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Columnista - 26 mayo, 2018

En espera del futuro

En el año 1991, César Gaviria, presidente de la época, recogió las banderas del irreverente y valiente Luis Carlos Galán. En su agitada posesión el mandatario de los colombianos, señaló entre sus objetivos la paz como su gran reto histórico con el país. Este proyecto lo enmarcó con el eslogan bienvenidos al futuro. Ese tiempo […]

En el año 1991, César Gaviria, presidente de la época, recogió las banderas del irreverente y valiente Luis Carlos Galán. En su agitada posesión el mandatario de los colombianos, señaló entre sus objetivos la paz como su gran reto histórico con el país. Este proyecto lo enmarcó con el eslogan bienvenidos al futuro. Ese tiempo todavía es esperado por nosotros, nuestra expresión como ciudadanos ha sido la paciencia, porque 27 años después, persisten las propuestas y los anuncios de reformas profundas a los sistemas judicial, político y laboral, el manejo de la economía, actualmente guiada por la explotación de hidrocarburos como insumo que mantiene la tradición mono- exportadora, asimismo, las relaciones internacionales y los asuntos políticos son puntos de promesa electoral y conforman la agenda de propositiva de Iván Duque, Gustavo Petro, Germán Vargas Lleras, Sergio Fajardo y Humberto De la Calle.

El país que aspiran gobernar los candidatos en referencia a partir del próximo 7 de agosto de la presente anualidad, apareció ranqueado en 2011, como el tercer país más desigual del mundo, solo superado por Haití y Angola, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Actualmente, el mismo estudio posiciona al país en el noveno lugar de la lista.

Al margen de las pasiones que mueven la política, el poder del dinero, el aceite de las maquinarias y del fanatismo afianzado entre los ciudadanos, el principal reto del nuevo presidente de la república, debe consistir en la preeminencia de sus convicciones. El fin del Conflicto con las Farc, es apenas una etapa de una extenuante maratón, es necesario que con su finalización hemos ganado terreno, sin embargo, no significa que pasemos espontáneamente de ser un país convulsión a otro escandinavo. Para llevar al país a la modernidad o al futuro prometido por César Gaviria en 1991, no existe una receta exacta; no obstante, para que Colombia sea un país mejor se deben lograr cosas como desterrar la corrupción, venerar la institucionalidad, progresar en la justicia social, la democratización, la paz, la protección de la naturaleza y el desarrollo económico.

Desde el próximo 30 de mayo Colombia tendrá asiento en los países de la OCDE. Este espacio debe ser aprovechado por el nuevo presidente de Colombia, para afianzar el conocimiento y asesoría para el mejoramiento de las políticas públicas, con el fin de garantizar espacios que permitan la reapertura para el mundo, mediante un enfoque incluyente respaldado en la retroalimentación sobre los cambios que marcan las tendencias mundiales con criterio, responsabilidad y con armonía respecto de las necesidades ingentes del país.
Las elecciones del próximo 27 de mayo, deben tener un efecto transformador, orientado hacia una revolución histórica distinta a las caracterizadas por los momentos violentos, necesitamos revertir esta constante, para producir una alternación pacífica en el poder por medio del voto, en aras de materializar una revolución en la ejecución del sistema de gobierno. Mañana domingo no dejemos de votar, hágalo con convicción, sacúdase y saque de su ser el odio y el temor inoculado, está en juego el futuro esperado.
@LuchoDiaz12

Columnista
26 mayo, 2018

En espera del futuro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

En el año 1991, César Gaviria, presidente de la época, recogió las banderas del irreverente y valiente Luis Carlos Galán. En su agitada posesión el mandatario de los colombianos, señaló entre sus objetivos la paz como su gran reto histórico con el país. Este proyecto lo enmarcó con el eslogan bienvenidos al futuro. Ese tiempo […]


En el año 1991, César Gaviria, presidente de la época, recogió las banderas del irreverente y valiente Luis Carlos Galán. En su agitada posesión el mandatario de los colombianos, señaló entre sus objetivos la paz como su gran reto histórico con el país. Este proyecto lo enmarcó con el eslogan bienvenidos al futuro. Ese tiempo todavía es esperado por nosotros, nuestra expresión como ciudadanos ha sido la paciencia, porque 27 años después, persisten las propuestas y los anuncios de reformas profundas a los sistemas judicial, político y laboral, el manejo de la economía, actualmente guiada por la explotación de hidrocarburos como insumo que mantiene la tradición mono- exportadora, asimismo, las relaciones internacionales y los asuntos políticos son puntos de promesa electoral y conforman la agenda de propositiva de Iván Duque, Gustavo Petro, Germán Vargas Lleras, Sergio Fajardo y Humberto De la Calle.

El país que aspiran gobernar los candidatos en referencia a partir del próximo 7 de agosto de la presente anualidad, apareció ranqueado en 2011, como el tercer país más desigual del mundo, solo superado por Haití y Angola, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Actualmente, el mismo estudio posiciona al país en el noveno lugar de la lista.

Al margen de las pasiones que mueven la política, el poder del dinero, el aceite de las maquinarias y del fanatismo afianzado entre los ciudadanos, el principal reto del nuevo presidente de la república, debe consistir en la preeminencia de sus convicciones. El fin del Conflicto con las Farc, es apenas una etapa de una extenuante maratón, es necesario que con su finalización hemos ganado terreno, sin embargo, no significa que pasemos espontáneamente de ser un país convulsión a otro escandinavo. Para llevar al país a la modernidad o al futuro prometido por César Gaviria en 1991, no existe una receta exacta; no obstante, para que Colombia sea un país mejor se deben lograr cosas como desterrar la corrupción, venerar la institucionalidad, progresar en la justicia social, la democratización, la paz, la protección de la naturaleza y el desarrollo económico.

Desde el próximo 30 de mayo Colombia tendrá asiento en los países de la OCDE. Este espacio debe ser aprovechado por el nuevo presidente de Colombia, para afianzar el conocimiento y asesoría para el mejoramiento de las políticas públicas, con el fin de garantizar espacios que permitan la reapertura para el mundo, mediante un enfoque incluyente respaldado en la retroalimentación sobre los cambios que marcan las tendencias mundiales con criterio, responsabilidad y con armonía respecto de las necesidades ingentes del país.
Las elecciones del próximo 27 de mayo, deben tener un efecto transformador, orientado hacia una revolución histórica distinta a las caracterizadas por los momentos violentos, necesitamos revertir esta constante, para producir una alternación pacífica en el poder por medio del voto, en aras de materializar una revolución en la ejecución del sistema de gobierno. Mañana domingo no dejemos de votar, hágalo con convicción, sacúdase y saque de su ser el odio y el temor inoculado, está en juego el futuro esperado.
@LuchoDiaz12