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Columnista - 26 octubre, 2017

In Memóriam: a ‘Wicho’ Sánchez

El Ministerio de Educación Nacional a partir del año 1991 declaró a octubre como el Mes del Artista Colombiano y el 22 de este mes como el Día del Compositor. Y, coincidencialmente, ‘Wicho’ Sánchez, falleció el domingo pasado 22 de octubre. Pero lo más oportuno de su fallecimiento es que en este año 2017, la Sociedad de Autores y […]

El Ministerio de Educación Nacional a partir del año 1991 declaró a octubre como el Mes del Artista Colombiano y el 22 de este mes como el Día del Compositor. Y, coincidencialmente, ‘Wicho’ Sánchez, falleció el domingo pasado 22 de octubre. Pero lo más oportuno de su fallecimiento es que en este año 2017, la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, Sayco, durante este mes programó homenajes en varias ciudades del país, como agradecimiento al legado musical y cultural que han entregado los autores y compositores colombianos.

En Valledupar la celebración de estos agasajos está programada para el 29 de octubre. Ocasión propicia para rendirle un gran homenaje póstumo a ‘Wicho’ Sánchez, en reconocimiento de su talento artístico, que tanto nos divirtió como cantautor y humorista de admirable categoría.

El nombre de ‘Wicho’ Sánchez es Rafael Enrique Sánchez Molina, nacido el 7 de agosto de 1934 en el callejón de ‘La Purrututú’, ubicado en el centro del legendario barrio de Valledupar, conocido como ‘Cañaguate’, en este callejón también nació el ilustrísimo abogado, Aníbal Martínez Zuleta y otros personajes típicos o especiales de la ciudad de Valledupar.

Los progenitores de ‘Wicho’ Sánchez fueron María Magdalena Sánchez, de ancestro campesino, y José María ‘Chema’ Molina, reconocido curandero de mordeduras (picaduras) de serpientes venenosas, además afamado arreador de ganado a pie, oficio acreditado en aquella época. ‘Wicho’ tuvo escasa educación escolar porque su niñez y adolescencia  la vivió en la sierra de Azúcar Buena, donde su familia materna sembraba cultivos de pan coger, de allí proviene su encanto por la naturaleza a la cual le dedicó algunas de sus canciones.

En su juventud, uno de sus mejores amigos fue el fortachón Alfredo ‘Pindengue’ Amaya, más conocido como ‘Buey mariposo’ (quien fue su inspiración para componer otra de sus canciones) por su formidable fuerza y sus pintas  producidas por la infección de la bacteria Treponema carateum, entonces endémica en nuestra región, por tal, aquello de ‘vallenato pata pintá’. Enfermedad erradicada por el prestigioso médico Leonardo Maya Brugés con la aplicación de la penicilina, antibiótico descubierto por serendipia (mejor dicho, de chiripa) en 1928 por el bacteriólogo inglés Alexander Fleming, lo que le mereció el Premio Nobel de Medicina en 1945.

La popularidad de ‘Wicho’ Sánchez se afianzó como cantante del grupo musical ‘Los Playoneros del Cesar’, creado en 1963 con el acordeonero Ovidio Granados, el inolvidable cajero Cirino Castilla, el otro cantor Miguel Janeth y otros connotados intérpretes de música vallenata cuyos nombres no recuerdo.

Conocí a ‘Wicho’ Sánchez en el año 1966, en la finca de Faustino Rosado, llamada ‘Caja de Ahorro’. Ahí celebramos el grado de bachillerato, porque uno de mis compañeros graduados fue Bolívar Rojas Sánchez (ya arquitecto murió prematuramente por el traumatismo ocasionado por accidente de motocicleta), sobrino de ‘Wicho’, hijo de Carmen Sánchez, quien era la esposa del susodicho Faustino Rosado. En ese entonces nos deleitamos con sus cantos y chistes.

Nuestra amistad se consolida siendo socios de la Corporación Recreativa y Deportiva La Callúa. Hace cinco años construí una cabaña en las estribaciones del corregimiento La Mina, allí jugábamos dominó y tomábamos whisky con Juan Canares. En verdad, tanto ‘Juacho’ Canares como yo añoraremos los chistes y picardías de ‘Wicho’ Sánchez. QEPD.

