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Columnista - 7 mayo, 2018

En este pueblo se canta

El canto es inherente al ser humano, es un arte sin edad y sin fronteras. En sus orígenes fue una forma más elevada del lenguaje, probablemente inspirada por el culto primitivo. Hay incluso, quienes afirman que el canto existió antes del lenguaje hablado, y después los instrumentos arcaicos que con ligeras variantes existen en todas […]

El canto es inherente al ser humano, es un arte sin edad y sin fronteras. En sus orígenes fue una forma más elevada del lenguaje, probablemente inspirada por el culto primitivo. Hay incluso, quienes afirman que el canto existió antes del lenguaje hablado, y después los instrumentos arcaicos que con ligeras variantes existen en todas las culturas: sonajas, flautas, tambores, liras y arpas.

La música es la expresión estética de los sentimientos que supera las barreras de los idiomas y en sonoro instante une al universo con la magia festiva del tiempo. En todos los pueblos hay trovadores y músicos. En los pueblos de la región del Valle de Upar, es común escuchar en las noches a un trovador cantando sus versos a capela o acompañado de una guitarra, y luego aparece un acordeonero para hacer más emotiva la parranda. Esta experiencia la he vivido tantas veces, en mi costumbre de visitar a los pueblos en tiempos de fiestas o de encuentros culturales. Una noche de luna llena, en el pueblo de Los Tupes, Pablo Atuesta Barrera cantaba una canción al compás de una guitarra, en ese momento contemplé el cielo, recordé a mí tierra Mariangola, y en la mente escribí estos versos: Hay un trovador que vende canciones/ pa´ que la guitarra tenga melodía/ la luna de aquí regala ilusiones/ es la misma luna de la tierra mía.

Este es el numen o el principio de la inspiración del merengue ‘En este pueblo se canta’, mi reciente canción grabada en la voz de Marina Quintero, la embajadora de la música vallenata en Medellín. La producción y los arreglos musicales son de Lukas Quintero; toca el acordeón, Cristian Santiago, y el Violín, Yefreis Morales. Pero tengo que agradecer a los amigos cantantes Yofreis Ebrath y Julio Ospino, quienes fueron los primeros en interesarse en escuchar la canción.

El merengue ya está sonando en algunas emisoras de la ciudad y pronto va estar en la red, es un homenaje a todos los pueblos y sus trovadores, y también es una evocación al patio del origen, lugar sagrado de la infancia: Los bellos recuerdos de cosas queridas/ siempre son motivos para regresar/ a la casa materna que nos da la vida/ y al pueblo querido de hermoso cantar.

De periodistas, músicos y amigos que han escuchado la canción, y no se esconden a las bondades de los afectos, he recibido sus manifestaciones de complacencia por la melodía, el mensaje y la excelente interpretación de Marina Quintero. De esas manifestaciones, comparto con mis lectores la de mi querida profesora en El Ateneo el Rosario, Lily Vargas de Mendoza: “Que alegría profesor, hoy quiero ser su alumna y la inspiración me asalta porque es meritorio este momento para improvisar estos versos: Felicito a mi estudiante José Atuesta/ por su inspiración en la canción este pueblo se canta/ seguro que a su maestro César Mendoza nada le cuesta/ armonizar conmigo lo que expresa nuestra garganta”.

Otros versos de mi canción:
Escucho en las noches viajar en el viento
sonatas de versos, sonrisas de amor….
En este pueblo se vive
en este pueblo se canta,
suena bonito acordeón
que los versos del cantor
van a alegrar la parranda.

Columnista
7 mayo, 2018

En este pueblo se canta

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

El canto es inherente al ser humano, es un arte sin edad y sin fronteras. En sus orígenes fue una forma más elevada del lenguaje, probablemente inspirada por el culto primitivo. Hay incluso, quienes afirman que el canto existió antes del lenguaje hablado, y después los instrumentos arcaicos que con ligeras variantes existen en todas […]


El canto es inherente al ser humano, es un arte sin edad y sin fronteras. En sus orígenes fue una forma más elevada del lenguaje, probablemente inspirada por el culto primitivo. Hay incluso, quienes afirman que el canto existió antes del lenguaje hablado, y después los instrumentos arcaicos que con ligeras variantes existen en todas las culturas: sonajas, flautas, tambores, liras y arpas.

La música es la expresión estética de los sentimientos que supera las barreras de los idiomas y en sonoro instante une al universo con la magia festiva del tiempo. En todos los pueblos hay trovadores y músicos. En los pueblos de la región del Valle de Upar, es común escuchar en las noches a un trovador cantando sus versos a capela o acompañado de una guitarra, y luego aparece un acordeonero para hacer más emotiva la parranda. Esta experiencia la he vivido tantas veces, en mi costumbre de visitar a los pueblos en tiempos de fiestas o de encuentros culturales. Una noche de luna llena, en el pueblo de Los Tupes, Pablo Atuesta Barrera cantaba una canción al compás de una guitarra, en ese momento contemplé el cielo, recordé a mí tierra Mariangola, y en la mente escribí estos versos: Hay un trovador que vende canciones/ pa´ que la guitarra tenga melodía/ la luna de aquí regala ilusiones/ es la misma luna de la tierra mía.

Este es el numen o el principio de la inspiración del merengue ‘En este pueblo se canta’, mi reciente canción grabada en la voz de Marina Quintero, la embajadora de la música vallenata en Medellín. La producción y los arreglos musicales son de Lukas Quintero; toca el acordeón, Cristian Santiago, y el Violín, Yefreis Morales. Pero tengo que agradecer a los amigos cantantes Yofreis Ebrath y Julio Ospino, quienes fueron los primeros en interesarse en escuchar la canción.

El merengue ya está sonando en algunas emisoras de la ciudad y pronto va estar en la red, es un homenaje a todos los pueblos y sus trovadores, y también es una evocación al patio del origen, lugar sagrado de la infancia: Los bellos recuerdos de cosas queridas/ siempre son motivos para regresar/ a la casa materna que nos da la vida/ y al pueblo querido de hermoso cantar.

De periodistas, músicos y amigos que han escuchado la canción, y no se esconden a las bondades de los afectos, he recibido sus manifestaciones de complacencia por la melodía, el mensaje y la excelente interpretación de Marina Quintero. De esas manifestaciones, comparto con mis lectores la de mi querida profesora en El Ateneo el Rosario, Lily Vargas de Mendoza: “Que alegría profesor, hoy quiero ser su alumna y la inspiración me asalta porque es meritorio este momento para improvisar estos versos: Felicito a mi estudiante José Atuesta/ por su inspiración en la canción este pueblo se canta/ seguro que a su maestro César Mendoza nada le cuesta/ armonizar conmigo lo que expresa nuestra garganta”.

Otros versos de mi canción:
Escucho en las noches viajar en el viento
sonatas de versos, sonrisas de amor….
En este pueblo se vive
en este pueblo se canta,
suena bonito acordeón
que los versos del cantor
van a alegrar la parranda.