villavicencio, Pasto y Valledupar que tuvieron las tasas más altas de victimización, son a su vez las que informan tasas más altas […]

La última Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana –ECSC- publicada en diciembre pasado por el Dane, analizó la percepción de inseguridad frente a la tasa de victimización y muestra que ciudades como Bogotá, Villavicencio, Pasto y Valledupar que tuvieron las tasas más altas de victimización, son a su vez las que informan tasas más altas de percepción de inseguridad.

En la capital del Cesar esa percepción de inseguridad crece cada día. Durante las últimas semanas se ha incrementado la ola de atracos a ciudadanos en la vía pública, así como los hurtos a residencias, por lo menos existe un registro noticioso de algunos casos que son visibles, pero quedan muchos hechos que no pasan del entorno familiar y comunitario y no trascienden a los medios de comunicación y generalmente a las autoridades.

El caso del turista huilense que se encontraba en la ciudad, pero que infortunadamente encontró la muerte en un atraco, según denuncian los familiares y amigos que estaban con él, sumado a los atracos a extranjeros y los hurtos a locales comerciales en el centro histórico de la ciudad, vuelven a poner el dedo en la llaga. ¿Por qué es tan voluble el tema de seguridad? ¿Será que las autoridades desaceleran por temporadas las estrategias de seguridad, creando la oportunidad a los delincuentes para cometer sus fechorías?

Los delitos que afectan a los ciudadanos requieren de una pelea frontal, sostenida y duradera, nada de mano blandita. Se ha demostrado, cuando abrochan bien el cinturón, que los casos disminuyen.

La Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana presenta precisamente información sobre la criminalidad, exactamente “los eventos reportados por la población objetivo”, que incluyen tanto la criminalidad visible, como la criminalidad oculta, es decir, aquellos eventos que no se encuentran en los registros administrativos porque no son reportados o denunciados ante las autoridades competentes. Según esta encuesta realizada en 28 ciudades, el 62,7 % de la población de 15 años y más informó sentirse inseguro en su ciudad durante 2016. Por sexo, el 64,5 % de las mujeres de 15 años y más informaron sentirse inseguras en su ciudad, frente a un 60,7 % de los hombres de 15 años y más.

Bogotá D.C. y Quibdó fueron las ciudades donde reportan sentirse más inseguras las personas que las residen, con tasas de 81,7 % y 78,0 %, respectivamente, mientras que Manizales tuvo una percepción de inseguridad más baja (13,2%) de las 28 ciudades de estudio y de estas Valledupar es la ciudad número 11 en sentirse más insegura.

Los lugares en los que se sienten más inseguras las personas, del total de 28 ciudades, el 75,3 % de las personas informaron sentirse inseguras en la vía pública, 63,6 % en el transporte público (incluyendo paraderos y estaciones) y 53,6 % en plazas de mercado, calles comerciales.

Valledupar es la tercera ciudad donde existe una tasa más alta de victimización (Bogotá D.C. (25,3%), Pasto (23,9%), Valledupar (21,0%) y Neiva (20,7%) Tuluá (2,5%), Buenaventura (2,9%) y San Andrés (3,1%) presentaron la prevalencia más baja entre las 28 ciudades objeto de estudio).

Pero así como ocurren más delitos y se sienten más inseguros, los vallenatos son los que menos denuncian. Por ciudades, Tuluá y San Andrés tienen las tasas de denuncia más altas para el total de 28 ciudades en el 2016, con 40,8 % y 39,3 % respectivamente. Por su parte, Valledupar se encuentra en el puesto 17, con 25,6.

Esta encuesta que fue presentada hace tres meses, es la fotografía de hoy de Valledupar, una ciudad que volvió a sentir los latigazos de la inseguridad, que espera ansiosa la respuesta efectiva (mucha más) de las autoridades.

