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Columnista - 22 agosto, 2010

Es necesario aclarar

Por: Luis Rafael Nieto Pardo De verdad que resulta interminable, por no decir que infinita, (para no pecar de inmodesto), la cantidad de temas por tratar cuando se tiene la posibilidad y la oportunidad de escribir.  De allí que, semana tras semana y cuando logro sacar el tiempo para seleccionar el texto de mayor interés, de […]

Por: Luis Rafael Nieto Pardo
De verdad que resulta interminable, por no decir que infinita, (para no pecar de inmodesto), la cantidad de temas por tratar cuando se tiene la posibilidad y la oportunidad de escribir.  De allí que, semana tras semana y cuando logro sacar el tiempo para seleccionar el texto de mayor interés, de veras que me cuesta trabajo hacerlo, porque toca postergar temáticas de suma importancia, preocupación y actualidad, como por ejemplo, la terrorífica e inclemente reacción de la naturaleza, cuya oleada invernal no perdona ningún rincón del globo terráqueo, y lo peor es que, impotentes ante el televisor, sólo podemos cruzar los dedos, tomarnos la cabeza con ambas manos, y, porqué no, dejar escapar una que otra lágrima ante las escalofriantes escenas que produce la voracidad del invierno en La China, Pakistán, Honduras, México, Rusia, etc..
Ni que decir de las diarias tragedias que se generan por los arroyos en Barranquilla, los deslizamientos de tierra en el interior del país y en Cartagena, y el peligro que se cierne sobre mi querido terruño, Mompós, (La Joya de la Corona), de la que hace poco regresó el Profe Leo Diffilipo, contándome preocupado que el majestuoso Rio Magdalena amenaza con arrasarla, con toda su historia a cuestas, sin que el gobierno nacional, municipal, ni nadie, se conduela de la otrora Valerosa e Histórica ciudad. Y pensar que, según los expertos meteorólogos, no hay señales de que las lluvias terminen pronto.
Precisamente, por la larga lista de temas en espera, tocará hacer mención anticipada tangencialmente de algunos, y escribir con largueza de fondo sobre el que cobre mayor actualidad (así todos la tengan).  Por ello, y antes de que “cunda el pánico” (al estilo de El Chavo), hoy quiero referirme nuevamente al tema de los Preacuerdos y Negociaciones entre la Fiscalía y el Imputado, ya que, conociendo la “malicia indígena” de nuestro medio, la mayoría de las veces mal intencionada, no deja de crear molestos y bochornosos comentarios, no sólo entre el común de los ciudadanos desprevenidos y mal informados, si no, quién lo creyera, entre los mismos colegas, funcionarios y empleados de la misma rama penal y de otras;  que no ven con buenos ojos que en cualquier momento, el abogado defensor (así se trate del peor de los delincuentes, y así sea el caso de mayor aberración y crueldad (a excepción de los delitos sexuales que afectan a menores, y otros de justicia especializada que no admiten negociación alguna), se reúna o converse, en público o en privado la mayoría de las veces, y así lo permite La Nueva Ley, en procura de “negociar” una terminación anticipada del proceso.
En efecto, según conceptúa nuestro siempre recordado y apreciado colega y amigo  Jairo Ardila, Defensor Público, integrante de la Oficina Especial de Apoyo en Bogotá, esa posibilidad contemplada y estatuida en la nueva Ley 906 de 2.004, nuevo Sistema Penal Acusatorio, tiene por finalidad, entre otras, humanizar la actuación procesal y la pena;  obtener pronta y cumplida justicia; activar la solución de los conflictos sociales que genera el delito; propiciar la reparación integral de los perjuicios ocasionados con el injusto; y lograr la participación del imputado o acusado, en la definición de su caso; y con tal fin, la Fiscalía y el imputado o acusado, podrán llegar a preacuerdos que impliquen la terminación del proceso (sic).
Fue así, en estos términos, como quedó redactado el texto del artículo 248 de la Ley 906 de 2.004, y que, finalmente, corresponde a la figura denominada indistintamente acuerdos, preacuerdos o negociaciones.  Así que, por favor, colegas, amigos, funcionarios, ciudadanos, actualícense, o por lo menos sean humildes y pregunten;  no le echen leña al fuego; y antes de lanzar falsas especies y echar a rodar comentarios desagradables y de muy mal gusto, respeten la dignidad y el decoro de sus congéneres.  Recuerden, NO HAGAS CON OTRO LO QUE NO QUIERES QUE HAGAN CONTIGO.
De todas formas, conviene aclarar que la figura consagra una de las formas de terminación anormal del proceso (ya antes les he hablado del Principio de Oportunidad); y de igual modo, conlleva necesariamente una declaratoria de responsabilidad penal del mismo imputado o acusado.
Mis sinceras condolencias a los familiares de mi ex vecino y amigo Héctor Enrique Guerrero Devia, extensivas a la familia del SENA.
Paz en su tumba.

