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Columnista - 16 septiembre, 2017

Francisco y el futuro de la iglesia católica

La visita del Papa Francisco, sin lugar a dudas, fue todo un éxito en varios aspectos, iniciando por las comunicaciones; además, revivió el fervor religioso y confirmó su simpatía entre los colombianos, eso fue más evidente –principalmente- en las ciudades que visitó: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. El sumo pontífice es un gran comunicador, no […]

La visita del Papa Francisco, sin lugar a dudas, fue todo un éxito en varios aspectos, iniciando por las comunicaciones; además, revivió el fervor religioso y confirmó su simpatía entre los colombianos, eso fue más evidente –principalmente- en las ciudades que visitó: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.

El sumo pontífice es un gran comunicador, no queda duda; le llega a la gente; lleva unos mensajes de una gran profundidad, a pesar de ser frases aparentemente muy sencillas, y –en general- tocó los temas más sensibles y trascendentales hoy para Colombia y buena parte de América Latina: la paz, la armonía social, el compromiso contra la pobreza y la desigualdad, y la necesidad de tener una esperanza individual y luchar por unos ideales.

Las palabras del Papa Francisco, quien mostró una gran resistencia y capacidad de trabajo, asistió a cerca de treinta eventos religiosos y sociales, demuestran la sabiduría de un líder de una institución, como la Iglesia Católica, que sigue teniendo una gran ascendencia entre los colombianos. Basta ver las imágenes día a día. Su discurso humanista, muy social y conciliador evidencia su visión del papel de la Iglesia Católica y de los problemas del mundo de hoy

La personalidad sencilla y humilde de Jorge Bergolio, no es nueva. Durante buena parte de su sacerdocio en Buenos Aires, la capital de Argentina, mantuvo una vida sencilla y una actitud común e igual a la del ciudadano medio: andaba en transporte público, el mismo buscaba su periódico para informarse del acontecer diario; es hincha del equipo de futbol San Lorenzo y aficionado a los asados y a la pizza, como buen descendiente de italianos. Frecuentaba a sus familiares y hasta reconoce que tuvo una novia…

Francisco muestra una Iglesia Católica abierta a los cambios, más cercana a su feligresía, atenta a problemas económicos como la pobreza, la inequidad; al futuro de la paz mundial y hasta la sostenibilidad ambiental, entre muchos otros. Es un cambio sustancial frente a anteriores papados, inclusive el de Juan Pablo II, que fue muy simpático y efectivo en materia de comunicaciones, pero bastante conservador desde el punto de vista doctrinario y político.

El excardenal Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, hoy Papa emérito, quien renunció para propiciar el cambio, también es un hombre muy inteligente y sagaz, pero no genera la simpatía que inspiraba Juan Pablo II y ahora inspira el Papa Francisco. Me cuento entre quienes creemos que Ratzinger es el autor de ese cambio de timonel y que sigue teniendo, aun hoy, una gran ascendencia en los máximos organismos de la Jerarquía Católica.

Las preguntas que surgen, luego de esta visita del Papa Francisco a Colombia, es ¿qué tanto de sus mensajes, de sus palabras y sus actitudes, calarán y quedarán en el pueblo católico colombiano? Ojalá que no sea flor de un día… Por lo menos durante esa semana se redujeron sustancialmente los homicidios en el país y hasta los ladronzuelos y pillos dejaron de realizar sus fechorías.

Y la otra inquietud es sobre el futuro del Papado de Francisco y su real influencia en el porvenir de la Iglesia Católica. Quisiera ser optimista y pensar que esta religión universal, que respeto y además profeso, pueda dar cambios sustanciales hacia posiciones más liberales y modernas, como lo reclama la humanidad en la actualidad. Ojalá el mensaje y la actitud del Papa llegue a todos los Cardenales, Obispos, párrocos y – en general- toda la Jerarquía. Eso sería muy bueno…

Pero no podemos ser ingenuos y desconocer que en el interior de la Iglesia Católica, desde la misma cúpula y hasta los mandos medios internacionales y nacionales, existen y persisten posiciones ideológicas muy conservadoras y de ultraderecha, que se oponen y se resisten, de manera velada, a los cambios que procura Francisco para todo el mundo católico, en beneficio de una buena parte de la humanidad que hoy profesa esa religión. Haría mucho bien que su papado sirviera para dejar cambios de fondo, de mediano y largo plazo. Amén…

Por Carlos A. Maestre Maya

 

Columnista
16 septiembre, 2017

Francisco y el futuro de la iglesia católica

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.