Por José Romero Churio

Columnista
26 octubre, 2017

In Memóriam: a ‘Wicho’ Sánchez

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

El Ministerio de Educación Nacional a partir del año 1991 declaró a octubre como el Mes del Artista Colombiano y el 22 de este mes como el Día del Compositor. Y, coincidencialmente, ‘Wicho’ Sánchez, falleció el domingo pasado 22 de octubre. Pero lo más oportuno de su fallecimiento es que en este año 2017, la Sociedad de Autores y […]


El Ministerio de Educación Nacional a partir del año 1991 declaró a octubre como el Mes del Artista Colombiano y el 22 de este mes como el Día del Compositor. Y, coincidencialmente, ‘Wicho’ Sánchez, falleció el domingo pasado 22 de octubre. Pero lo más oportuno de su fallecimiento es que en este año 2017, la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, Sayco, durante este mes programó homenajes en varias ciudades del país, como agradecimiento al legado musical y cultural que han entregado los autores y compositores colombianos.

En Valledupar la celebración de estos agasajos está programada para el 29 de octubre. Ocasión propicia para rendirle un gran homenaje póstumo a ‘Wicho’ Sánchez, en reconocimiento de su talento artístico, que tanto nos divirtió como cantautor y humorista de admirable categoría.

El nombre de ‘Wicho’ Sánchez es Rafael Enrique Sánchez Molina, nacido el 7 de agosto de 1934 en el callejón de ‘La Purrututú’, ubicado en el centro del legendario barrio de Valledupar, conocido como ‘Cañaguate’, en este callejón también nació el ilustrísimo abogado, Aníbal Martínez Zuleta y otros personajes típicos o especiales de la ciudad de Valledupar.

Los progenitores de ‘Wicho’ Sánchez fueron María Magdalena Sánchez, de ancestro campesino, y José María ‘Chema’ Molina, reconocido curandero de mordeduras (picaduras) de serpientes venenosas, además afamado arreador de ganado a pie, oficio acreditado en aquella época. ‘Wicho’ tuvo escasa educación escolar porque su niñez y adolescencia  la vivió en la sierra de Azúcar Buena, donde su familia materna sembraba cultivos de pan coger, de allí proviene su encanto por la naturaleza a la cual le dedicó algunas de sus canciones.

En su juventud, uno de sus mejores amigos fue el fortachón Alfredo ‘Pindengue’ Amaya, más conocido como ‘Buey mariposo’ (quien fue su inspiración para componer otra de sus canciones) por su formidable fuerza y sus pintas  producidas por la infección de la bacteria Treponema carateum, entonces endémica en nuestra región, por tal, aquello de ‘vallenato pata pintá’. Enfermedad erradicada por el prestigioso médico Leonardo Maya Brugés con la aplicación de la penicilina, antibiótico descubierto por serendipia (mejor dicho, de chiripa) en 1928 por el bacteriólogo inglés Alexander Fleming, lo que le mereció el Premio Nobel de Medicina en 1945.

La popularidad de ‘Wicho’ Sánchez se afianzó como cantante del grupo musical ‘Los Playoneros del Cesar’, creado en 1963 con el acordeonero Ovidio Granados, el inolvidable cajero Cirino Castilla, el otro cantor Miguel Janeth y otros connotados intérpretes de música vallenata cuyos nombres no recuerdo.

Conocí a ‘Wicho’ Sánchez en el año 1966, en la finca de Faustino Rosado, llamada ‘Caja de Ahorro’. Ahí celebramos el grado de bachillerato, porque uno de mis compañeros graduados fue Bolívar Rojas Sánchez (ya arquitecto murió prematuramente por el traumatismo ocasionado por accidente de motocicleta), sobrino de ‘Wicho’, hijo de Carmen Sánchez, quien era la esposa del susodicho Faustino Rosado. En ese entonces nos deleitamos con sus cantos y chistes.

Nuestra amistad se consolida siendo socios de la Corporación Recreativa y Deportiva La Callúa. Hace cinco años construí una cabaña en las estribaciones del corregimiento La Mina, allí jugábamos dominó y tomábamos whisky con Juan Canares. En verdad, tanto ‘Juacho’ Canares como yo añoraremos los chistes y picardías de ‘Wicho’ Sánchez. QEPD.

Por José Romero Churio