Editorial
6 marzo, 2018

IN- seguridad

La última Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana –ECSC- publicada en diciembre pasado por el Dane, analizó la percepción de inseguridad frente a la tasa de victimización y muestra que ciudades como Bogotá, Villavicencio, Pasto y Valledupar que tuvieron las tasas más altas de victimización, son a su vez las que informan tasas más altas […]


La última Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana –ECSC- publicada en diciembre pasado por el Dane, analizó la percepción de inseguridad frente a la tasa de victimización y muestra que ciudades como Bogotá, Villavicencio, Pasto y Valledupar que tuvieron las tasas más altas de victimización, son a su vez las que informan tasas más altas de percepción de inseguridad.

En la capital del Cesar esa percepción de inseguridad crece cada día. Durante las últimas semanas se ha incrementado la ola de atracos a ciudadanos en la vía pública, así como los hurtos a residencias, por lo menos existe un registro noticioso de algunos casos que son visibles, pero quedan muchos hechos que no pasan del entorno familiar y comunitario y no trascienden a los medios de comunicación y generalmente a las autoridades.

El caso del turista huilense que se encontraba en la ciudad, pero que infortunadamente encontró la muerte en un atraco, según denuncian los familiares y amigos que estaban con él, sumado a los atracos a extranjeros y los hurtos a locales comerciales en el centro histórico de la ciudad, vuelven a poner el dedo en la llaga. ¿Por qué es tan voluble el tema de seguridad? ¿Será que las autoridades desaceleran por temporadas las estrategias de seguridad, creando la oportunidad a los delincuentes para cometer sus fechorías?

Los delitos que afectan a los ciudadanos requieren de una pelea frontal, sostenida y duradera, nada de mano blandita. Se ha demostrado, cuando abrochan bien el cinturón, que los casos disminuyen.

La Encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana presenta precisamente información sobre la criminalidad, exactamente “los eventos reportados por la población objetivo”, que incluyen tanto la criminalidad visible, como la criminalidad oculta, es decir, aquellos eventos que no se encuentran en los registros administrativos porque no son reportados o denunciados ante las autoridades competentes. Según esta encuesta realizada en 28 ciudades, el 62,7 % de la población de 15 años y más informó sentirse inseguro en su ciudad durante 2016. Por sexo, el 64,5 % de las mujeres de 15 años y más informaron sentirse inseguras en su ciudad, frente a un 60,7 % de los hombres de 15 años y más.

Bogotá D.C. y Quibdó fueron las ciudades donde reportan sentirse más inseguras las personas que las residen, con tasas de 81,7 % y 78,0 %, respectivamente, mientras que Manizales tuvo una percepción de inseguridad más baja (13,2%) de las 28 ciudades de estudio y de estas Valledupar es la ciudad número 11 en sentirse más insegura.

Los lugares en los que se sienten más inseguras las personas, del total de 28 ciudades, el 75,3 % de las personas informaron sentirse inseguras en la vía pública, 63,6 % en el transporte público (incluyendo paraderos y estaciones) y 53,6 % en plazas de mercado, calles comerciales.

Valledupar es la tercera ciudad donde existe una tasa más alta de victimización (Bogotá D.C. (25,3%), Pasto (23,9%), Valledupar (21,0%) y Neiva (20,7%) Tuluá (2,5%), Buenaventura (2,9%) y San Andrés (3,1%) presentaron la prevalencia más baja entre las 28 ciudades objeto de estudio).

Pero así como ocurren más delitos y se sienten más inseguros, los vallenatos son los que menos denuncian. Por ciudades, Tuluá y San Andrés tienen las tasas de denuncia más altas para el total de 28 ciudades en el 2016, con 40,8 % y 39,3 % respectivamente. Por su parte, Valledupar se encuentra en el puesto 17, con 25,6.

Esta encuesta que fue presentada hace tres meses, es la fotografía de hoy de Valledupar, una ciudad que volvió a sentir los latigazos de la inseguridad, que espera ansiosa la respuesta efectiva (mucha más) de las autoridades.