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Columnista - 31 julio, 2015

¿Estuvo a Salvo la Transformación?

A escasos meses de que el pueblo colombiano vuelva una vez más a los comicios a elegir los mandatarios departamentales y municipales de nuestra geografía nacional, son muchas las incógnitas y desdenes que surgen en cuanto a los resultados que dejan las administraciones actuales. En el departamento del Cesar y su capital Valledupar, donde los […]

A escasos meses de que el pueblo colombiano vuelva una vez más a los comicios a elegir los mandatarios departamentales y municipales de nuestra geografía nacional, son muchas las incógnitas y desdenes que surgen en cuanto a los resultados que dejan las administraciones actuales.

En el departamento del Cesar y su capital Valledupar, donde los encargados de llevar las riendas de estas administraciones fueron el medico Fredys Miguel Socarrás Reales, quien estuvo a cargo de la alcaldía del municipio de Valledupar, y respectivamente el economista Luis Alberto Monsalvo Gnecco, actual gobernador del departamento del Cesar. Administraciones que han generado controversia y disgusto a lo largo de su periodo. ¿Si hubo prosperidad a Salvo? ¿Tenemos un Valle de Upar transformado?, estos dos gobiernos tanto el departamental como el municipal, centraron sus planes de desarrollos en apostarle a un grupo selecto de sectores, ocasionando una inequidad y desequilibrio en el desarrollo político, social, cultural y económico en el departamento del Cesar y su capital Valledupar. Gobiernos en los que muchos de los beneficiados en el ámbito de contratación estatal son foráneos, hecho que no es bien visto, ya que uno de los puntos que conforman tanto el plan de desarrollo municipal como el departamental es atacar firmemente las tasas de desempleo o bien sea crear más empleos, más oportunidades para los local.

Al igual, es bastante evidente el mal funcionamiento del sistema de salud municipal y departamental, el mal manejo del sistema educacional y de alimentación para los niños y jóvenes más necesitados de la región, etc. Esto solo por nombrar una de las tantas inconsistencias que existen en tales administraciones, que achacan y entristecen a todo el pueblo cesarence en general.
Más que un detrimento patrimonial, las malas administraciones por las cuales le ha tocado padecer a gran parte del departamento del Cesar y su capital Valledupar, nos llevan a un perjuicio político-social que trunca el desarrollo y la sostenibilidad de nuestra región, elementos a los cuales están llamados los mandatarios a salvaguardar y llevarlos a buen puerto hasta el fin de sus periodos administrativos o de gobierno.

El buen gobernante no es aquel que más construya parques, calles o monumentos, el buen gobernante es aquel que le pone todo el sentido de pertenencia a su labor, es aquel que construye progreso y desarrollo para su coterráneos, el buen alcalde, el buen gobernador, es aquel que incursiona en nuevas estrategias para el óptimo y eficaz equilibrio económico, político, social y cultural del departamento o municipio, del cual tenga las riendas para así lograr eficazmente lo plasmado en los planes de desarrollos municipales y departamentales, por supuesto obrando de la mejor manera, respetando los principios democráticos de nuestra nación y por supuesto los parámetros legales establecidos en los regímenes municipales y departamentales que se encuentran constituidos dentro del ordenamiento jurídico colombiano.
Solos nos queda ejercer nuestro derecho y deber de elegir y ser elegido, como sinónimo de cambio y desarrollo para nuestra región, hagámoslo con seriedad, respeto y sentido de pertenencia para con nosotros mismos.

Por Camilo Pinto

Columnista
31 julio, 2015

¿Estuvo a Salvo la Transformación?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.

A escasos meses de que el pueblo colombiano vuelva una vez más a los comicios a elegir los mandatarios departamentales y municipales de nuestra geografía nacional, son muchas las incógnitas y desdenes que surgen en cuanto a los resultados que dejan las administraciones actuales. En el departamento del Cesar y su capital Valledupar, donde los […]


A escasos meses de que el pueblo colombiano vuelva una vez más a los comicios a elegir los mandatarios departamentales y municipales de nuestra geografía nacional, son muchas las incógnitas y desdenes que surgen en cuanto a los resultados que dejan las administraciones actuales.

En el departamento del Cesar y su capital Valledupar, donde los encargados de llevar las riendas de estas administraciones fueron el medico Fredys Miguel Socarrás Reales, quien estuvo a cargo de la alcaldía del municipio de Valledupar, y respectivamente el economista Luis Alberto Monsalvo Gnecco, actual gobernador del departamento del Cesar. Administraciones que han generado controversia y disgusto a lo largo de su periodo. ¿Si hubo prosperidad a Salvo? ¿Tenemos un Valle de Upar transformado?, estos dos gobiernos tanto el departamental como el municipal, centraron sus planes de desarrollos en apostarle a un grupo selecto de sectores, ocasionando una inequidad y desequilibrio en el desarrollo político, social, cultural y económico en el departamento del Cesar y su capital Valledupar. Gobiernos en los que muchos de los beneficiados en el ámbito de contratación estatal son foráneos, hecho que no es bien visto, ya que uno de los puntos que conforman tanto el plan de desarrollo municipal como el departamental es atacar firmemente las tasas de desempleo o bien sea crear más empleos, más oportunidades para los local.

Al igual, es bastante evidente el mal funcionamiento del sistema de salud municipal y departamental, el mal manejo del sistema educacional y de alimentación para los niños y jóvenes más necesitados de la región, etc. Esto solo por nombrar una de las tantas inconsistencias que existen en tales administraciones, que achacan y entristecen a todo el pueblo cesarence en general.
Más que un detrimento patrimonial, las malas administraciones por las cuales le ha tocado padecer a gran parte del departamento del Cesar y su capital Valledupar, nos llevan a un perjuicio político-social que trunca el desarrollo y la sostenibilidad de nuestra región, elementos a los cuales están llamados los mandatarios a salvaguardar y llevarlos a buen puerto hasta el fin de sus periodos administrativos o de gobierno.

El buen gobernante no es aquel que más construya parques, calles o monumentos, el buen gobernante es aquel que le pone todo el sentido de pertenencia a su labor, es aquel que construye progreso y desarrollo para su coterráneos, el buen alcalde, el buen gobernador, es aquel que incursiona en nuevas estrategias para el óptimo y eficaz equilibrio económico, político, social y cultural del departamento o municipio, del cual tenga las riendas para así lograr eficazmente lo plasmado en los planes de desarrollos municipales y departamentales, por supuesto obrando de la mejor manera, respetando los principios democráticos de nuestra nación y por supuesto los parámetros legales establecidos en los regímenes municipales y departamentales que se encuentran constituidos dentro del ordenamiento jurídico colombiano.
Solos nos queda ejercer nuestro derecho y deber de elegir y ser elegido, como sinónimo de cambio y desarrollo para nuestra región, hagámoslo con seriedad, respeto y sentido de pertenencia para con nosotros mismos.

Por Camilo Pinto