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Columnista - 27 abril, 2017

Habrá música vallenata por largo tiempo

Aprovecho la ocasión de la celebración de los primeros 50 años del Festival de la Leyenda Vallenata y de la cuarta versión del concurso Rey de reyes, para refutar a los eruditos de música vallenata que vienen criticando a las nuevas generaciones de intérpretes del género musical vallenato, por sus carencias de talento y, por […]

Aprovecho la ocasión de la celebración de los primeros 50 años del Festival de la Leyenda Vallenata y de la cuarta versión del concurso Rey de reyes, para refutar a los eruditos de música vallenata que vienen criticando a las nuevas generaciones de intérpretes del género musical vallenato, por sus carencias de talento y, por ende, dizque ponen en riesgo la preservación de la música vallenata tradicional, por el facilismo de recurrir a la fusión de los ritmos vallenatos con música moderna estridente y, para colmo de los disparates musicales, con composiciones vulgares  sin melodías de los cuatro aires de la legendaria música vallenata.

Sin embargo, no comparto ni acepto tales críticas contra los músicos nuevos porque creo que habrá música vallenata por largo tiempo, ya que ahora y en el tiempo sucesivo es cuando hay y saldrán músicos talentosos, nada más hay que contar la cantidad de escuelas donde enseñan a interpretar música vallenata, entre ellas en Valledupar sobresalen la de ‘El Turco’ Gil, la de la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata, llamada Academia Rafael Escalona y la academia de la dinastía Romero. En Bogotá está la Academia ‘Francisco el Hombre’ y otras. También hay en Barranquilla, Bucaramanga, en varias capitales departamentales y en múltiples ciudades intermedias, todas con buenos maestros.

La Unesco declaró a la música vallenata tradicional como patrimonio  cultural e inmaterial de la humanidad con el propósito de protegerla de las amenazas que la asedian, entre estas tenemos su comercialización desmedida, su mal interpretación, las payolas para ponerla a sonar en las emisoras y otros peligros que menoscaban la música vallenata. La historia no cambiará, siempre tendrá buenos y malos intérpretes, algunos de los buenos músicos con el paso del tiempo, por diversas circunstancias defeccionan, pero ya han dejado un buen legado igual que cuando fallecen prematuramente.

No se puede evitar que haya más músicos ordinarios que extraordinarios, pero estos últimos son suficientes para alegrar a la humanidad. Entre los intérpretes de música vallenata hay para todos los gustos de los amantes del género musical vallenato. Por ejemplo, los concursantes en la cuarta versión de Rey de reyes del Festival de la Leyenda Vallenata, todos son extraordinarios, y cada quien tiene sus seguidores y la mayoría de ellos con cualquiera que gane  quedan complacidos, ya que este concurso se gana por la integralidad y armonía del toque de los cuatro sones de la música vallenata original. A los jueces se les perdonan desaciertos y más en un concurso donde todos los concursantes son habilidosos y cuando cometen deslices son insignificantes, salvo en los casos de los  acordeoneros que padezcan deficiencias físicas o anímicas.

Retomando las recomendaciones de la Unesco para salvaguardar la música vallenata ancestral, no cabe duda en que siempre contará con el respaldo de intérpretes espectaculares como ‘Poncho’ Zuleta y ‘El Cocha’ Molina (por favor no se disgusten aquellos también muy buenos que no menciono). Además para eso está el Festival de la Leyenda Vallenata que es su vigilante natural, que fue creado por Consuelo Araujonoguera (la inmortal Cacica), con el genial maestro Rafael Escalona Martínez y Alfonso López Michelsen, el único presidente de Colombia que los vallenatos nunca olvidaremos, y como magno reconocimiento los están agasajando en el 50 aniversario del Festival de la Leyenda Vallenata, el verdadero ángel guardián del Patrimonio Cultural e Inmaterial que la Unesco concedió a la humanidad. En consecuencia, gocémonos este festival como lo manda Dios y tengamos la esperanza de que nuestros futuros descendientes los sigan disfrutando igual.

PD: En estos días del Festival Vallenato, esta columna será publicada como el editorial de la revista Grama.

