Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 22 septiembre, 2013

Electricaribe: Se gesta un conflicto social

La implementación del modelo neoliberal no implicó sólo la apertura de las fronteras comerciales sino la reducción del tamaño del Estado-Nación mediante la venta de las empresas estatales a las grandes corporaciones transnacionales.

Por Imelda Daza Cotes

La implementación del modelo neoliberal no implicó sólo la apertura de las fronteras comerciales sino la reducción del tamaño del Estado-Nación mediante la venta de las empresas estatales a las grandes corporaciones transnacionales. El libre mercado se encargaría de redistribuir el bienestar y la inversión extranjera sería la panacea económica. Vanos sueños que se tornaron en  pesadillas cuando los servicios públicos pasaron a manos de empresarios extranjeros cuya voracidad no ha conocido límites y cuyo primordial interés ha sido esquilmar a indefensos usuarios para maximizar  ganancias. Es lo que se concluye de la prestación del servicio de energía eléctrica en la Costa Atlántica, donde la subnormalidad es del 92%, es decir, los usuarios no tienen conexiones adecuadas o carecen del servicio. Es la región con los mayores índices de pobreza y la peor servida en cuanto a energía eléctrica. Los usuarios parecen por fin, indignados. Las protestas crecen. Las quejas son múltiples. Las tarifas se aumentan por encima de la inflación; los usuarios tienen que reducir o suprimir otros gastos familiares para pagar el servicio. La alternativa es no pagar entonces la empresa los castiga con cortes o apagones colectivos y prolongados; con sistemas no confiables de medición del consumo, medidores comunes, mediciones centralizadas o estimadas. Han implementado un sistema represivo que ninguna autoridad controla porque la Superintendencia de Servicios es inoperante. Lo último en arbitrariedad ha sido la venta del servicio pre-pagado, o sea, pague primero y sírvase después, esto es inaudito y único en el mundo; igualmente aberrante es que en la factura del servicio ofrezcan seguros médicos. Electricaribe se volvió intermediario-financiero. 

Otras quejas están relacionadas con la deficiente infraestructura que causa mortales accidentes. Entre 2011-2013 han muerto 91 personas electrocutadas por el mal estado de las redes. La empresa no asume ninguna responsabilidad. Los reclamos de los usuarios no son atendidos y las reconexiones demoradas. Para reducir costos y aumentar ganancias la empresa realiza apagones/cortes masivos en los sectores de bajo consumo; los pobres no son rentables para Electricaribe El carácter monopólico(no hay competidor) y la ausencia de controles permite los abusos mientras  las ganancias crecen, gracias, entre otros, a los subsidios del gobierno, que continúan, a pesar de la pésima calidad del servicio.

He aquí un ejemplo claro de los “beneficios” que se derivan de las privatizaciones a favor de transnacionales que además remiten al exterior buena parte de sus utilidades.  Los abusos de Electricaribe están gestando un serio conflicto social.
 

 

Columnista
22 septiembre, 2013

Electricaribe: Se gesta un conflicto social

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Imelda Daza Cotes

La implementación del modelo neoliberal no implicó sólo la apertura de las fronteras comerciales sino la reducción del tamaño del Estado-Nación mediante la venta de las empresas estatales a las grandes corporaciones transnacionales.


Por Imelda Daza Cotes

La implementación del modelo neoliberal no implicó sólo la apertura de las fronteras comerciales sino la reducción del tamaño del Estado-Nación mediante la venta de las empresas estatales a las grandes corporaciones transnacionales. El libre mercado se encargaría de redistribuir el bienestar y la inversión extranjera sería la panacea económica. Vanos sueños que se tornaron en  pesadillas cuando los servicios públicos pasaron a manos de empresarios extranjeros cuya voracidad no ha conocido límites y cuyo primordial interés ha sido esquilmar a indefensos usuarios para maximizar  ganancias. Es lo que se concluye de la prestación del servicio de energía eléctrica en la Costa Atlántica, donde la subnormalidad es del 92%, es decir, los usuarios no tienen conexiones adecuadas o carecen del servicio. Es la región con los mayores índices de pobreza y la peor servida en cuanto a energía eléctrica. Los usuarios parecen por fin, indignados. Las protestas crecen. Las quejas son múltiples. Las tarifas se aumentan por encima de la inflación; los usuarios tienen que reducir o suprimir otros gastos familiares para pagar el servicio. La alternativa es no pagar entonces la empresa los castiga con cortes o apagones colectivos y prolongados; con sistemas no confiables de medición del consumo, medidores comunes, mediciones centralizadas o estimadas. Han implementado un sistema represivo que ninguna autoridad controla porque la Superintendencia de Servicios es inoperante. Lo último en arbitrariedad ha sido la venta del servicio pre-pagado, o sea, pague primero y sírvase después, esto es inaudito y único en el mundo; igualmente aberrante es que en la factura del servicio ofrezcan seguros médicos. Electricaribe se volvió intermediario-financiero. 

Otras quejas están relacionadas con la deficiente infraestructura que causa mortales accidentes. Entre 2011-2013 han muerto 91 personas electrocutadas por el mal estado de las redes. La empresa no asume ninguna responsabilidad. Los reclamos de los usuarios no son atendidos y las reconexiones demoradas. Para reducir costos y aumentar ganancias la empresa realiza apagones/cortes masivos en los sectores de bajo consumo; los pobres no son rentables para Electricaribe El carácter monopólico(no hay competidor) y la ausencia de controles permite los abusos mientras  las ganancias crecen, gracias, entre otros, a los subsidios del gobierno, que continúan, a pesar de la pésima calidad del servicio.

He aquí un ejemplo claro de los “beneficios” que se derivan de las privatizaciones a favor de transnacionales que además remiten al exterior buena parte de sus utilidades.  Los abusos de Electricaribe están gestando un serio conflicto social.