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Columnista - 16 julio, 2018

Glosas del premio al alcalde de Valledupar

La semana anterior, fui al Instpecam a escuchar la conferencia ‘Orígenes y características de la música vallenata’ del doctor Tomás Darío Gutiérrez. Le acompañaban Darío Pavajeau, Almes Granados, rey vallenato, y el secretario de Educación, Luís Carlos Matute, quien les recordó a los estudiantes el compromiso que tiene la administración municipal de mejorar la infraestructura […]

La semana anterior, fui al Instpecam a escuchar la conferencia ‘Orígenes y características de la música vallenata’ del doctor Tomás Darío Gutiérrez. Le acompañaban Darío Pavajeau, Almes Granados, rey vallenato, y el secretario de Educación, Luís Carlos Matute, quien les recordó a los estudiantes el compromiso que tiene la administración municipal de mejorar la infraestructura de la institución.

Al finalizar la conferencia, un grupo de docentes que conocen la trayectoria de nuestro alcalde Augusto Ramírez Uhía, manifestaron sus opiniones por algunos comentarios que pretenden minimizar el premio que le entregaron en México. Uno de ellos, expresó: “El alcalde es un ejemplo de superación y responsabilidad; en su vida de estudiante recibió numerosos premios y fue proclamado el mejor bachiller de su promoción. Después, con tesis laureada se graduó de abogado en la Universidad Popular del Cesar. Y ahora recibe este premio por las obras de impacto social en su administración, como la Escuela Artística Musical Leonardo Gómez, la renovación de la Casa de la Cultura, los programas sociales para fortalecer la familia y el sentido de pertenencia por la ciudad, y la construcción de modernas avenidas y hermosos parques lúdicos y deportivos”.

En solidaridad con sus opiniones, les narré esta fábula: “cuentan que un pastor fue premiado. La mayoría de los vecinos aplaudieron el reconocimiento. Otros lo criticaron, aduciendo que cumplir la misión encomendada, no daba méritos para recibir premios. Dijo el pastor: “yo no he pedido premio, me lo han entregado, y con humildad lo recibo. Un premio es una bendición para el espíritu y una motivación para seguir haciendo las cosas bien. Un cristiano espera siempre luces para encontrar los caminos y nunca busca los sueños en el infierno”.

Al llegar a mi casa, busqué informaciones del mencionado premio. El Premio Internacional Maya lo otorga, desde hace 7 años, el Instituto Mejores Gobernantes de México a los alcaldes de Iberoamérica por su buena gestión pública. El alcalde de Valledupar, al recibir el premio, presentó una síntesis de su gestión administrativa, logrando impactar por sus programas como la ‘Familia es lo Primero’, la campaña ‘Yo Amo a Valledupar’, y la modernización de la ciudad. Después de su intervención, fue invitado a participar como expositor en el Seminario Internacional que se realizó en el segundo día del evento, con asistencia de más de 60 alcaldes y servidores públicos de Iberoamérica.

Columnista
16 julio, 2018

Glosas del premio al alcalde de Valledupar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

La semana anterior, fui al Instpecam a escuchar la conferencia ‘Orígenes y características de la música vallenata’ del doctor Tomás Darío Gutiérrez. Le acompañaban Darío Pavajeau, Almes Granados, rey vallenato, y el secretario de Educación, Luís Carlos Matute, quien les recordó a los estudiantes el compromiso que tiene la administración municipal de mejorar la infraestructura […]


La semana anterior, fui al Instpecam a escuchar la conferencia ‘Orígenes y características de la música vallenata’ del doctor Tomás Darío Gutiérrez. Le acompañaban Darío Pavajeau, Almes Granados, rey vallenato, y el secretario de Educación, Luís Carlos Matute, quien les recordó a los estudiantes el compromiso que tiene la administración municipal de mejorar la infraestructura de la institución.

Al finalizar la conferencia, un grupo de docentes que conocen la trayectoria de nuestro alcalde Augusto Ramírez Uhía, manifestaron sus opiniones por algunos comentarios que pretenden minimizar el premio que le entregaron en México. Uno de ellos, expresó: “El alcalde es un ejemplo de superación y responsabilidad; en su vida de estudiante recibió numerosos premios y fue proclamado el mejor bachiller de su promoción. Después, con tesis laureada se graduó de abogado en la Universidad Popular del Cesar. Y ahora recibe este premio por las obras de impacto social en su administración, como la Escuela Artística Musical Leonardo Gómez, la renovación de la Casa de la Cultura, los programas sociales para fortalecer la familia y el sentido de pertenencia por la ciudad, y la construcción de modernas avenidas y hermosos parques lúdicos y deportivos”.

En solidaridad con sus opiniones, les narré esta fábula: “cuentan que un pastor fue premiado. La mayoría de los vecinos aplaudieron el reconocimiento. Otros lo criticaron, aduciendo que cumplir la misión encomendada, no daba méritos para recibir premios. Dijo el pastor: “yo no he pedido premio, me lo han entregado, y con humildad lo recibo. Un premio es una bendición para el espíritu y una motivación para seguir haciendo las cosas bien. Un cristiano espera siempre luces para encontrar los caminos y nunca busca los sueños en el infierno”.

Al llegar a mi casa, busqué informaciones del mencionado premio. El Premio Internacional Maya lo otorga, desde hace 7 años, el Instituto Mejores Gobernantes de México a los alcaldes de Iberoamérica por su buena gestión pública. El alcalde de Valledupar, al recibir el premio, presentó una síntesis de su gestión administrativa, logrando impactar por sus programas como la ‘Familia es lo Primero’, la campaña ‘Yo Amo a Valledupar’, y la modernización de la ciudad. Después de su intervención, fue invitado a participar como expositor en el Seminario Internacional que se realizó en el segundo día del evento, con asistencia de más de 60 alcaldes y servidores públicos de Iberoamérica.