Es necesario aclarar
Por:Luis Rafael Nieto PardoDefensor público
[email protected]
Domingo 22 de Agosto de 2010
De verdad que resulta interminable, por no decir que infinita, (para no pecar de inmodesto), la cantidad de temas por tratar cuando se tiene la posibilidad y la oportunidad de escribir.  De allí que, semana tras semana y cuando logro sacar el tiempo para seleccionar el texto de mayor interés, de veras que me cuesta trabajo hacerlo, porque toca postergar temáticas de suma importancia, preocupación y actualidad, como por ejemplo, la terrorífica e inclemente reacción de la naturaleza, cuya oleada invernal no perdona ningún rincón del globo terráqueo, y lo peor es que, impotentes ante el televisor, sólo podemos cruzar los dedos, tomarnos la cabeza con ambas manos, y, porqué no, dejar escapar una que otra lágrima ante las escalofriantes escenas que produce la voracidad del invierno en La China, Pakistán, Honduras, México, Rusia, etc..       Ni que decir de las diarias tragedias que se generan por los arroyos en Barranquilla, los deslizamientos de tierra en el interior del país y en Cartagena, y el peligro que se cierne sobre mi querido terruño, Mompós, (La Joya de la Corona), de la que hace poco regresó el Profe Leo Diffilipo, contándome preocupado que el majestuoso Rio Magdalena amenaza con arrasarla, con toda su historia a cuestas, sin que el gobierno nacional, municipal, ni nadie, se conduela de la otrora Valerosa e Histórica ciudad. Y pensar que, según los expertos meteorólogos, no hay señales de que las lluvias terminen pronto.
Precisamente, por la larga lista de temas en espera, tocará hacer mención anticipada tangencialmente de algunos, y escribir con largueza de fondo sobre el que cobre mayor actualidad (así todos la tengan).  Por ello, y antes de que “cunda el pánico” (al estilo de El Chavo), hoy quiero referirme nuevamente al tema de los Preacuerdos y Negociaciones entre la Fiscalía y el Imputado, ya que, conociendo la “malicia indígena” de nuestro medio, la mayoría de las veces mal intencionada, no deja de crear molestos y bochornosos comentarios, no sólo entre el común de los ciudadanos desprevenidos y mal informados, si no, quién lo creyera, entre los mismos colegas, funcionarios y empleados de la misma rama penal y de otras;  que no ven con buenos ojos que en cualquier momento, el abogado defensor (así se trate del peor de los delincuentes, y así sea el caso de mayor aberración y crueldad (a excepción de los delitos sexuales que afectan a menores, y otros de justicia especializada que no admiten negociación alguna), se reúna o converse, en público o en privado la mayoría de las veces, y así lo permite La Nueva Ley, en procura de “negociar” una terminación anticipada del proceso.

En efecto, según conceptúa nuestro siempre recordado y apreciado colega y amigo  Jairo Ardila, Defensor Público, integrante de la Oficina Especial de Apoyo en Bogotá, esa posibilidad contemplada y estatuida en la nueva Ley 906 de 2.004, nuevo Sistema Penal Acusatorio, tiene por finalidad, entre otras, humanizar la actuación procesal y la pena;  obtener pronta y cumplida justicia; activar la solución de los conflictos sociales que genera el delito; propiciar la reparación integral de los perjuicios ocasionados con el injusto; y lograr la participación del imputado o acusado, en la definición de su caso; y con tal fin, la Fiscalía y el imputado o acusado, podrán llegar a preacuerdos que impliquen la terminación del proceso (sic).  Fue así, en estos términos, como quedó redactado el texto del artículo 248 de la Ley 906 de 2.004, y que, finalmente, corresponde a la figura denominada indistintamente acuerdos, preacuerdos o negociaciones.  Así que, por favor, colegas, amigos, funcionarios, ciudadanos, actualícense, o por lo menos sean humildes y pregunten;  no le echen leña al fuego; y antes de lanzar falsas especies y echar a rodar comentarios desagradables y de muy mal gusto, respeten la dignidad y el decoro de sus congéneres.  Recuerden, NO HAGAS CON OTRO LO QUE NO QUIERES QUE HAGAN CONTIGO.
De todas formas, conviene aclarar que la figura consagra una de las formas de terminación anormal del proceso (ya antes les he hablado del Principio de Oportunidad); y de igual modo, conlleva necesariamente una declaratoria de responsabilidad penal del mismo imputado o acusado.
Mis sinceras condolencias a los familiares de mi ex vecino y amigo Héctor Enrique Guerrero Devia, extensivas a la familia del SENA.
Paz en su tumba.