Por José Romero Churio

[email protected]

Columnista
27 abril, 2017

Habrá música vallenata por largo tiempo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Aprovecho la ocasión de la celebración de los primeros 50 años del Festival de la Leyenda Vallenata y de la cuarta versión del concurso Rey de reyes, para refutar a los eruditos de música vallenata que vienen criticando a las nuevas generaciones de intérpretes del género musical vallenato, por sus carencias de talento y, por […]


Aprovecho la ocasión de la celebración de los primeros 50 años del Festival de la Leyenda Vallenata y de la cuarta versión del concurso Rey de reyes, para refutar a los eruditos de música vallenata que vienen criticando a las nuevas generaciones de intérpretes del género musical vallenato, por sus carencias de talento y, por ende, dizque ponen en riesgo la preservación de la música vallenata tradicional, por el facilismo de recurrir a la fusión de los ritmos vallenatos con música moderna estridente y, para colmo de los disparates musicales, con composiciones vulgares  sin melodías de los cuatro aires de la legendaria música vallenata.

Sin embargo, no comparto ni acepto tales críticas contra los músicos nuevos porque creo que habrá música vallenata por largo tiempo, ya que ahora y en el tiempo sucesivo es cuando hay y saldrán músicos talentosos, nada más hay que contar la cantidad de escuelas donde enseñan a interpretar música vallenata, entre ellas en Valledupar sobresalen la de ‘El Turco’ Gil, la de la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata, llamada Academia Rafael Escalona y la academia de la dinastía Romero. En Bogotá está la Academia ‘Francisco el Hombre’ y otras. También hay en Barranquilla, Bucaramanga, en varias capitales departamentales y en múltiples ciudades intermedias, todas con buenos maestros.

La Unesco declaró a la música vallenata tradicional como patrimonio  cultural e inmaterial de la humanidad con el propósito de protegerla de las amenazas que la asedian, entre estas tenemos su comercialización desmedida, su mal interpretación, las payolas para ponerla a sonar en las emisoras y otros peligros que menoscaban la música vallenata. La historia no cambiará, siempre tendrá buenos y malos intérpretes, algunos de los buenos músicos con el paso del tiempo, por diversas circunstancias defeccionan, pero ya han dejado un buen legado igual que cuando fallecen prematuramente.

No se puede evitar que haya más músicos ordinarios que extraordinarios, pero estos últimos son suficientes para alegrar a la humanidad. Entre los intérpretes de música vallenata hay para todos los gustos de los amantes del género musical vallenato. Por ejemplo, los concursantes en la cuarta versión de Rey de reyes del Festival de la Leyenda Vallenata, todos son extraordinarios, y cada quien tiene sus seguidores y la mayoría de ellos con cualquiera que gane  quedan complacidos, ya que este concurso se gana por la integralidad y armonía del toque de los cuatro sones de la música vallenata original. A los jueces se les perdonan desaciertos y más en un concurso donde todos los concursantes son habilidosos y cuando cometen deslices son insignificantes, salvo en los casos de los  acordeoneros que padezcan deficiencias físicas o anímicas.

Retomando las recomendaciones de la Unesco para salvaguardar la música vallenata ancestral, no cabe duda en que siempre contará con el respaldo de intérpretes espectaculares como ‘Poncho’ Zuleta y ‘El Cocha’ Molina (por favor no se disgusten aquellos también muy buenos que no menciono). Además para eso está el Festival de la Leyenda Vallenata que es su vigilante natural, que fue creado por Consuelo Araujonoguera (la inmortal Cacica), con el genial maestro Rafael Escalona Martínez y Alfonso López Michelsen, el único presidente de Colombia que los vallenatos nunca olvidaremos, y como magno reconocimiento los están agasajando en el 50 aniversario del Festival de la Leyenda Vallenata, el verdadero ángel guardián del Patrimonio Cultural e Inmaterial que la Unesco concedió a la humanidad. En consecuencia, gocémonos este festival como lo manda Dios y tengamos la esperanza de que nuestros futuros descendientes los sigan disfrutando igual.

PD: En estos días del Festival Vallenato, esta columna será publicada como el editorial de la revista Grama.

Por José Romero Churio

[email protected]