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Columnista - 9 junio, 2018

Ese papel de paquirri, ya me tenía aburrió…

Sé de tauromaquia, casi lo mismo que sé de física cuántica, es decir: Un carajo, mis mayores acercamientos con ese “deporte” son tres, además de los que la cultura general me permiten saber, el primero es una anécdota buenísima y jocosa de un buen amigo que se dejó de la esposa y cuando le preguntamos […]

Sé de tauromaquia, casi lo mismo que sé de física cuántica, es decir: Un carajo, mis mayores acercamientos con ese “deporte” son tres, además de los que la cultura general me permiten saber, el primero es una anécdota buenísima y jocosa de un buen amigo que se dejó de la esposa y cuando le preguntamos por qué, nos confesó sin preámbulos que -ese papel de Paquirrí, lo tenía aburrido- al referirse a que la mujer le estaba siendo infiel, pero haciendo alusión al famoso torero español Francisco Rivera “Paquirri” por aquello de que estaba llevando buen “cacho”, otra conexión con el mundo de los toros bravos, es que conocí fugazmente al diestro colombiano César Rincón, mucho antes de ser famoso, porque su mamá, María Teresa, fue empleada de mi padrino Jorge Saade Mejía en Bogotá, en donde yo me hospedaba cuando iba de vacaciones siendo muchacho.

Allí nos atendía con mucha dulzura a mi primo Paul y a mí, recuerdo que de cariño le llamábamos “Teresita”, años más tarde murió trágicamente junto a su hija en el incendio de su humilde apartamento. Otro vínculo con las corridas de toros, fue que en los años ochenta y con el auge del rock en español, alcancé a escuchar a un grupo español que casualmente se llamaban “Los toreros muertos” los cuales se hicieron famosos mundialmente con el tema “Mi agüita amarilla”. Otro conocimiento que tengo acerca del mundo taurino fue la polémica en torno a la muerte del torero español Víctor Barrio, la cual se suma a la de muchos otros, pero de los cuales solo tengo conocimiento de los más recientes, como:“Paquirri”, Pepe Cáceres y “El Yiyo”, quienes murieron trágicamente e a raíz de las cornadas recibidas en el ruedo, según las leyes de la tauromaquia o la tradición taurina, su familia debe ser sacrificada en pleno, algo que me parece absurdo y cruel, tras la muerte del torero el ganadero responsable o criador del toro “Lorenzo” (así se llama el animal) debe sacrificar a la madre del semental y toda su generación, lo cual representa desprestigio y una pérdida económica.

Sin embargo, la madre de Lorenzo ya fue sacrificada hace unos días por su avanzada edad, según reveló el mismo ganadero a su tiempo, al medio español ABC. La fiesta brava es una tradición muy importante y lucrativa en España, tanto que los toreros prestigiosos se codean con la realeza y el Jet Set, y son asediados por bellas mujeres, jamás he estado en una corrida, ni las he visto por televisión, me parece de extrema crueldad para todos sus participantes, comenzando por la tortura a la que es sometido el animal, desde antes de salir al ruedo, también el peligro al que se exponen los matadores, los banderilleros, los rejoneadores y sus caballos, el “martirio” del “incomodísimo” traje de luces que usan los diestros, el cual deben ayudárselo a colocar de lo apretado que les queda.

Solamente miren cómo les “embuten” los testículos, me parece que tal martirio es adrede, para que el torero también haga su faena malgeniado y la agarre de inmediato en contra del pobre animal. El tema lo traigo a colación, a raíz de que haciendo un análisis, la del no maltrato animal, es la única idea que comparto con Gustavo Petro, quien en mi humilde concepto no debe ser presidente de Colombia, simplemente porque me da mucho temor que Colombia se convierta en una réplica de Venezuela.

@juliomceledon

Columnista
9 junio, 2018

Ese papel de paquirri, ya me tenía aburrió…

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Sé de tauromaquia, casi lo mismo que sé de física cuántica, es decir: Un carajo, mis mayores acercamientos con ese “deporte” son tres, además de los que la cultura general me permiten saber, el primero es una anécdota buenísima y jocosa de un buen amigo que se dejó de la esposa y cuando le preguntamos […]


Sé de tauromaquia, casi lo mismo que sé de física cuántica, es decir: Un carajo, mis mayores acercamientos con ese “deporte” son tres, además de los que la cultura general me permiten saber, el primero es una anécdota buenísima y jocosa de un buen amigo que se dejó de la esposa y cuando le preguntamos por qué, nos confesó sin preámbulos que -ese papel de Paquirrí, lo tenía aburrido- al referirse a que la mujer le estaba siendo infiel, pero haciendo alusión al famoso torero español Francisco Rivera “Paquirri” por aquello de que estaba llevando buen “cacho”, otra conexión con el mundo de los toros bravos, es que conocí fugazmente al diestro colombiano César Rincón, mucho antes de ser famoso, porque su mamá, María Teresa, fue empleada de mi padrino Jorge Saade Mejía en Bogotá, en donde yo me hospedaba cuando iba de vacaciones siendo muchacho.

Allí nos atendía con mucha dulzura a mi primo Paul y a mí, recuerdo que de cariño le llamábamos “Teresita”, años más tarde murió trágicamente junto a su hija en el incendio de su humilde apartamento. Otro vínculo con las corridas de toros, fue que en los años ochenta y con el auge del rock en español, alcancé a escuchar a un grupo español que casualmente se llamaban “Los toreros muertos” los cuales se hicieron famosos mundialmente con el tema “Mi agüita amarilla”. Otro conocimiento que tengo acerca del mundo taurino fue la polémica en torno a la muerte del torero español Víctor Barrio, la cual se suma a la de muchos otros, pero de los cuales solo tengo conocimiento de los más recientes, como:“Paquirri”, Pepe Cáceres y “El Yiyo”, quienes murieron trágicamente e a raíz de las cornadas recibidas en el ruedo, según las leyes de la tauromaquia o la tradición taurina, su familia debe ser sacrificada en pleno, algo que me parece absurdo y cruel, tras la muerte del torero el ganadero responsable o criador del toro “Lorenzo” (así se llama el animal) debe sacrificar a la madre del semental y toda su generación, lo cual representa desprestigio y una pérdida económica.

Sin embargo, la madre de Lorenzo ya fue sacrificada hace unos días por su avanzada edad, según reveló el mismo ganadero a su tiempo, al medio español ABC. La fiesta brava es una tradición muy importante y lucrativa en España, tanto que los toreros prestigiosos se codean con la realeza y el Jet Set, y son asediados por bellas mujeres, jamás he estado en una corrida, ni las he visto por televisión, me parece de extrema crueldad para todos sus participantes, comenzando por la tortura a la que es sometido el animal, desde antes de salir al ruedo, también el peligro al que se exponen los matadores, los banderilleros, los rejoneadores y sus caballos, el “martirio” del “incomodísimo” traje de luces que usan los diestros, el cual deben ayudárselo a colocar de lo apretado que les queda.

Solamente miren cómo les “embuten” los testículos, me parece que tal martirio es adrede, para que el torero también haga su faena malgeniado y la agarre de inmediato en contra del pobre animal. El tema lo traigo a colación, a raíz de que haciendo un análisis, la del no maltrato animal, es la única idea que comparto con Gustavo Petro, quien en mi humilde concepto no debe ser presidente de Colombia, simplemente porque me da mucho temor que Colombia se convierta en una réplica de Venezuela.

@juliomceledon