[email protected]

Columnista
22 agosto, 2010

Es necesario aclarar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Rafael Nieto Pardo

Por: Luis Rafael Nieto Pardo De verdad que resulta interminable, por no decir que infinita, (para no pecar de inmodesto), la cantidad de temas por tratar cuando se tiene la posibilidad y la oportunidad de escribir.  De allí que, semana tras semana y cuando logro sacar el tiempo para seleccionar el texto de mayor interés, de […]


Por: Luis Rafael Nieto Pardo
De verdad que resulta interminable, por no decir que infinita, (para no pecar de inmodesto), la cantidad de temas por tratar cuando se tiene la posibilidad y la oportunidad de escribir.  De allí que, semana tras semana y cuando logro sacar el tiempo para seleccionar el texto de mayor interés, de veras que me cuesta trabajo hacerlo, porque toca postergar temáticas de suma importancia, preocupación y actualidad, como por ejemplo, la terrorífica e inclemente reacción de la naturaleza, cuya oleada invernal no perdona ningún rincón del globo terráqueo, y lo peor es que, impotentes ante el televisor, sólo podemos cruzar los dedos, tomarnos la cabeza con ambas manos, y, porqué no, dejar escapar una que otra lágrima ante las escalofriantes escenas que produce la voracidad del invierno en La China, Pakistán, Honduras, México, Rusia, etc..
Ni que decir de las diarias tragedias que se generan por los arroyos en Barranquilla, los deslizamientos de tierra en el interior del país y en Cartagena, y el peligro que se cierne sobre mi querido terruño, Mompós, (La Joya de la Corona), de la que hace poco regresó el Profe Leo Diffilipo, contándome preocupado que el majestuoso Rio Magdalena amenaza con arrasarla, con toda su historia a cuestas, sin que el gobierno nacional, municipal, ni nadie, se conduela de la otrora Valerosa e Histórica ciudad. Y pensar que, según los expertos meteorólogos, no hay señales de que las lluvias terminen pronto.
Precisamente, por la larga lista de temas en espera, tocará hacer mención anticipada tangencialmente de algunos, y escribir con largueza de fondo sobre el que cobre mayor actualidad (así todos la tengan).  Por ello, y antes de que “cunda el pánico” (al estilo de El Chavo), hoy quiero referirme nuevamente al tema de los Preacuerdos y Negociaciones entre la Fiscalía y el Imputado, ya que, conociendo la “malicia indígena” de nuestro medio, la mayoría de las veces mal intencionada, no deja de crear molestos y bochornosos comentarios, no sólo entre el común de los ciudadanos desprevenidos y mal informados, si no, quién lo creyera, entre los mismos colegas, funcionarios y empleados de la misma rama penal y de otras;  que no ven con buenos ojos que en cualquier momento, el abogado defensor (así se trate del peor de los delincuentes, y así sea el caso de mayor aberración y crueldad (a excepción de los delitos sexuales que afectan a menores, y otros de justicia especializada que no admiten negociación alguna), se reúna o converse, en público o en privado la mayoría de las veces, y así lo permite La Nueva Ley, en procura de “negociar” una terminación anticipada del proceso.
En efecto, según conceptúa nuestro siempre recordado y apreciado colega y amigo  Jairo Ardila, Defensor Público, integrante de la Oficina Especial de Apoyo en Bogotá, esa posibilidad contemplada y estatuida en la nueva Ley 906 de 2.004, nuevo Sistema Penal Acusatorio, tiene por finalidad, entre otras, humanizar la actuación procesal y la pena;  obtener pronta y cumplida justicia; activar la solución de los conflictos sociales que genera el delito; propiciar la reparación integral de los perjuicios ocasionados con el injusto; y lograr la participación del imputado o acusado, en la definición de su caso; y con tal fin, la Fiscalía y el imputado o acusado, podrán llegar a preacuerdos que impliquen la terminación del proceso (sic).
Fue así, en estos términos, como quedó redactado el texto del artículo 248 de la Ley 906 de 2.004, y que, finalmente, corresponde a la figura denominada indistintamente acuerdos, preacuerdos o negociaciones.  Así que, por favor, colegas, amigos, funcionarios, ciudadanos, actualícense, o por lo menos sean humildes y pregunten;  no le echen leña al fuego; y antes de lanzar falsas especies y echar a rodar comentarios desagradables y de muy mal gusto, respeten la dignidad y el decoro de sus congéneres.  Recuerden, NO HAGAS CON OTRO LO QUE NO QUIERES QUE HAGAN CONTIGO.
De todas formas, conviene aclarar que la figura consagra una de las formas de terminación anormal del proceso (ya antes les he hablado del Principio de Oportunidad); y de igual modo, conlleva necesariamente una declaratoria de responsabilidad penal del mismo imputado o acusado.
Mis sinceras condolencias a los familiares de mi ex vecino y amigo Héctor Enrique Guerrero Devia, extensivas a la familia del SENA.
Paz en su tumba.

