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Columnista - 20 mayo, 2017

Éxodo

Promediando el siglo pasado, Venezuela dejó de ser un país feudal y atrasado como todos los países de la región para convertirse en vanguardista, en el dorado de esta parte del mundo a raíz de hallazgos de importantísimos yacimientos de hidrocarburos y otros minerales. Estas riquezas permitieron que a la tierra de Bolívar convergieran personas […]

Promediando el siglo pasado, Venezuela dejó de ser un país feudal y atrasado como todos los países de la región para convertirse en vanguardista, en el dorado de esta parte del mundo a raíz de hallazgos de importantísimos yacimientos de hidrocarburos y otros minerales.

Estas riquezas permitieron que a la tierra de Bolívar convergieran personas de distintos lugares del mundo en busca de porvenir, lo que conllevó a que llegaran inversionistas y aventureros de toda Europa y Medio Oriente, ellos ayudaron al país a industrializarse, a ser una de las economías sólidas del continente y sus nacionales disfrutaran alta calidad de vida.
Obvio que del vecindario también migraron millones que con su mano de obra barata y profesionales en varias actividades, ayudaron también engrandecer el estatus de los patriotas.
De diversas partes de Colombia viajaron cinco millones personas a Venezuela, en su mayoría de la Costa Atlántica, jornaleros que sembraron el campo, forjaron la ganadería, obreros que construyeron carreteras, modernas autopistas, exóticas edificaciones.
Con su trabajo los colombianos atrajeron la atención del mundo a este país, trabajadoras domésticas que ayudaron a educar a millones de jóvenes venezolanos de todos los estratos, patriotas de todos los niveles, que hoy son amantes de nuestra música.
A raíz de este trabajo silencioso, dispendioso de nuestros humildes paisanos durante muchas décadas, Venezuela se convirtió en santuario de la música colombiana, especial de la vallenata, allí nuestros artistas son dueños de un gran caudal de seguidores, cariño que les demuestran en sus presentaciones en el país bolivariano y cantidad de emisoras de radio y TV que diario emiten su música.
Fue tan fructífera la labor cultural de nuestros paisanos en la tierra de Miranda, que hoy los hijos de Sucre son magníficos ejecutantes de los aires del Valle del Cacique Upar, inclusive algunos habitan en Valledupar y son integrantes de juveniles agrupaciones de la región y otros ya se presentan en el Festival Vallenato.
Superamos la época cuando los artistas venezolanos eran dueños del mercado musical colombiano, los opulentos artistas venecos se nutrían del repertorio de nuestros músicos del Caribe y nos mandaban nuestra música en su formato, con los mismos arreglos de nuestros menesterosos artistas, que carecían de instrumentos musicales decentes.
Hoy la situación de nuestros hermanos venezolanos es distinta a raíz de la fuerte crisis política que no han podido superar, los que los ha llevado a padecer una extrema hambruna, pobreza que tiene a sus habitantes deambulando por todo el continente en busca de bienestar.
No es justo escuchar a algunos dirigentes de Colombia, auténticos desconocedores de la historia de los pueblos de América, hablar demagógicamente, instando a implementar leyes migratorias para amainar el éxodo de los famélicos venezolanos, las mismas que aplicó la Unión Europea contra la estampida masiva de sirios huyéndole a la guerra, olvidan que los venezolanos en tiempos pasados de prosperidad, brindaron la mano a cinco millones de colombianos que en su mayoría, aun a pesar de la crisis, viven allá. Gente insensible y oportunista no debe llegar al Congreso.

 

Columnista
20 mayo, 2017

Éxodo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Celso Guerra Gutiérrez

Promediando el siglo pasado, Venezuela dejó de ser un país feudal y atrasado como todos los países de la región para convertirse en vanguardista, en el dorado de esta parte del mundo a raíz de hallazgos de importantísimos yacimientos de hidrocarburos y otros minerales. Estas riquezas permitieron que a la tierra de Bolívar convergieran personas […]


Promediando el siglo pasado, Venezuela dejó de ser un país feudal y atrasado como todos los países de la región para convertirse en vanguardista, en el dorado de esta parte del mundo a raíz de hallazgos de importantísimos yacimientos de hidrocarburos y otros minerales.

Estas riquezas permitieron que a la tierra de Bolívar convergieran personas de distintos lugares del mundo en busca de porvenir, lo que conllevó a que llegaran inversionistas y aventureros de toda Europa y Medio Oriente, ellos ayudaron al país a industrializarse, a ser una de las economías sólidas del continente y sus nacionales disfrutaran alta calidad de vida.
Obvio que del vecindario también migraron millones que con su mano de obra barata y profesionales en varias actividades, ayudaron también engrandecer el estatus de los patriotas.
De diversas partes de Colombia viajaron cinco millones personas a Venezuela, en su mayoría de la Costa Atlántica, jornaleros que sembraron el campo, forjaron la ganadería, obreros que construyeron carreteras, modernas autopistas, exóticas edificaciones.
Con su trabajo los colombianos atrajeron la atención del mundo a este país, trabajadoras domésticas que ayudaron a educar a millones de jóvenes venezolanos de todos los estratos, patriotas de todos los niveles, que hoy son amantes de nuestra música.
A raíz de este trabajo silencioso, dispendioso de nuestros humildes paisanos durante muchas décadas, Venezuela se convirtió en santuario de la música colombiana, especial de la vallenata, allí nuestros artistas son dueños de un gran caudal de seguidores, cariño que les demuestran en sus presentaciones en el país bolivariano y cantidad de emisoras de radio y TV que diario emiten su música.
Fue tan fructífera la labor cultural de nuestros paisanos en la tierra de Miranda, que hoy los hijos de Sucre son magníficos ejecutantes de los aires del Valle del Cacique Upar, inclusive algunos habitan en Valledupar y son integrantes de juveniles agrupaciones de la región y otros ya se presentan en el Festival Vallenato.
Superamos la época cuando los artistas venezolanos eran dueños del mercado musical colombiano, los opulentos artistas venecos se nutrían del repertorio de nuestros músicos del Caribe y nos mandaban nuestra música en su formato, con los mismos arreglos de nuestros menesterosos artistas, que carecían de instrumentos musicales decentes.
Hoy la situación de nuestros hermanos venezolanos es distinta a raíz de la fuerte crisis política que no han podido superar, los que los ha llevado a padecer una extrema hambruna, pobreza que tiene a sus habitantes deambulando por todo el continente en busca de bienestar.
No es justo escuchar a algunos dirigentes de Colombia, auténticos desconocedores de la historia de los pueblos de América, hablar demagógicamente, instando a implementar leyes migratorias para amainar el éxodo de los famélicos venezolanos, las mismas que aplicó la Unión Europea contra la estampida masiva de sirios huyéndole a la guerra, olvidan que los venezolanos en tiempos pasados de prosperidad, brindaron la mano a cinco millones de colombianos que en su mayoría, aun a pesar de la crisis, viven allá. Gente insensible y oportunista no debe llegar al Congreso.