La visita del Papa Francisco, sin lugar a dudas, fue todo un éxito en varios aspectos, iniciando por las comunicaciones; además, revivió el fervor religioso y confirmó su simpatía entre los colombianos, eso fue más evidente –principalmente- en las ciudades que visitó: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. El sumo pontífice es un gran comunicador, no […]


La visita del Papa Francisco, sin lugar a dudas, fue todo un éxito en varios aspectos, iniciando por las comunicaciones; además, revivió el fervor religioso y confirmó su simpatía entre los colombianos, eso fue más evidente –principalmente- en las ciudades que visitó: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.

El sumo pontífice es un gran comunicador, no queda duda; le llega a la gente; lleva unos mensajes de una gran profundidad, a pesar de ser frases aparentemente muy sencillas, y –en general- tocó los temas más sensibles y trascendentales hoy para Colombia y buena parte de América Latina: la paz, la armonía social, el compromiso contra la pobreza y la desigualdad, y la necesidad de tener una esperanza individual y luchar por unos ideales.

Las palabras del Papa Francisco, quien mostró una gran resistencia y capacidad de trabajo, asistió a cerca de treinta eventos religiosos y sociales, demuestran la sabiduría de un líder de una institución, como la Iglesia Católica, que sigue teniendo una gran ascendencia entre los colombianos. Basta ver las imágenes día a día. Su discurso humanista, muy social y conciliador evidencia su visión del papel de la Iglesia Católica y de los problemas del mundo de hoy

La personalidad sencilla y humilde de Jorge Bergolio, no es nueva. Durante buena parte de su sacerdocio en Buenos Aires, la capital de Argentina, mantuvo una vida sencilla y una actitud común e igual a la del ciudadano medio: andaba en transporte público, el mismo buscaba su periódico para informarse del acontecer diario; es hincha del equipo de futbol San Lorenzo y aficionado a los asados y a la pizza, como buen descendiente de italianos. Frecuentaba a sus familiares y hasta reconoce que tuvo una novia…

Francisco muestra una Iglesia Católica abierta a los cambios, más cercana a su feligresía, atenta a problemas económicos como la pobreza, la inequidad; al futuro de la paz mundial y hasta la sostenibilidad ambiental, entre muchos otros. Es un cambio sustancial frente a anteriores papados, inclusive el de Juan Pablo II, que fue muy simpático y efectivo en materia de comunicaciones, pero bastante conservador desde el punto de vista doctrinario y político.

El excardenal Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, hoy Papa emérito, quien renunció para propiciar el cambio, también es un hombre muy inteligente y sagaz, pero no genera la simpatía que inspiraba Juan Pablo II y ahora inspira el Papa Francisco. Me cuento entre quienes creemos que Ratzinger es el autor de ese cambio de timonel y que sigue teniendo, aun hoy, una gran ascendencia en los máximos organismos de la Jerarquía Católica.

Las preguntas que surgen, luego de esta visita del Papa Francisco a Colombia, es ¿qué tanto de sus mensajes, de sus palabras y sus actitudes, calarán y quedarán en el pueblo católico colombiano? Ojalá que no sea flor de un día… Por lo menos durante esa semana se redujeron sustancialmente los homicidios en el país y hasta los ladronzuelos y pillos dejaron de realizar sus fechorías.

Y la otra inquietud es sobre el futuro del Papado de Francisco y su real influencia en el porvenir de la Iglesia Católica. Quisiera ser optimista y pensar que esta religión universal, que respeto y además profeso, pueda dar cambios sustanciales hacia posiciones más liberales y modernas, como lo reclama la humanidad en la actualidad. Ojalá el mensaje y la actitud del Papa llegue a todos los Cardenales, Obispos, párrocos y – en general- toda la Jerarquía. Eso sería muy bueno…

Pero no podemos ser ingenuos y desconocer que en el interior de la Iglesia Católica, desde la misma cúpula y hasta los mandos medios internacionales y nacionales, existen y persisten posiciones ideológicas muy conservadoras y de ultraderecha, que se oponen y se resisten, de manera velada, a los cambios que procura Francisco para todo el mundo católico, en beneficio de una buena parte de la humanidad que hoy profesa esa religión. Haría mucho bien que su papado sirviera para dejar cambios de fondo, de mediano y largo plazo. Amén…

Por Carlos A. Maestre Maya