Es necesario aclarar
Por:Luis Rafael Nieto PardoDefensor público
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Domingo 22 de Agosto de 2010
De verdad que resulta interminable, por no decir que infinita, (para no pecar de inmodesto), la cantidad de temas por tratar cuando se tiene la posibilidad y la oportunidad de escribir.  De allí que, semana tras semana y cuando logro sacar el tiempo para seleccionar el texto de mayor interés, de veras que me cuesta trabajo hacerlo, porque toca postergar temáticas de suma importancia, preocupación y actualidad, como por ejemplo, la terrorífica e inclemente reacción de la naturaleza, cuya oleada invernal no perdona ningún rincón del globo terráqueo, y lo peor es que, impotentes ante el televisor, sólo podemos cruzar los dedos, tomarnos la cabeza con ambas manos, y, porqué no, dejar escapar una que otra lágrima ante las escalofriantes escenas que produce la voracidad del invierno en La China, Pakistán, Honduras, México, Rusia, etc..       Ni que decir de las diarias tragedias que se generan por los arroyos en Barranquilla, los deslizamientos de tierra en el interior del país y en Cartagena, y el peligro que se cierne sobre mi querido terruño, Mompós, (La Joya de la Corona), de la que hace poco regresó el Profe Leo Diffilipo, contándome preocupado que el majestuoso Rio Magdalena amenaza con arrasarla, con toda su historia a cuestas, sin que el gobierno nacional, municipal, ni nadie, se conduela de la otrora Valerosa e Histórica ciudad. Y pensar que, según los expertos meteorólogos, no hay señales de que las lluvias terminen pronto.
Precisamente, por la larga lista de temas en espera, tocará hacer mención anticipada tangencialmente de algunos, y escribir con largueza de fondo sobre el que cobre mayor actualidad (así todos la tengan).  Por ello, y antes de que “cunda el pánico” (al estilo de El Chavo), hoy quiero referirme nuevamente al tema de los Preacuerdos y Negociaciones entre la Fiscalía y el Imputado, ya que, conociendo la “malicia indígena” de nuestro medio, la mayoría de las veces mal intencionada, no deja de crear molestos y bochornosos comentarios, no sólo entre el común de los ciudadanos desprevenidos y mal informados, si no, quién lo creyera, entre los mismos colegas, funcionarios y empleados de la misma rama penal y de otras;  que no ven con buenos ojos que en cualquier momento, el abogado defensor (así se trate del peor de los delincuentes, y así sea el caso de mayor aberración y crueldad (a excepción de los delitos sexuales que afectan a menores, y otros de justicia especializada que no admiten negociación alguna), se reúna o converse, en público o en privado la mayoría de las veces, y así lo permite La Nueva Ley, en procura de “negociar” una terminación anticipada del proceso.

En efecto, según conceptúa nuestro siempre recordado y apreciado colega y amigo  Jairo Ardila, Defensor Público, integrante de la Oficina Especial de Apoyo en Bogotá, esa posibilidad contemplada y estatuida en la nueva Ley 906 de 2.004, nuevo Sistema Penal Acusatorio, tiene por finalidad, entre otras, humanizar la actuación procesal y la pena;  obtener pronta y cumplida justicia; activar la solución de los conflictos sociales que genera el delito; propiciar la reparación integral de los perjuicios ocasionados con el injusto; y lograr la participación del imputado o acusado, en la definición de su caso; y con tal fin, la Fiscalía y el imputado o acusado, podrán llegar a preacuerdos que impliquen la terminación del proceso (sic).  Fue así, en estos términos, como quedó redactado el texto del artículo 248 de la Ley 906 de 2.004, y que, finalmente, corresponde a la figura denominada indistintamente acuerdos, preacuerdos o negociaciones.  Así que, por favor, colegas, amigos, funcionarios, ciudadanos, actualícense, o por lo menos sean humildes y pregunten;  no le echen leña al fuego; y antes de lanzar falsas especies y echar a rodar comentarios desagradables y de muy mal gusto, respeten la dignidad y el decoro de sus congéneres.  Recuerden, NO HAGAS CON OTRO LO QUE NO QUIERES QUE HAGAN CONTIGO.
De todas formas, conviene aclarar que la figura consagra una de las formas de terminación anormal del proceso (ya antes les he hablado del Principio de Oportunidad); y de igual modo, conlleva necesariamente una declaratoria de responsabilidad penal del mismo imputado o acusado.
Mis sinceras condolencias a los familiares de mi ex vecino y amigo Héctor Enrique Guerrero Devia, extensivas a la familia del SENA.
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